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El dolor es el puente del desempeño

Trata de recordar momentos del pasado y verás no solamente muchos procesos dolorosos, sino que la interpretación que les damos tienen una sensación positiva una vez quedan superados.

Paul Raminfar, Joselin María Cuartas
29 de junio de 2021

Por naturaleza, todos los seres humanos, de manera instintiva, evitamos a toda costa cualquier exposición a un proceso en donde esté el dolor como factor principal, pero no podemos negar los beneficios que esa sensación nos deja. Si analizamos las respuestas que llegan después de cada situación que genera dolor, al final de cuentas lo que quedan son las verdaderas experiencias que construyen la sabiduría, una que solo tú puedes experimentar.

Si empezamos por entender esta primera fase, podemos ver que detrás de cada proceso disruptivo no hay nada más que crecimiento y la puerta a nuevas posibilidades.

Si empezamos por entender esta primera fase, podemos ver que detrás de cada proceso disruptivo no hay nada más que crecimiento y la puerta a nuevas posibilidades. | Foto: Corbis

Trata de recordar momentos del pasado y verás no solamente muchos procesos dolorosos, sino que la interpretación que les damos tienen una sensación positiva una vez quedan superados. Aunque esa no fue nuestra primera impresión en el momento en el que lo estábamos atravesando, definitivamente es lo que más valoramos cuando comprendemos lo que hizo por nosotros: la verdadera transformación personal.

Y es precisamente aquí en donde las nuevas respuestas que tanto estábamos buscando empiezan a ser visibles y listas para ser nuestro nuevo objetivo.

Tenemos que entender que hemos puesto al dolor en una posición en la que nuestra percepción es negativa y hasta lo vemos como parte de un proceso de sufrimiento, pero por ello es preciso e importante resaltar que el dolor es inevitable, mientras que el sufrimiento es una decisión. Con esto, lo que quiero decir es que decidimos consciente o inconscientemente si esa situación nos hace sufrir, eso está en nosotros, lo único que no se puede evitar es el dolor.

Justamente, la gran mayoría de los seres humanos no logra entender cómo interpretar estas situaciones dolorosas. Por eso, la pregunta que quiero contestar en esta columna es: ¿cómo podemos entender el dolor como algo positivo?

Todos pasamos por el dolor y este es el estímulo que requerimos en todo momento para hacer un cambio. He logrado entender que precisamente poder comprender a cada situación dolorosa en un proceso, es lo que forja una mentalidad en la que la confianza y la seguridad se van formando por la necesidad de ser mejor; y es que es el dolor lo que inicia –a modo de señal– la necesidad de un cambio, de tomar acción en una dirección diferente para avanzar.

Así pues, podemos ver el dolor como la fuerza y la razón para crecer, ya sea conquistando una meta o la enseñanza de aquella experiencia.

Todo esto nos ayuda a que podamos pretender, si somos analíticos, que nuestra mente puede lograr anticipar con pensamientos a nuestro favor cualquier estímulo doloroso como parte natural. | Foto: 123RF

Todo esto nos ayuda a que podamos pretender, si somos analíticos, que nuestra mente puede lograr anticipar con pensamientos a nuestro favor cualquier estímulo doloroso como parte natural, lo que deja el camino despejado para verlo como un ingrediente más de la receta y no –como la mayoría lo interpreta– evitándolo al máximo.

Una de las cosas más importantes que debemos tener en cuenta, a partir de este momento, es que la mayoría de las personas no tiene claro lo que busca; por ende, el cerebro no sabe interpretar a lo que se debe enfrentar y queda en un limbo de incertidumbre que al final lo que genera es miedo. El miedo por naturaleza paraliza todas las acciones y esto bloquea el poder entender el significado del dolor en ese proceso y, por evitar una situación que no conocemos, hacemos todo lo opuesto.

Ahora, el dolor es algo inevitable sea cual sea la situación que se esté viviendo, pero puede de manera clara y contundente ser la razón perfecta para mostrarnos el camino a seguir y la siguiente acción a tomar, entendiéndolo precisamente como nuestra señal de arranque.

Una vez este proceso sea habitual y nuestra mente entienda que el dolor debe ser perseguido y no evitado, podemos empezar a conquistar nuestras metas, la clave es saber que todo va a recaer en la tolerancia que desarrollemos al dolor.

Aquí es donde podemos ver claramente la famosa zona de confort y como por la programación que hemos tenido, los comandos cerebrales son de supervivencia y no de conquista, por lo que tenemos que ser muy sensibles y aprender a desarrollar cómo estamos interpretando cada sensación.

Así que a partir de ahora busca sentirte incómodo, entiende que cada proceso doloroso es el único mentor que en realidad te va a dar las respuestas para lograr aquello que para muchos era imposible y pasar el puente de la mediocridad a la grandeza personal.

Piensa cuántas veces en realidad has sentido que tu vida está en peligro y te darás cuenta que las cosas no son tan malas como parecen. Ahora, mira cuántos resultados están del otro lado y verás que es precisamente el dolor el puente para alcanzar a la persona que siempre has querido ser y sacar cada vez esa mejor versión que se requiere. Eso te da una perspectiva diferente que puede entregarte las razones para seguir adelante y vivir en tu máximo desempeño.

Así que a partir de ahora busca sentirte incómodo, entiende que cada proceso doloroso es el único mentor que en realidad te va a dar las respuestas para lograr aquello que para muchos era imposible y pasar el puente de la mediocridad a la grandeza personal.