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Corte Suprema de EE. UU. advierte que comerciantes deben atender a sus clientes sin importar su condición sexual
La ley prohíbe la discriminación por orientación sexual desde 2008
¿Puede el propietario de un comercio negarse a atender a clientes homosexuales invocando sus creencias religiosas? La Corte Suprema de Estados Unidos, de tendencia conservadora, reabre este lunes el debate.
En junio de 2018, la máxima instancia judicial del país falló a favor de un repostero de Colorado (oeste), que se había negado a hacer un pastel de bodas para una pareja gay. Pero no abordó directamente la cuestión de si una empresa puede negarse a servir a gays y lesbianas por motivos religiosos.
El tema, muy divisivo en Estados Unidos, no tardó en surgir nuevamente, planteado esta vez por una diseñadora de sitios web: Lorie Smith, quien se define como una cristiana devota, no quiere ofrecer sus servicios a parejas homosexuales porque sería “inconsistente” con sus creencias religiosas.
Al igual que el pastelero Jack Phillips, Smith trabaja en Colorado, donde una ley prohíbe la discriminación por orientación sexual desde 2008 y puede imponer sanciones de hasta 500 dólares a los infractores. Sin embargo, a diferencia de él, a ella no le solicitaron sus servicios clientes homosexuales. Eso no le impidió presentar una demanda contra la ley de Colorado de manera preventiva.
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Tras perder en primera instancia y en apelación, recurrió a la Corte Suprema, que accedió a intervenir limitando la cuestión a la libertad de expresión de los comerciantes cuyo trabajo tiene una dimensión artística.
En su escrito ante la Corte Suprema, los abogados de Smith dijeron que su cliente está “dispuesta a crear sitios web personalizados para cualquier persona, incluidos aquellos que se identifican como LGBT, siempre que su mensaje no entre en conflicto con los puntos de vista religiosos de ella”.
Pero “obligar a artistas, como pintores, fotógrafos, autores, diseñadores gráficos o músicos, a transmitir mensajes que atenten contra sus convicciones, viola la Primera Enmienda de la Constitución” que garantiza las libertades de expresión y religión, agregaron.
De su lado, los abogados de Colorado señalaron que la ley estatal “simplemente requiere que, una vez que una empresa ofrece un producto o servicio al público, debe vendérselo a todos”.
“La empresa puede definir su servicio como quiera, incluso ofrecer solo sitios web que incluyen citas bíblicas que describen el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer”, dijeron. “Pero debe vender todo lo que ofrece a los clientes sin importar su raza, religión, orientación sexual u otra característica”.
Como reflejo de las profundas divisiones de la sociedad estadounidense, el caso parte aguas: funcionarios republicanos electos, grupos religiosos y asociaciones conservadoras han expresado su apoyo a Smith, en cuanto a funcionarios demócratas electos y defensores de las minorías respaldan al estado de Colorado.
Decenas de representantes de ambos grupos se enfrentaron este lunes frente a la sede de la Corte, blandiendo globos azules y blancos con las palabras “Crear libremente” o letreros, señalando “La religión no es excusa para la discriminación”.
El gobierno de Estados Unidos, que bajo la presidencia del republicano Donald Trump estaba del lado del pastelero Phillips, defiende esta vez la posición de Colorado. La ley en este estado “no obliga a adoptar o transmitir un mensaje prescrito por las autoridades”, argumenta el representante de la administración demócrata de Joe Biden.
Al señalar que muchas empresas tienen una dimensión creativa, los grupos de defensa de las minorías han pedido a la Corte Suprema, que legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo en 2015, que rechace los argumentos de Smith.
De lo contrario, “los arquitectos podrían negarse a diseñar casas para familias negras, los pasteleros a preparar pasteles de cumpleaños para niños musulmanes, los floristas a proporcionar ramos de flores para el funeral de una persona homosexual”, enumeró David Cole, director legal de la organización de libertades civiles ACLU, durante una presentación a la prensa.
Pero a estas asociaciones les preocupa “la postura agresiva de la Corte”, en palabras de Mary Bonauto, presidenta de GLAD, que defiende los derechos de las personas LGBT.
Renovada por Trump, la Corte Suprema sufrió una transformación radical desde el fallo de 2018: cuenta con seis de los nueve magistrados conservadores, que recientemente ofrecieron contundentes victorias a la derecha religiosa, en particular al dinamitar el derecho al aborto.
La Corte Suprema debe emitir su decisión en el caso de Smith antes del 30 de junio de 2023.
*Con información de la agencia AFP