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El preocupante panorama que enfrentan las mujeres en el gremio de la ingeniería
La desigualdad y los estereotipos son dos de las problemáticas que más deben enfrentar.
Aquel dicho que reza que “en el mundo hay carreras que son únicamente para hombres y otras únicamente para las mujeres”, al parecer sigue vigente, aunque no con tanta fuerza en el imaginario de algunas personas del mercado laboral, situación que sigue incidiendo en las brechas de género y el refuerzo de estereotipos pasados de moda.
En Colombia, la desigualdad y los estereotipos sociales siguen afectando directa e indirectamente a las mujeres a la hora escoger una carrera profesional con la que buscan desarrollarse, construir un proyecto de vida y crecer en el ámbito laboral, ya que todavía existen espacios que parecen vedados o impensables.
Así se puede evidenciar en un reciente informe desarrollado por la Fundación Universitaria Salesiana, el cual da cuenta que de 13.000 profesionales que en los últimos años recibieron el título como ingenieros (en las diferentes ramas de esta carrera), menos del 26 % pertenecen al género femenino.
No obstante, este análisis de la información del Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (Snies), el Observatorio Laboral para la Educación (OLE), el Ministerio de Educación, el Sistema Público de Empleo (SPE) y la Sociedad Colombiana de Ingenieros (SCI), determinó que durante los últimos tres años se ha reducido la brecha entre hombres y mujeres que estudian carreras STEM (acrónimo en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
Camilo Andrés Navarro Forero, decano de la Facultad de Ingeniería de la Fundación Universitaria Salesiana, indicó que pese a los esfuerzos en el mercado, la distancia sigue siendo muy amplia. Estudios de la Unesco hablan de un porcentaje mundial de 14 % de mujeres en la ingeniería y si bien en Colombia actualmente es mismo porcentaje ronda en 26 %, aún queda mucho que mejorar.
“Entre los años 2015 y 2020, el 87 % de las estudiantes universitarias estaban registradas en dos grupos de carreras. El primer grupo compuesto por carreras que tradicionalmente han tenido una clara preferencia del género femenino, como lo son la Psicología, el Trabajo Social, las licenciaturas en todas las áreas, Psicopedagogía, Microbiología, Bacteriología y Enfermería, entre otras; sin embargo, observamos un fenómeno de ‘Feminización’ de otra carrera durante los últimos veinte años”, dijo este académico.
En medio de todo esto, Navarro señaló que la academia no escatima esfuerzos y sigue trabajando, tomando como referencia la novedosa Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible ODS, que firmaron las naciones miembro de la Organización de Naciones Unidas en 2015.
“Con esto hablamos de enfocarnos en objetivos como combatir las desigualdades dentro de los países y entre ellos, construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas, promoviendo la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas”, agregó el Decano de la Facultad de Ingeniería de la Fundación Universitaria Salesiana.
El informe desarrollado por La Salesiana determinó que las ingenierías que presentan mayor inequidad de género por egresados, son: Ingeniería eléctrica, 90,06 %, Ingeniería mecánica, 86,8 %, Ingeniería electrónica y de telecomunicaciones, 82,57 %, Ingeniería de sistemas e informática, 73,05 % e - Ingeniería civil, 53,35 %.
“Colombia tiene un retraso en la formulación estrategias de atracción y desarrollo de planes al interior de las instituciones educativas que le permitan superar la brecha de género que aún persiste en esta área profesional”, dijo el profesor Camilo Andrés Navarro.
Los resultados de este informe prenden las alarmas de la academia, pues vale la pena recordar la importancia que tienen las mujeres para el desarrollo de la ciencia y la tecnología en el país; y ponen en entredicho la igualdad de género y su empoderamiento en la sociedad.
Por último, según el documento “políticas transversales para la equidad de la mujer” del Ministerio de Educación, incluir la elaboración de lineamientos y orientaciones dirigida a las instituciones educativas y revisar los mecanismos de financiamiento para la focalización de vinculación de las mujeres a estos programas, permitirá desarrollar estrategia de promoción acceso y permanencia para los programas de formación menos tradicionales para el género.