Consumo inteligente
Crédito hipotecario o leasing habitacional: ¿cuál es mejor para comprar vivienda?
El crédito hipotecario y el leasing habitacional son las dos posibilidades financieras que más tienen en cuenta los colombianos al momento de cumplir el sueño de tener casa propia.
Adquirir vivienda propia es uno de los grandes anhelos de los colombianos y una meta significativa para la construcción de su bienestar. Por esta razón, ante el incremento de la demanda de vivienda en el país y las buenas oportunidades que ofrece el mercado inmobiliario, es importante entender el mecanismo de financiación más conveniente para cada persona.
De acuerdo con la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), en los últimos 12 meses -con corte a septiembre- se han vendido 251.737 viviendas en el país. De este total, 180.117 (72 %) corresponden a Vivienda de Interés Social (VIS) y 71.620 a vivienda No VIS.
Además, en materia de oferta de proyectos, al mes de septiembre había 2.978 viviendas disponibles para la venta en el país, y más de la mitad, es decir 1.561 unidades, tienen un precio inferior a los 235 millones de pesos. Para Camacol, mantener e, incluso, aumentar los niveles de ventas es fundamental para el dinamismo de la economía colombiana.
Los bienes raíces son una de las mejores opciones para que los colombianos inviertan y aseguren su capital, pero cuando se toma la decisión de comprar una vivienda uno de los temas más importantes es definir cómo se va a pagar. En Colombia existen dos opciones: el leasing habitacional y el crédito hipotecario, pero ¿cuál es la mejor opción para elegir?
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Para entender la conveniencia de cada uno, teniendo en cuenta la importancia de esta decisión para el futuro, el Banco Popular, presenta las principales características que tienen estos dos tipos de financiación, que tienen figuras similares que implican el pago de cierta cantidad mensual.
La principal diferencia entre el crédito hipotecario y el leasing habitacional radica en que, con la primera opción, la vivienda queda registrada a nombre de la persona que toma el préstamo, mientras que con el leasing la propiedad queda a nombre de la entidad financiera.
En el caso del crédito hipotecario, el cliente adquiere su vivienda incluyéndola en su patrimonio e hipotecándolo al banco. Por otro lado, en el leasing se celebra un contrato de arrendamiento con opción de compra para el cliente y la institución financiera es la dueña de la propiedad hasta dar por terminada la transacción financiera.
Bajo este contrato, la vivienda debe permanecer en condiciones de calidad y excelencia y una de sus mayores ventajas es que si la persona determina cambiar de inmueble antes de finalizar el plazo de financiación, el contrato se puede ceder y no se generan costos adicionales de escrituración.
Para la cesión del contrato de arrendamiento, el banco debe estudiar y comprobar que el nuevo cliente o cesionario del inmueble cuente con las capacidades económicas para cubrir los cánones o cuotas del leasing.
Para el leasing habitacional la financiación por parte de la entidad es mayor, ya que se trata del 80 % llegando hasta el 100 % permitido por la ley del valor del inmueble. En cuanto a la opción del crédito hipotecario, se financia únicamente el 70 % de la propiedad.
En este sentido, y como ejemplo, si una persona busca adquirir una vivienda que tiene un costo de 300 millones de pesos, el leasing le cubre desde 240 millones de pesos, mientras que el hipotecario le puede prestar un monto máximo de 210 millones de pesos.
A la hora de comprar vivienda también es importante tener presente que los colombianos pueden tener acceso a los subsidios que otorgan las Cajas de Compensación Familiar. Además, el Gobierno nacional cuenta con diferentes programas como Mi Casa Ya, que otorga un subsidio a la cuota inicial y cobertura a la tasa de interés del crédito.