Opinión

La evolución de la educación: un camino hacia el aprendizaje de por vida

Emilia Restrepo, rectora del CESA explica cómo mediante las tecnologías emergentes y las nuevas tendencias globales, la educación ha dado un salto en su enfoque tradicional hacia el “aprendizaje para toda la vida”.

Emilia Restrepo Gómez, rectora del CESA
30 de diciembre de 2024
Emilia Restrepo Gómez, rectora del Colegio de Estudios Superiores de Administración - CESA.
Emilia Restrepo Gómez, rectora del Colegio de Estudios Superiores de Administración - CESA. | Foto: CESA

La educación superior ha sido, y continúa siendo, un pilar esencial para estructurar el pensamiento crítico, abrir puertas profesionales y desarrollar competencias fundamentales. Sin embargo, en un mundo en constante cambio, esta ha evolucionado para adaptarse a las nuevas realidades, integrando el aprendizaje como un proceso continuo y enriquecedor a lo largo de la vida.

Tradicionalmente, la educación estaba enfocada en proporcionar herramientas para el ámbito laboral. Hoy, con los avances tecnológicos y un futuro cada vez más incierto, la educación también asume el desafío de preparar a las personas para afrontar la vida en toda su complejidad. En este sentido, la formación superior amplía sus horizontes, complementando su rol con nuevas oportunidades que permiten aprender y adaptarse constantemente.

El concepto de aprendizaje para toda la vida o “Lifelong Learning” (L³) surge como respuesta a esta necesidad. Con una expectativa de vida más larga, las personas enfrentan múltiples proyectos y transiciones que requieren una actualización constante de conocimientos y habilidades. Estos desafíos demandan soluciones educativas que sean flexibles y personalizadas, capaces de ajustarse a las circunstancias cambiantes de cada individuo.

En esta transformación, tecnologías como la inteligencia artificial están desempeñando un papel fundamental al conectar las demandas del mercado laboral con las aspiraciones y capacidades de los estudiantes. Este enfoque no solo asegura la relevancia del contenido educativo, sino que también convierte el aprendizaje en una experiencia significativa, motivadora y adaptada a cada etapa de la vida.

El CESA dio a conocer L³UNA, un sistema de aprendizaje impulsado por IA, con rutas de formación personalizadas de acuerdo a las necesidades de cada alumno.
Este año el CESA dio a conocer L³UNA, un sistema de aprendizaje impulsado por IA, con rutas de formación personalizadas de acuerdo a las necesidades de cada alumno. | Foto: CESA

El aula, por su parte, ha dejado de ser un espacio físico limitado para convertirse en un entorno de aprendizaje flexible que trasciende fronteras. La combinación de educación formal y no formal permite a cada persona construir un trayecto único, respondiendo a sus propias necesidades y aspiraciones.

En última instancia, el aprendizaje continuo adquiere mayor valor cuando eleva a las personas, no solo en su desarrollo profesional, sino también en su crecimiento personal. Este enfoque integral permite enfrentar los desafíos de un mundo en constante evolución con confianza y capacidad de adaptación. La educación, lejos de ser una etapa estática, es ahora un viaje dinámico que acompaña y empodera a las personas en cada paso de su vida.

Conscientes de esta evolución, en el CESA hemos desarrollado un modelo educativo innovador que tiene su punto de partida en L³UNA, un sistema de aprendizaje que integra herramientas tecnológicas avanzadas con un enfoque personalizado, permitiendo a las personas trazar rutas de aprendizaje que respondan a sus intereses y necesidades a lo largo de la vida.

Este sistema, equipado con inteligencia artificial (IA), actúa no solo como tutor, sino que también tiene acceso a más de 200 millones de perfiles de vacantes en los mercados laborales de Colombia, Estados Unidos y Canadá. Esto permite a las personas definir rutas de aprendizaje adaptadas a sus intereses y etapas de vida.

En definitiva, la educación se proyecta como un modelo similar al de una suscripción, donde las personas consumen contenido educativo no solo en el fondo, sino también en la forma, acorde a sus intereses personales, que naturalmente cambian con el tiempo. En otras palabras, personalización y flexibilidad son imprescindibles para definir qué y cómo se quiere aprender.

*Emilia Restrepo Gómez, rectora del CESA.