Economía circular
Conozca cómo la economía circular puede ser eje de la industria de los empaques
Del total de la fibra que utiliza Smurfit Kappa para sus productos, el 50 por ciento proviene del reciclaje de papel y cartón. Una operación que les permite maximizar su eficiencia, ahorrar recursos, disminuir la generación de residuos y contribuir a la protección del medio ambiente.
Cada día son más las compañías de empaques que abordan la sostenibilidad ambiental como un pilar de su estrategia de negocios. La multinacional Smurfit Kappa es una de estas compañías y desarrolla un portafolio de productos a base de papel que generan ahorro en las cadenas de suministro y reducción de huella de carbono para sus clientes y consumidores: son reciclables, biodegradables y provenientes de fuentes renovables.
La lucha contra el calentamiento global se ha convertido en una prioridad para los Gobiernos. La economía circular, por ejemplo, explican los expertos, es fundamental para lograr cumplir el objetivo de mitigar esa crisis climática. Para la directora de la Fundación Ellen MacArthur para América Latina, Luisa Santiago, los tres principios de la economía circular son: “eliminar la polución y los residuos, recircular los materiales y productos en la economía en su más alto valor y regenerar la naturaleza”.
La importancia de adoptar un modelo de economía circular se hace evidente cuando se revisan datos como el de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones, según el cual, anualmente en el país se producen cerca de 12 millones de toneladas de basura, de las cuales se recicla en promedio solamente un 17 por ciento. Una preocupante cifra que lleva, tanto a la ciudadanía como al sector industrial, a redoblar los esfuerzos para llevar a cabo acciones y hábitos más sustentables.
Sin embargo, hay buenas noticias: desde la industria del papel y el cartón hay un aporte tangible al objetivo de aplicar la economía circular como modelo de producción que se refleja en la tasa de reciclaje que cada año calcula la cámara de la Pulpa, el Papel y el Cartón de la ANDI, que para el año 2021 fue del 67 por ciento y se obtiene al relacionar el consumo aparente de material reciclado con el consumo aparente de papel y cartón que reportan las empresas de esta industria. Esta es un muy buen indicador si se compara con el reciclaje de otros materiales que son mucho más difíciles de recuperar y transformar en nuevos productos.
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Con el enfoque de economía circular y para encontrar soluciones de empaque que sean sostenibles y de gran escala, en Smurfit Kappa se examina de forma holística y en detalle todo el ciclo de vida de los productos a empacar y el empaque mismo, incluyendo sus cadenas de suministro, transporte, almacenamiento, exhibición y disposición final. Lo cual, señalan desde la compañía, facilita el camino para encontrar un diseño a la medida de las necesidades o problemas de cada cliente, e identificar oportunidades en su cadena logística que tal vez no haya considerado.
En este sentido, entregar soluciones innovadoras, eficientes y sostenibles a sus clientes, resalta Álvaro José Henao, presidente de la compañía, es posible gracias al modelo de economía circular que aplican. “Se trata de un proceso de producción de circuito cerrado que inicia con el uso de papel y cartón reciclado como materia prima, continúa con la reutilización del agua, la generación de energía a partir de fuentes renovables y las sinergias con otras industrias para el aprovechamiento de residuos”.
Materias primas y fabricación de empaques a base de papel
En Smurfit Kappa el papel y el cartón se elaboran a partir de dos fuentes sostenibles: fibra virgen de madera de plantaciones forestales comerciales certificadas, una de las pocas materias primas renovables del mundo; y papel y cartón reciclado, que proviene de la recolección de residuos post consumo.
Fibra virgen: Su modelo de economía circular empieza en las plantaciones forestales, razón por la cual, buscan garantizar que el ciento por ciento de la fibra virgen para producir papel se obtiene de plantaciones forestales manejadas responsablemente al seguir los esquemas de certificación forestal más reconocidos globalmente como FSC®.
Reciclaje de papel y cartón: Con esta operación cubren el 50 por ciento de la fibra utilizada en sus productos. Con plantas de recolección en Bogotá, Barranquilla, Cartagena, Medellín y Cali y más de 200.000 toneladas recolectadas en promedio cada año, su operación de reciclaje ocupa un papel clave en este mercado a nivel nacional.
Buenas prácticas ambientales
La responsabilidad ambiental de esta compañía no solamente se percibe en el diseño de los empaques y su posterior reciclaje, también en su proceso productivo en el cual buscan el menor impacto en los ecosistemas.
Uso del agua: La compañía la reutiliza múltiples veces a lo largo del proceso y el 90 por ciento se devuelve a la fuente con la calidad adecuada en términos ambientales, después de pasar por plantas de tratamiento de última tecnología. Adicionalmente, en varias de las plantas tienen instalados sistemas para la recolección de aguas lluvias, con lo que se generan ahorros significativos en el uso del agua.
Energía y cambio climático: reducen el uso de combustibles fósiles y la emisión de CO2, promoviendo las fuentes renovables y cerrando los circuitos para crear circularidad en su proceso de producción. Un ejemplo es la reutilización, como biocombustible, de un residuo orgánico del proceso de pulpeo como es el licor negro.
Gestión de residuos del proceso productivo: generan sinergias para encontrar usos alternos a los residuos sólidos de su proceso productivo que puedan utilizarse como materia prima en otras industrias. Con acciones como esta, desde 2013 han reducido en más del 40 por ciento los residuos enviados al relleno sanitario, en tanto que la meta global de reducción para 2025 es de 30 por ciento.
Explicación detalla de la operación de la compañía
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