¿Cuál es el sistema de salud que necesita Colombia? Responden expertos en Foro Salud de SEMANA

La reforma a la salud del Gobierno nacional sigue siendo objeto de debate y discusión a nivel nacional. Su trámite se ha visto ralentizado por las recusaciones que se han presentado contra algunos senadores de la Comisión Séptima, quienes firmaron para hundir el proyecto.

Durante el Foro Salud organizado por SEMANA, representantes del sector compartieron sus preocupaciones sobre el proyecto y sus propuestas para mejorar el sistema de salud.

Para Ana María Vesga, presidenta de Acemi, es necesario “introducir cambios que permitan avanzar en mayor acceso y efectividad, y mejor calidad en el territorio”, por lo que comentó que sí es necesario cambiar, pero sin “una reforma estructural al modelo de salud que actualmente tiene el país”.

Vesga aseguró que todos los actores deben reconocer que hay oportunidades, así como grandes necesidades, porque “el sistema de salud es asimétrico en los territorios”.

Con respecto a los cambios que propone la reforma, Carmen Eugenia Dávila, directora de Gestarsalud, señaló que no se necesita una ley para solucionar los problemas de acceso en las zonas rurales y dispersas, sino una “acción contundente del Estado”.

Según Dávila, en lo que realmente necesita avanzar el país es financiamiento, aspecto que sí “debe ser abordado con una ley”.

Para los representantes del sistema, una reforma es necesaria, pero debe ser bien pensada. Jairo Humberto Restrepo, coordinador del Grupo de Economía de la Salud (GES) de la Universidad de Antioquia, aseveró que hay dos formas de hacer una reforma: una de “choque que implica un salto al vacío y somete al país a la discusión y polarización, o una muy bien pensada con una hoja de ruta que se acoja al marco normativo con cambios graduales”.

Una reforma es necesaria, según Restrepo, para avanzar en gobernanza, puesto que “una de las debilidades del sistema es la legitimidad, porque está muy deteriorada”. En ese sentido, señaló que es fundamental que el Gobierno nacional asuma la tarea de recuperar la confianza entre los diferentes actores.

El camino en el Congreso

Sobre el camino de la reforma en el Senado de la República, Vesga considera que la propuesta está “herida de muerte”. Según ella, la manifestación de los senadores de la Comisión Séptima frente al hundimiento del proyecto es el “reflejo de las voces que han dicho que el problema no es la reforma, sino la falta de un diálogo sobre los aspectos que el sistema requiere”.

“Es una reforma que no ha logrado seducir a los actores”, aseguró Vesga, quien resaltó que “existe una visión política y no una visión de sistema, con un revanchismo contra el sector privado”.

Sin embargo, la presidenta de Acemi explicó que el hundimiento de la reforma en el Legislativo no representaría un éxito “ni un fracaso para el Gobierno”. Según ella, es fundamental recoger los asuntos que se han conversado durante el último año sobre el acceso a los territorios y los retos de la oferta de talento humano en salud.

Dávila, por su parte, también señaló que es necesario aprovechar esos espacios de discusión que se han dado en los últimos meses para abrir más la conversación y llegar a un consenso, especialmente, con la participación de los usuarios y pacientes, “quienes legítimamente pueden decir cuáles son las fallas y qué necesitan dentro del sistema”.

“Yo no celebro que la reforma se hunda, así como no voy a celebrar que se apruebe como está”, dijo Restrepo, quien también invitó a los congresistas a la concertación alrededor de una iniciativa que incluya a los actores implicados. “La reforma no es la ley actual y este gobierno viene implementando cambios como si tuviera un plan B para poner en marcha elementos que no están en el texto”, agregó el académico.

Cualquier reforma, de acuerdo con Jairo Restrepo, debe estar sustentada “y tomar como pilar fundamental la Ley Estatutaria de Salud”, porque uno de los hitos que dejó para el país incorporar a la legislación el derecho fundamental a la salud fue establecer indicadores para su goce efectivo por parte de los usuarios.

En ese sentido, el experto propuso que si bien hay que mejorar la atención de los pacientes con dificultades de acceso, no se logrará “deteriorando a las demás personas”.