Generar empleo a partir del conocimiento

Combatir el desempleo ha sido una de las preocupaciones que por décadas ha preocupado a gobiernos y empresarios. En el país el mercado laboral afronta muchos problemas que redunda en las altas cifras de desocupación. Uno de estos es la dificultad para encontrar personal idóneo para algunas vacantes disponibles las vacantes por dificultades de diverso grado en la preparación de los trabajada. Esta situación se ha convertido en un reto para Causa y Efecto, la empresa pionera en Colombia en crear escuelas de destreza para el rápido aprendizaje. Una innovadora idea que ha permitido solucionar dos problemas a la vez: el de la empleabilidad de personas sin formación o estudios y el de la productividad de las empresas.

El modelo del proyecto consiste en formar trabajadores en un tiempo récord, que va de los dos a los cinco días, para trabajar en compañías de alto nivel. El secreto detrás de esta hazaña radica en dejar atrás los métodos tradicionales y aplicar conceptos para estimular la memoria y practicidad de los trabajadores.

Detrás de esta idea está Carlos Aguilar y su socia Natalia Jaramillo que, junto a Carolina Tejada, directora de aprendizaje, siempre están investigando sobre cómo enseñar más fácil y cómo romper paradigmas de los oficios. “Nuestro propósito es democratizar el conocimiento, por eso no cobramos por persona, sino que investigamos y creamos para que las empresas generen más oportunidades”, dice Carlos Aguilar.

Hasta el momento, Causa y Efecto ha instalado 57 escuelas, a las que se han vinculado 125 empresas y capacitado a unas 10.500 personas, y han logrado que más de 6.500 personas ingresen al mercado laboral con buenos salarios.

Las estrategias pedagógicas de Causa y Efecto son variadas, van desde el uso del baile y la música para formar pintores, o de la realidad virtual o la inteligencia artificial, hasta utilizar técnicas usadas en la Fórmula 1 para personal que realiza trabajos que requieren alta coordinación y concentración. Con esta idea pretenden eliminar procesos excesivamente académicos, sustituyéndolos por habilidades puntuales que se necesitan en los cargos operativos.

Uno de estos métodos llevó al equipo a descubrir que en la industria automotriz las personas que pintan los carros realizan un movimiento específico. Se trata de una rutina que se compara con el baile, por lo que decidieron contratar profesores expertos en el tema e incluso a un baterista que les enseñó a los trabajadores que pintar era como bailar al compás de un beat.

Su innovación ha sido tan exitosa que importantes empresas y organizaciones como Corona, el Sena, EPM y muchas han contratado los servicios de su escuela de destreza. Las compañías manifiestan estar contentas con los resultados. Una de ellas, Corona, segura haber pasado del 48% hasta el 82% en el mejoramiento de la calidad gracias a los trabajadores egresados.

Por el lado de los trabajadores, ellos aseguran sentirse beneficiados no solo por el empleo, sino porque lo aprendido les ayuda a estandarizar sus procesos y así desgastarse menos en sus labores. “Cuando ingresé a la empresa, hace ocho años, me demoré dos meses en entrenamiento, hoy los muchachos están listos para trabajar máximo en dos semanas”, asegura Daniel Quintero, trabajador de Corona que hoy es instructor en una de las escuelas.

Otro de los sectores que se ha visto positivamente impactado por la escuela es el de la construcción, donde han capacitado herreros y formaleteros empíricos que ahora son más productivos. Por ejemplo, algunos han pasado de tener un rendimiento de 8.75 metros cuadrados por hora a entre 12 y 16 metros cuadrados. Incluso, estos resultados les han permitido a muchos trabajadores ascender.

Esta iniciativa también ha llegado para reforzar los programas sociales de varias instituciones. Ese es el caso de la Alcaldía de Medellín, que instaló una estas escuelas en el sector conocido como Barrio Triste, uno de los más golpeados por las drogas y la violencia. En ese lugar Causa y Efecto aplica sus metodologías con un enfoque de inclusión social y ha logrado que poblaciones vulnerables, como personas habitantes de calle, adquieran habilidades que les permitan cambiar su vida. De esta manera muchos han salido con un empleo en campos como la floricultura, la manufactura industrial, entre otros.