Crédito
Leasing: una alternativa financiera que cada vez gana más terreno entre los colombianos
Esta opción de financiamiento cobra cada vez más fuerza en el mercado inmobiliario.
Una de las primeras preguntas para quienes comienzan a construir el sueño de comprar casa o apartamento y no cuentan con todo el dinero es saber cuáles son los mecanismos de financiación que existen y cómo se ajustan a sus necesidades para quedar con el mejor, sin afectar la economía del día a día y avanzar de la forma más segura.
Entre estas existen los créditos hipotecarios, los préstamos de libre inversión (cuando no son montos muy grandes) y el leasing habitacional. Si bien todas son válidas y escogidas por las familias o personas solteras que buscan tener una vivienda, precisamente, un reciente informe del sector bancario muestra que la última opción mencionada es la que más fuerza está tomando con el paso del tiempo.
El más reciente Informe Trimestral de Leasing de Asobancaria, con datos al cierre de 2022, mostró que esta herramienta es cada vez más utilizada por los empresarios para financiar sus activos productivos. A diciembre, la cartera de leasing total (financiero, operativo, habitacional) llegó a $ 71,6 billones, lo que implicó un crecimiento de $ 7,8 billones frente al cierre de 2021.
La activación de nuevos contratos también mostró un buen desempeño, ya que en 2022 se activaron contratos por $ 18,28 billones, $ 1,93 billones más que en 2021, y diciembre, con $ 2,53 billones en nuevos contratos. Ese fue el diciembre con mejor comportamiento desde 2018.
Tendencias
El leasing financiero, el de mayor participación en la cartera de leasing, alcanzó un saldo de cartera de $ 33,45 billones, $ 2,08 billones más que en 2021, y cerró 2022 con 65.477 contratos y 37.138 clientes.
No obstante, hay que destacar que los vehículos fueron el activo de mayor crecimiento en este tipo de leasing, aunque en la última parte del año presentaron señales de desaceleración.
Precisamente, el director de Vivienda y Leasing de Asobancaria, Guillermo Alarcón, resaltó que la cartera de vehículos en el leasing financiero llegó a $ 4,9 billones. Agregó que “esta herramienta financiera es una oportunidad para avanzar hacia la movilidad sostenible y puede contribuir muy positivamente para cumplir con las metas de la transición energética”.
El leasing habitacional, el segundo en participación, superó los $ 27,59 billones al cierre del año ($ 24,63 millones en 2021). Aunque para este tipo de leasing se espera una senda de crecimiento lenta, se destaca que es usado por cada vez más familias, ya que el número de clientes aumentó 7,1 % hasta los 137.701 y el número de contratos aumentó 7,6 % hasta los 146.158.
Finalmente, el leasing operativo, aunque es el de menor proporción dentro de toda la cartera, fue el de mayor crecimiento (31,39 % real anual) y llegó a un saldo neto de $ 5,6 billones. El número de contratos también presentó un crecimiento real anual de 54,82 %, hasta los 45.707, y el informe destacó que los vehículos y los equipos de computación fueron los que jalonaron ese comportamiento positivo.
A tener en cuenta
El contrato de leasing es un contrato atípico, es decir que no se encuentra expresamente regulado en la ley. Por este motivo, los derechos y las obligaciones de las partes se rigen, de manera principal, por lo establecido en el contrato; también, en ausencia de estipulación contractual aplicable, por analogía de normas establecidas en la ley para contratos como mandato, arrendamiento y compraventa.
En ese sentido, las entidades en Colombia que están autorizadas para realizar este tipo de contrato son los bancos y las compañías de financiamiento. Entre sus ventajas está que, a través del leasing, se puede financiar el 100 % del valor de los activos, se pueden obtener importantes ventajas fiscales, no requiere pago de cuota inicial y se evitan inversiones en activos que se pueden devaluar rápidamente y son de difícil venta, por ejemplo, computadores.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que durante el tiempo del contrato del leasing, la entidad que presta el servicio es la dueña del bien, pero no la responsable de algún tipo de daño, deterioro o pérdida de este. Es decir, el mantenimiento del bien arrendado corre por cuenta del arrendatario; además, el banco puede exigir inspecciones sobre el bien durante la vigencia del contrato.