OPINIÓN
La fuerza silenciosa
Esa fuerza invisible es la fuerza que mueve al mundo.
Sin lugar a dudas, si hay algo que debemos atribuirle a nuestra mente es la capacidad de ver lo invisible. Tener una idea mágica: por ejemplo, encontrar el dominio en una página web entre más de 7 billones de personas y que solo a ti se te haya ocurrido, no solo explica cómo creamos nuestro futuro, sino también que de manera crucial podemos definir el futuro nosotros mismos.
Todas las personas que han alcanzado el éxito, desde emprendedores, atletas que nos inspiran, líderes que realmente marcan la diferencia en un mundo como el que vivimos hoy en día, absolutamente todos aquellos tienen un atributo donde se establece una mentalidad diferente.
Tenemos que entender que la mente no se puede explicar fácilmente, así que formar una mentalidad diferente y poder comprender el alcance que tiene en nuestros resultados, hace que el desarrollo de estas capacidades y habilidades mentales de desempeño personal tengan un impacto notorio en el crecimiento de la potencia del ser humano.
Ahora, no sé si podemos comprender la diferencia entre las personas que hacen que todo ocurra y los que miran cómo todo ocurre: entender qué hace distinto a Cristiano Ronaldo de cualquier jugador de fútbol regular. Esa fuerza invisible es la fuerza que mueve al mundo, es algo que se gana, aquí no hay dinero que alcance para poder “comprar” esta aptitud de entrega, como lo es la capacidad de ser constantes.
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Hoy en día, vemos cómo las personas carecen de este tipo de facultades que son, sin lugar a dudas, el problema de la desmotivación, el cual nos impide obsesionarnos con algo que podríamos amar y, por qué no, cambiar al mundo. No solo es un don de un empresario exitoso o un deportista destacado; de hecho, no hay una sola profesión que cuando se habla de destacarse frente a los demás no se refiera a la constancia.
Toma unos minutos después de haber leído esta columna y piensa en la constancia y en tus resultados. Trata de llegar un poco más profundo y analiza lo que piensas de tu percepción de constancia frente a las cosas que deberían mover la aguja hacia lo que tienes definido como éxito.
Si hay algo que siempre veo en común: es la cantidad de años que estos grandes líderes han puesto en práctica, estudio, sacrificio y entrega, en fin, todo el esfuerzo diario para lograr ser un poco mejor que ayer. Simplemente que, cuando es evidente un resultado acumulado de 5, 10 o muchos más años, la desmotivación de las personas del común que quieren todo ya es mucho más evidente; principalmente, por una sola razón: nunca entendieron que la base de todo empezaba aquí, en la constancia.
Piensa en todos los posibles emprendedores que salen de la universidad con ideas maravillosas que se quedan en una taza de café, en las dietas que empezamos cuando soñamos con un cuerpo que nos haría sentir increíble, pero que, como todo hoy en día, lo justificamos con falta de tiempo y todo siempre termina en una promesa que -sabemos internamente- nunca se va a cumplir, precisamente por los paradigmas y el poder mental que hace que nos desviemos.
Ahora, una de las cosas que precede todo el concepto de lo que es en realidad la constancia es la capacidad de compromiso. Sin esta parte de la ecuación, los sueños se evaporan y se consumen por la apatía de no conseguir resultados rápidos, simplemente porque estamos acostumbrados a que casi todo debe manifestarse inmediatamente; por lo que, esta forma de pensar básicamente es la que al final descarrila la posibilidad de llegar a algo que de verdad sea de admirar.
Es lo que pasa cada fin de año, cuando establecemos las cosas que soñamos tener, pero que por falta de compromiso y de constancia nunca llegan a establecerse. El tener la necesidad interior y comprometerse con algo va a ser la gran diferencia y que destaque el número 1 de los premios de consolación.
Si hay algo que debemos admirar, y que seguramente no tienes tiempo de ver, es la capacidad de entrega que tiene un niño, el compromiso y la constancia que vemos en ellos, y hablo desde los primeros años, cuando son capaces de aguantarse y tener la fuerza de controlarse hasta 5 veces más que un adulto.
¿Cómo hemos perdido esa garra interior? Y... ¿qué pasaría si con la evolución en la que vivimos y el aumento de oportunidades que se crean en el día a día la volviéramos a retomar?
Así que no se trata de esperar a estar en el humor del 31 de diciembre para empezar, es recordarte siempre por qué quisiste emprender lo que va a mantenerte cuando emocionalmente quieras saltar del barco. Cuando entiendes el principio y sabes que estabas a punto de abandonar como el 99 % de las personas, pero fuiste capaz de soportar ese bajonazo y mantuviste el progreso, es cuando se escriben las verdaderas historias, porque es algo que se gana en el tiempo gracias al impulso: es el proceso y no el resultado lo que cuenta, nunca asumas que es al revés.