Finanzas Personales
¿Cuándo es bueno o malo endeudarse? Ojo a estas recomendaciones
Existen deudas que representan peligros que pueden estar camuflados.
En algún momento de la vida, una persona puede llegar a tener una deuda, por más mínima que sea, pues hay momentos en los que el dinero no alcanza para lograr adquirir un bien o servicio. Sin embargo, aunque en el mundo de las finanzas personales las deudas no son el enemigo, tampoco siempre son el mejor camino.
Teniendo en cuenta recopilaciones dadas por el blog Ecosumible, una de las ventajas que tienen las deudas es la de otorgar la moneda de cambio de manera inmediata para solucionar emergencias o mejorar condiciones de vida. No obstante, esta práctica financiera también tiene su lado oscuro, puesto que hace que el presupuesto aumente y, en la mayoría de casos, el préstamo no es gratis, por lo que se debe pagar una mayor cifra.
De hecho, puede pasar que la deuda sea tan grande que ni el mismo presupuesto individual o familiar cubra por completo la cuota de transferencia. Entonces, lo primero que se debe tener en cuenta es que al momento de adquirir una deuda no se puede caer en el error del sobreendeudamiento.
Expertos del Ministerio de Economía de Argentina explican que si una deuda supera el ingreso de la persona, corre el riesgo de sobreendeudamiento. Esto se puede dar por motivos como la pérdida repentina de trabajo. Por ello, “es prudente que el endeudamiento no supere el 40 % de nuestros ingresos mensuales”.
Tendencias
Por su parte, el blog Vive más vida consigna que, a grandes rasgos, varias de las consecuencias del sobreendeudamiento son: los “pagos de comisiones o intereses de demora por los retrasos, afrontar acciones judiciales por parte de los acreedores, tener que malvender algunos bienes para obtener dinero extra y pérdida de reputación crediticia”.
Debido a todo lo anterior, hay quienes se cuestionan en qué momentos es bueno adquirir una deuda y en qué instantes lo mejor es prescindir de esta opción.
Varias entidades bancarias argumentan que una deuda puede ser buena por razones como aumentar el historial crediticio, para luego poder adquirir una casa, carro u otra meta material; aumentar el capital de trabajo, que significa incrementar empleados o ritmo de producción para obtener más ganancias; mejorar el flujo de caja, así que “el refinanciamiento (pagar deudas viejas con nuevos préstamos) es una forma de amortizar la deuda existente o realizar prepagos sobre la misma, y ayuda a mejorar el flujo de caja”, según socios de Connect Américas.
Sumado a esto, los especialistas en salud financiera recomiendan analizar el motivo por el que se piensa adquirir la deuda, ya que si es para tener más ingresos es una buena acción económica. Por otro lado, si el sujeto piensa adquirir bienes que no se necesitan, usa un crédito para comprar algo que dura menos del plazo de pago o lo divide en el máximo de cuotas, se considera como una deuda poco efectiva.
De acuerdo con Preahorro, existen deudas que representan peligros, los cuales pueden estar camuflados. Entre los efectos más dolientes está el de vivir siendo un esclavo de las deudas. “Por mucho que tu situación financiera sea buena, esa deuda supone un estrés financiero que siempre sobrevuela tu cabeza y que afectará todas tus decisiones profesionales y vitales”, indican los conocedores del tema.
Por ende, al adoptar deudas difíciles de pagar, cambiar de trabajo, empezar a estudiar una maestría universitaria o tomarse un año sabático, son metas que se truncan de inmediato.
Así las cosas, no hay una fórmula exacta para evitar que alguien no adquiera una deuda, pero lo que sí existe es la posibilidad de abstenerse cuando la persona sabe que puede prescindir de esta alternativa. En adición, se recomienda elegir deudas a corto o mediano plazo.