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La inspiradora historia de dos emprendedoras que transformaron su vida después de los 60
En el foro ‘Envejecimiento digno y activo’ Claudia Asmar y Dora Celina Betancourt contaron cómo vencieron los prejuicios impuestos por la sociedad frente a las personas mayores.
El contexto socioeconómico, las barreras sociales y los prejuicios de la edad no fueron impedimento para que Claudia Asmar, líder de Tiflo Toys, sacara a flote su compañía especializada en juegos didácticos para niños ciegos y con baja visión. El propósito de su producto es claro, ayudar a sembrar empatía en los niños para que comprendan y perciban el mundo desde la perspectiva de una persona con problemas de visión.
Su pasión por crear e innovar en la industria de los juegos infantiles fue opacada por la falta de tiempo, el miedo a fracasar, sumado a las responsabilidades familiares. Sin embargo, decidió seguir adelante con su proyecto y esto la llevó a conocer a una niña invidente quien le permitió entender la escasez de juegos que incluyeran a niños y adultos con esta discapacidad. Ese encuentro la inspiró para formar su empresa.
Asmar señaló que el camino no ha sido fácil, la falta de apropiación de herramientas tecnológicas y los nuevos canales de venta en línea han dificultado sus objetivos económicos. Con la llegada de la era digital, es más difícil “mostrarle un producto a una empresa mayoritaria a través de una pantalla”.
Oro Vital
El otro emprendimiento es liderado por Dora Celina Betancourt, quien le dio vida a una empresa productora de alimentos naturales. Su objetivo es apostarle a la nutrición saludable en una época en la que abunda la comida chatarra y así “revivir las raíces culinarias con las que vivía cuando era joven”.
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Su sueño de posicionar en el mercado alimentos saludables la ha llevado a explotar su creatividad para llevar sus productos de forma novedosa y atractiva a los consumidores. A lo largo de su carrera en el mundo de los negocios ha vivido en carne propia los estigmas relacionados con ser una persona mayor, pero su resiliencia le ha dado fuerzas para seguir adelante frente a los tratos injustificados de organizadores de eventos o ferias donde buscaba venderlos.
“Mi fortaleza mental me ha llevado a abrirme mis propios espacios”, afirmó Betancourt. Los colombianos deben cambiar la mentalidad frente a la inclusión de los adultos mayores en los entornos empresariales, pues está comprobado que “nosotros somos los emprendedores que más empresas logran mantener a flote”, enfatizó.
Tanto Asmar como Betancourt señalaron durante su intervención que sus historias de vida son ejemplo de que las personas mayores sí tienen la capacidad de estar encargadas de grandes responsabilidades y de salir adelante.
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