Impuestos
¿Se enreda la tributaria? Congresistas le quieren meter mano al proyecto bandera del Gobierno
Una lluvia de proposiciones frenó el avance de la reforma y puso al Gobierno a echar calculadora para armar la ponencia. Hay puntos que se deben mirar con lupa y otros que deben descartarse de plano.
Los dos meses que le tomó al ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, lograr consensos para presentar la reforma tributaria parecen haberse ido al traste. Una lluvia de proposiciones podría enredar los debates y hacer más lento su trámite.
La situación no es nueva en medio de las discusiones de una ley de impuestos. De hecho, este ha sido el modus operandi del Gobierno de Iván Duque desde que presentó la Ley de Financiamiento en 2018.
Lo instauró el exministro Alberto Carrasquilla e implicaba reuniones a puerta cerrada con los máximos representantes de las comisiones económicas, llegar a acuerdos previos y luego aterrizar los proyectos en el Congreso.
Como el partido de Gobierno tiene las mayorías en el Legislativo, el trámite se hacía más rápido que Anthony Zambrano en los Juegos Olímpicos. Y al final todos quedaban contentos. Algo similar realizó en esta ocasión el ministro Restrepo, con la diferencia de que una vez presentó el articulado, una lluvia de nuevas ideas inundó el texto.
Según cuentas del Ministerio de Hacienda, las nuevas propuestas que se han presentado se acercan a las 200. Y muchas de ellas tienen ajustes de gran calado. Sobre todo en temas laborales, aduaneros, de comercio internacional, y, evidentemente, tributarios.
Eso sí, en los documentos hay de todo: desde abrir la puerta para renegociar los Tratados de Libre Comercio (TLC) que tiene Colombia y ponerles impuestos a las compras internacionales de bajo costo por plataformas digitales, hasta otros puntos más complejos, como ordenar al siguiente Gobierno tramitar una reforma laboral.
Algunos desde el Congreso explican que, sin duda, el país requiere con urgencia que se presente un proyecto con el cual se ajusten temas de trabajo. No se puede dejar de lado que el desempleo sigue en niveles cercanos a 15 por ciento y la recuperación de la economía no ha logrado atajar a los millones que perdieron su trabajo por la pandemia.
Sin embargo, considerar que el sucesor del presidente Duque deba hacerlo por mandato legal podría empantanar una idea tan necesaria en el país. Dicha iniciativa podría incluir puntos que afecten a trabajadores o empresas; y el remedio terminaría siendo peor que la enfermedad.
Además de lo anterior, las propuestas van más allá e incluyen ponerle un impuesto al salario de los congresistas, así como un impuesto de renta diferencial para las pequeñas y medianas empresas. Por como está el ambiente, este último punto podría incluirse en la ponencia de primer debate o durante el trámite.
El Gobierno busca que todo el sector privado pague una tarifa de renta de 35 por ciento, sin contar su tamaño. Asegura que este gravamen tiene en cuenta los ingresos, por lo cual es equitativo.
Pero otra cosa piensan los legisladores y el gremio de las pequeñas y medianas empresas, Acopi, que han asegurado que esta tarifa los pondría en jaque. Más ahora que la pandemia les sigue pasando factura y muchas están operando ‘en los rines’, en tiempos en que la reactivación avanza en el país.
Este y otros puntos generarán debates álgidos en el Legislativo. No obstante, no se puede dejar de lado que hacen falta más medidas para generar empleo. A pesar de que ya ha pasado un año, el Gobierno aún no presenta las conclusiones de la Misión de Empleo y sus resultados serían claves en medio de los debates tributarios. ¿Alcanzará a hacerlo?