Premio Allianz
Creer en las segundas oportunidades
La fundación que lidera la actriz Johana Bahamón ha cambiado la vida de cientos de presos y pospenados que hoy le demuestran a toda Colombia su valor en la sociedad. Esta iniciativa fue finalista del Gran Premio a la Innovación Social de Allianz y SEMANA.
Brindar segundas oportunidades y generar espacios de reconciliación son las bases del trabajo de la fundación creada por Johana Bahamón, una reconocida emprendedora que cambió su exitosa carrera de actriz cuando, por azares del destino, fue invitada a ser jurado de un evento en la cárcel de mujeres el Buen Pastor. Las historias de vida de esas personas, las serias intenciones de cambio de algunas de ellas y la indiferencia o desprecio de una parte de la sociedad hacia ellas le hicieron cambiar su vocación de las luces y las cámaras por la de servir al otro.
Desde ese momento la calidad de vida de los casi 125.000 presos, hombres y mujeres, del país y de las personas pospenadas ha sido una obsesión para ella y su equipo. Su sueño inició en 2013 cuando arrancó la Fundación Teatro Interno y después, con el Restaurante Interno, primero en el mundo en ser atendido por una población carcelaria femenina.
Bahamón no ha abandonado su vena artística. Al contrario, la considera una parte fundamental de su quehacer. Así, la fundación ha utilizado el arte en pro de la reconciliación. Desde su inicio ha organizado cuatro Festivales Nacionales de Teatro Carcelario, que han permitido a los internos hacer sus presentaciones fuera de sus celdas y ha transformado vidas de manera radical, como en el caso de Cindy. Cuando pagaba su condena, y sin esperar mayor cosa y sin las mayores expectativas, ella se animó a participar en uno de los talleres de danza y actuación promovidos por Johana.
Esa pequeña decisión, que puede ser intranscendente para las personas que gozan de la libertad, se convirtió en el faro que le ayudó a Cindy a resistir los momentos más difíciles de la cárcel y a plantearse un futuro bienaventurado. Está contenta y agradecida con Johana por haber creído en ella, porque, en la cotidianidad “muchos aseguren que no podemos cambiar, afortunadamente alguien nos dio una segunda oportunidad”. Hoy, Cindy trabaja en una empresa de construcción que recibe pospenados y pronto tendrá una casa propia para sus dos hijos gracias a un crédito y a un subsidio de vivienda.
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En este momento todas las iniciativas de la fundación de Johana se concentran en la Casa Acción Interna, un lugar con varios proyectos productivos en los que se involucra a internos, pospenados, jóvenes del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes y a las familias. En esta casa, ubicada en el barrio Teusaquillo de Bogotá, funciona un restaurante, un teatro, una agencia de publicidad, una barbería, un estudio de tatuajes y una empresa de confecciones.
En cada proyecto se encuentra un testimonio que revela el impacto social de la fundación. Ese es el caso de Libis Álvarez, una cartagenera que tras estar presa tres años hoy lidera la confección de prendas y accesorios. “La llegada de la fundación nos cambió la vida totalmente, Johana es como nuestra mamá o madrina, siempre nos apoya incondicionalmente y ahora nosotros queremos ayudar a otras personas”, asegura Libis.
Uno de los proyectos más exitosos ha sido la agencia de publicidad, que hace algunos días lanzó su primera campaña, contratada por Carulla. Jhon Calderón Miranda es uno de los pospenados que tras pasar cinco años de prisión en la cárcel La Modelo, hoy en día trabaja en la parte creativa de la agencia. “Me parece que este proceso de la Fundación es muy reivindicador, yo conocía el trabajo de Johana como actriz y que ahora se dedique a esto me parece una acción gigante y muy noble, porque le da oportunidades a personas que nunca tuvieron esa posibilidad”, asegura Jhon.
Otro de los beneficiados es Alejandro Hernández, un joven que cayó en la cárcel cuando llegó a Bogotá tratando de huir de su pueblo en el que era discriminado por su orientación sexual. “Cuando ellos fueron a la cárcel La Modelo me acompañaron en mi proceso y me dijeron que era una persona creativa, ahí me capacité en cursos de moda y belleza y ahora estamos a punto de abrir la barbería”.
En medio de la pandemia, la fundación siguió trabajando por la población carcelaria y capacitó a 78 internos, pospenados y guardias del Inpec que se certificaron en emprendimiento. Así mismo, llevó elementos de bioseguridad y aseo a las 132 cárceles del país. Además, entregó varios mercados y otros elementos que beneficiaron en total a 60.711 internos, 312 pospenados, 488 familiares y 15.369 guardias.
Acción Interna está a solo dos años de cumplir su primera década inicio de labores. Y en tan poco tiempo ha impactado a 30.000 personas privadas de la libertad y ha llevado sus propuestas a 32 cárceles del país. Gracias a su trabajo y al de su equipo, Johana ha logrado una mayor visibilización de los problemas la población carcelaria y de los pospenados, que ha podido volver a soñar con un futuro libre de estigmas.