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¿Qué son los cargos bancarios no reconocidos y cómo afectan las finanzas?
Un cobro no programado puede generarle sorpresas a más de uno.
Los cargos bancarios no reconocidos son transacciones financieras realizadas en una cuenta bancaria sin la autorización o conocimiento del titular de la cuenta. Estos cargos pueden incluir retiros de dinero, compras con tarjeta de débito o crédito, transferencias electrónicas u otras transacciones que afectan el saldo de la cuenta. En muchos casos, estos cargos no autorizados son resultado de actividades fraudulentas, como el robo de información personal o el uso no autorizado de los datos de la cuenta.
Uno de los ejemplos más comunes es la compra fraudulenta con tarjeta de crédito, donde un tercero realiza una compra utilizando la tarjeta sin el consentimiento del titular. Esto resulta en un cargo en la cuenta por un producto o servicio que el titular no adquirió, afectando directamente sus finanzas.
Otro escenario es el retiro de efectivo no autorizado, que ocurre cuando se realizan retiros de dinero en cajeros automáticos o sucursales bancarias sin el conocimiento del titular. Esta acción reduce el saldo disponible de manera inesperada, generando preocupación y desequilibrio financiero.
Además, las transferencias electrónicas no autorizadas también son un riesgo, ya que implican el traslado de fondos desde la cuenta del titular a otra cuenta sin su consentimiento, lo que puede resultar en la pérdida de dinero y en una afectación directa a su estabilidad económica.
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Otros casos incluyen cargos recurrentes no reconocidos, donde ciertos proveedores realizan cargos periódicos en la cuenta del titular sin su autorización, como suscripciones no solicitadas. Esto puede pasar desapercibido hasta que se revisen detalladamente los estados de cuenta. Finalmente, los cargos por sobregiro injustificados también pueden impactar negativamente.
Aunque el titular no haya realizado transacciones que justifiquen un sobregiro, el banco puede aplicar estos cargos, lo que puede deberse a errores internos o actividades fraudulentas. En todos estos casos, es fundamental detectar a tiempo los cargos no reconocidos y tomar medidas adecuadas para evitar daños financieros mayores.
Estos cargos no reconocidos pueden tener un impacto significativo en las finanzas del individuo afectado. En primer lugar, pueden resultar en la pérdida de dinero directamente de la cuenta bancaria. Si no se detectan a tiempo, estos cargos no autorizados pueden agotar el saldo disponible y dejar al titular de la cuenta en una situación financiera precaria. Además, los cargos no reconocidos pueden llevar a tasas de sobregiro, lo que implica costos adicionales por parte del banco.
Además del impacto financiero inmediato, los cargos bancarios no reconocidos también pueden causar estrés emocional y preocupación. Los titulares de cuentas afectados a menudo se sienten vulnerables y violados, ya que sus datos personales y financieros han sido comprometidos. Resolver el problema puede requerir tiempo y esfuerzo, incluyendo la presentación de reclamos ante el banco y las autoridades pertinentes. Durante este proceso, el acceso a los fondos puede estar restringido, lo que puede causar dificultades para cubrir gastos cotidianos.
¿Cómo interponer una queja si le llega a pasar?
Lo primero que hay que dejar en claro con todo esto, es que en caso de que se presente un caso de cobros o recargos injustificados, la recomendación principal es que las personas se comuniquen con los bancos o instituciones financieras con los que tuvo el inconveniente y traten de llegar a un acuerdo para que dichos cargos sean eliminados tras verificar si fueron correctos o no, en caso de no obtener solución, también se puede interponer una queja ante autoridades como el defensor financiero o la Superintendencia Financiera.
La figura del defensor del consumidor financiero se comporta como un canal ajeno al banco, que tiene como principal responsabilidad atender los inconvenientes que se presentan entre la entidad financiera y el usuario. En otras palabras, se trata de un representante de los derechos de los consumidores financieros ante las entidades vigiladas, de acuerdo con la Ley 1328 de 2009.
¿Cuándo puede acudir a esta figura?
Si un individuo considera que el servicio proporcionado por su entidad financiera no ha sido satisfactorio, tiene el derecho de presentar una queja ante el defensor del consumidor financiero. Esta queja debe ser presentada por escrito, ya sea a través de correo electrónico, dirección física o en las oficinas de la entidad bancaria correspondiente. La entidad debe encargarse de transmitir la queja en un lapso de tres días hábiles.
La queja debe incluir información clave, como el nombre completo del cliente, su número de identificación, dirección y ciudad de residencia. Además, es esencial proporcionar una descripción detallada de los acontecimientos que motivan la queja, así como una solicitud clara sobre las acciones que se espera que la entidad financiera emprenda en respuesta. Si existen documentos o pruebas que respalden la queja, es recomendable anexarlos.
Una vez que la queja ha sido presentada, el defensor del consumidor financiero tiene un plazo de tres días hábiles para determinar si está dentro de su competencia abordar el asunto. Si se requiere más información, el defensor se pondrá en contacto con el cliente para solicitarla.
En tal caso, el cliente tendrá un período máximo de 8 días hábiles para proporcionar la información solicitada. Conocer y ejercer este derecho es fundamental para garantizar un trato equitativo y adecuado por parte de las entidades financieras hacia los consumidores.