Trabajo
Tras la pandemia aumentó el número de mujeres que cayó en la informalidad laboral
Así lo confirma un reciente estudio de la Universidad Nacional.
Recuperar lo perdido en materia de equidad de género dentro del mercado laboral fue uno de los retos que dejó la pandemia tras su paso, puesto que, según un estudio, las mujeres fueron las más afectadas por el cierre de puestos de trabajo en el país, lo cual se refleja en el aumento de su participación en la informalidad laboral.
Así se evidencia en un informe revelado esta semana por la Universidad Nacional, según el cual en Colombia el 75 % de las mujeres entre 25 y 65 años está dentro de las categorías de informalidad más precaria (informalidad de subsistencia e informalidad mixta), con ingresos promedio mensuales inferiores a 210.000 pesos, mientras que la cifra para los hombres es de un 54 %.
Frente a este tema, la economista María Cristina Bolívar Restrepo, magíster en Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) sede Medellín, afirma que “tales datos evidencian una brecha de género de 21 puntos porcentuales a favor de los hombres”.
“Al analizar las tasas de ocupación y desempleo, noté que aunque esta última se redujo, la ocupación no creció; eso quiere decir que las mujeres crecieron en la inactividad, dejaron de estar dentro de la fuerza laboral, se cansaron de buscar empleo, tienen razones de desaliento o se les incrementó el trabajo doméstico durante la pandemia”, señala la economista.
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Esta experta analizó los microdatos del Dane de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) y los datos de los ocupados informales 2017-2019, después de la depuración de 383.635 individuos y encontró que en 2019, antes de la pandemia, la brecha de género en la tasa de participación laboral era del 20,8 % a favor del hombre y un año después creció un 22,7 %.
Sin embargo, en 2021 cuando la economía empezó a reactivarse, la brecha había aumentado a 22,9 %, debido a que la tasa de recuperación masculina tuvo una velocidad mayor que la femenina. Ante esto, la autora del estudio explica que “los resultados del 2021 fueron similares a los del 2010, lo que significa que retrocedimos en 11 años de esfuerzos”.
Con respecto a la informalidad de subsistencia o precaria, la investigadora encontró que esta presenta ingresos menores o iguales al 70 % del salario mínimo legal, es decir que una mujer gana en promedio 210.000 pesos al mes y solo el 48 % alcanza a terminar el bachillerato. El 55 % tiene pareja y un 58 % no desea cambiar de trabajo.
“Las políticas públicas son una gran ayuda para cerrar las diferencias laborales entre hombres y mujeres, pero la mejor forma de combatirlo es rompiendo los estereotipos culturales y sociales asociados con la mujer”, dijo Bolívar Restrepo.
En relación con la informalidad mixta, las mujeres perciben ingresos menores o iguales al 70 % del salario mínimo (232.000 pesos mensuales), el 50 % finaliza el bachillerato y el 65 % convive con su pareja.
Algo particular es que el 78 % de ellas no desea cambiar de trabajo y se beneficia de la seguridad social de sus maridos, amplía el estudio.
La informalidad inducida la componen mujeres que tienen estudios profesionales, experiencia laboral o en la técnica u oficio que desempeñan, pero están excluidas del sector formal. Sus ingresos son mayores al 70 % del salario mínimo (791.000 pesos mensuales), el 52 % termina sus estudios de bachillerato y el 27 % alcanza estudios universitarios. Solo el 45 % convive en pareja.
“También hay que permitirles a las familias disminuir las cargas de los cuidadores a menores y adultos mayores, romper con los estereotipos de la división sexual del trabajo, conciliar la vida familiar con la laboral (jornadas medias bien remuneradas)”, agregó la magíster en economía.
En la informalidad voluntaria se encuentran aquellas mujeres “autoemprendedoras” que decidieron abrir su propio negocio o emplear a alguien más para que les ayude. Sus ingresos son mayores al 70 % del salario mínimo (938.000 pesos), el 49 % termina sus estudios de bachillerato y solo el 35 % culmina sus estudios universitarios, mientras que el 89 % desea continuar en la informalidad.