TRABAJO
Siete consejos para sacar lo mejor de ese trabajo al que se quiere renunciar
Con estos tips, se puede sacar lo mejor de un trabajo que no genera ninguna motivación.
En el escenario ideal, las personas podrían escoger trabajar en lo que realmente les apasiona e, inclusive, para lo que se prepararon. Sin embargo, esto no siempre es así de sencillo, pues en ocasiones las preocupaciones financieras llevan a que el trabajo no sea más que una fuente de ingresos y se acepte cualquier oferta laboral que permita tener los recursos necesarios.
Y, aunque a veces el individuo solo se adapta a la rutina y sigue con normalidad su vida, a otros les cuesta sentirse bien en un trabajo que no les gusta y que “no pueden dejar”. En este sentido, es posible que el cargo se convierta en un martirio y afecte el bienestar físico y emocional, dando origen a trastornos como el burnout o síndrome del quemado.
En estos casos, es importante identificar cómo sacarle el mayor provecho a ese trabajo que no despierta ninguna motivación y así descubrir oportunidades para transformarlo. A esto se le conoce como job crafting, un concepto que han explorado distintos investigadores.
Mollie West Duffy, experta estadounidense en desarrollo organizativo y liderazgo, quien ha asesorado a compañías como Google y LinkedIn, y Ana Sanz Vergel, profesora de psicología laboral de la Escuela de Negocios de Norwich y de la Universidad de East Anglia (Inglaterra), entregaron algunas recomendaciones al medio BBC para ‘transformar’ ese trabajo que no siempre agrada.
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¿Qué no le gusta del trabajo?
Lo primero que hay que identificar es qué está mal con ese trabajo. De acuerdo con West Duffy, es relevante reconocer cuál es la razón de la desmotivación para poder abordarla efectivamente. A partir de allí, se pueden plantear ideas para darle un poco la vuelta a la labor que se desempeña.
“Hay que abandonar esa idea de que el trabajo te viene como algo dado y diseñado, trata tú también de rediseñarlo”, agrega Sanz. Algunas maneras para hacerlo es innovar en el ‘cómo’ el empleado aborda las tareas que debe realizar cada día, revaluar cognitivamente el significado de su trabajo y realizar cambios en las relaciones interpersonales con el ambiente laboral.
Tener clara su motivación
Existen circunstancias que impiden que renunciar sea una opción, por tanto, una alternativa es recordar el propósito por el cual se está trabajando y aferrarse a ello.
“Por ejemplo, si la respuesta es: para mantener a mi familia, cuando pase por las emociones diarias que ese trabajo me genera, me servirá recordarlo”, indica West Duffy.
No verlo como una fase
Una forma de engañarse a sí mismo es creer que se trata de un paréntesis en la carrera y desentenderse un poco del asunto. Sin embargo, esto solo hace que persista la desmotivación y no se aprecie que existen algunas oportunidades para adquirir conocimiento y experiencia.
“Cada día en un trabajo, aunque no nos guste, cuenta. Cada día es una pieza de lego que va levantando una construcción”, señala Sanz.
Ser proactivo
En línea con el consejo anterior, es preciso poder reconocer cuáles son esas tareas en las que se es bueno y levantar la mano para tener una posibilidad de demostrar ese potencial.
“Identificar tus fortalezas y tratar de ser proactivo para comentarle a tu mánager si puedes hacer un mayor uso de ellas en tu trabajo, si te pueden dar una tarea que se ajuste más a ellas”, señala Sanz.
Lo peor que puede pasa es sentirse atascado y que no hay necesidad de aprender nada nuevo. Por ello, West Duffy asegura que es importante preguntarse cómo prepararse más para el desempeño de las labores o qué otro conocimiento nuevo puede añadir al perfil profesional.
“Podrías, por ejemplo, pensar en una posición de mánager o pedirle a alguien de otra área hacer un intercambio de habilidades que les permita entrenarse mutuamente”, indica.
La importancia de la retroalimentación
Es fundamental conocer qué pie,nsan los demás miembros del equipo de la organización acerca del trabajo que realiza cada uno de los colaboradores, qué opinan los directivos, qué oportunidades de mejora existen. Esto es crucial, puesto que no saberlo puede dar la percepción de que no es apreciada la labor que se hace cada día.
¿Y si el problema es en realidad otra persona?
Las expertas también plantean la posibilidad de que la desmotivación se origine en conflictos con las relaciones interpersonales. “De hecho, los problemas interpersonales son los más graves, si se enquistan eso puede hacer que la persona termine abandonando la organización”, comenta Sanz.
Por ello, es preciso poder manifestar estas preocupaciones con los superiores o las personas directamente involucradas para encontrar soluciones a dichos conflictos.
No temer a hacer sugerencias a los directivos
“Si te sientes cómodo como trabajador para hacer alguna sugerencia al equipo o al gerente, sería beneficioso. Creo que a menudo los líderes y gerentes no es que no quieran ayudar a su equipo con el agotamiento, es que ellos mismos también están agotados”, concluye West Duffy.
No obstante, algunas veces, por más que se intente hacer el mejor esfuerzo para mantenerse en el lugar de trabajo, este puede estar afectando el bienestar físico y emocional, por lo que es necesario considerar la opción de renunciar.
En este sentido, desde el portal de psicología Psicología y Mente, enlistan las once claves que le permitirán identificar a una persona si debe cambiar de trabajo.
- No se siente satisfecho con el trabajo. Según indican en el artículo, pese a que en ocasiones se decide tomar un trabajo por necesidad, es importante que se disfrute la labor, porque se le dedica un gran porcentaje de tiempo durante el día y juega un rol importante en el desarrollo personal.
- No hay posibilidades de crecer. Cada trabajo debe ser al tiempo un escenario de desarrollo profesional y personal, en el que se pueda aspirar a consolidar una carrera y crecer dentro de la compañía. Cuando esa oportunidad no existe, es mejor buscar otra alternativa.
- No se está conforme con el modo de trabajar y las dinámicas de la empresa.
- Existe una mala relación con los jefes. En ocasiones, estos conflictos no tienen una salida fácil.
- La salud mental se ve afectada y da origen a trastornos como el estrés o el burnout, o el síndrome de estar quemado.
- No se identifica con los valores de la empresa. Es importante que los colaboradores puedan encontrar similitudes éticas y morales con la organización.
- No valoran el trabajo y esfuerzo.
- Los horarios y otras condiciones laborales han desmejorado la calidad de vida.
- Mobbing: se trata de un término utilizado para referirse al acoso psicológico en el trabajo, que puede desencadenar consecuencias como la depresión, ansiedad y cambios de personalidad. Este se puede presentar entre trabajadores, pero también entre un directivos y sus colaboradores.
- Cuando la persona considera que tiene más potencial del que realmente está usando en su labor. En el trabajo, explican desde Psicología y Mente, es fundamental sentirse motivado y útil.
- Está aburrido. Aunque parece una razón básica, esta sensación puede influir en la disposición para trabajar y en el cumplimiento de los objetivos.