Foro Colombia
Transición energética: ¿cómo enfrentar la incertidumbre del sector?
Los cálculos de las reservas de hidrocarburos del Gobierno, y sus anuncios de no firmar nuevos contratos de exploración de petróleo ni de gas, generan zozobra en el sector energético del país. En el Gran Foro Colombia, representantes de esta industria le tomaron el pulso a la transición energética que propone el presidente Petro.
En las últimas semanas, el sector energético se ha visto envuelto en una tormenta a causa de las recientes declaraciones de la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, quien, en el Foro Económico Mundial, aseguró que “no vamos a conceder nuevos contratos de exploración de gas y de petróleo”. A este polémico anuncio, como ella lo catalogó, agregó que el país cuenta con unas reservas de hidrocarburos que alcanzan hasta 2037, como mínimo, o hasta 2042, en el mejor de los casos. Si bien es claro que el país necesita reemplazar fuentes de energías convencionales por renovables, esto, aseguran los expertos, no se hace de la noche a la mañana.
En el panel ‘Transición energética’, que se desarrolló en el ‘Gran foro Colombia 2023: ¿para dónde va el país?’, la mayoría de participantes aseguraron que las cifras del Gobierno están erradas y que, por el contrario, las reservas podrían durar solo hasta 2028 si no se mantienen los trabajos en nuevos yacimientos estratégicos que garanticen un suministro ininterrumpido. A lo anterior, agregaron que las consecuencias económicas que traería esta medida serían muy graves, porque la industria de gas y petróleo representa cerca del 40 por ciento de las exportaciones en Colombia.
Francisco José Lloreda, presidente la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP), fue crítico con las cifras entregadas por el Gobierno y señaló que la decisión de suspender la firma de nuevos contratos de exploración se tomaría cuando hubiera un informe sólido sobre las reservas, un estudio de carácter macroeconómico y fiscal. “Hay muchos elementos que no se están teniendo en cuenta. Hoy el tema es tener claro si hay que inducir a la destrucción de la industria petrolera, a sabiendas de que eso traerá empobrecimiento para Colombia”, sentenció.
Luz Stella Murgas, presidenta de Naturgas, ratificó que a raíz del debate frente a la transición energética se han dado varios elementos de juicio para suscribir, efectivamente, nuevos contratos de exploración y producción. “Mantener actividades exploratorias a largo plazo significa mantener la seguridad energética a futuro”.
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Sin embargo, en defensa de la jefa de la cartera de Minas y Energía salió Adrián Correa, director de la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme). El funcionario sostuvo que hay un malentendido y una tergiversación de diversas informaciones. “La producción de barriles y exploración se continúa registrando a nivel nacional”, incluso dando a conocer que durante las últimas semanas se ha producido un récord en cifras de producción de barriles para la nación.
Justamente, según la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), a noviembre de 2022, la producción de crudo alcanzó los 771.008 barriles promedio por día (bpd). Lo anterior significa un incremento de 3,1 por ciento frente a la cifra registrada en el mismo periodo de 2021, cuando fue de 747.772 bpd. Sin embargo, la preocupación de la industria es de cara al largo plazo. “Hay que buscar un balance para que la transición energética sea justa, sostenible y competitiva, debemos transformarnos mientras seguimos avanzando”, añadió Mónica Contreras, presidenta de Transportadora de Gas Internacional.
No obstante, Juan Camilo Nariño, presidente de la Asociación Colombiana de Minería, también resaltó que Colombia tiene en su carbón, cobre y níquel, los ejes para que el país tenga una conversación ordenada y equilibrada “con la que realmente se logre una transición energética sin dejar de lado su dimensión ambiental y social”.
Gas, clave en la transición
En medio de la discusión, la presidenta de Naturgas destacó que desde todos los sectores se está de acuerdo en que se debe transitar a un mundo carbono neutral. No obstante, precisó que esto se logra implementando un proceso de transición energética en el que el gas natural es el principal aliado “porque es el energético más consistente con las necesidades del país”.
Con la anterior premisa coincidió Juan Ricardo Ortega, presidente del Grupo Energía Bogotá, al decir que, en países como Colombia, el gas sí es el vehículo de transformación de las fuentes de emisiones porque mitiga efectos como las muertes por mala calidad del aire. “Colombia sufre por los altos niveles de material particulado y esa debería ser la discusión”. Jorge Andrés Carrillo, gerente general del Grupo EPM, no tuvo dudas en decir que el gas natural genera enormes beneficios para las familias que lo consumen, tanto económicos como de calidad de vida. “Nos gustaría tener la certeza de cómo hacer inversiones de cobertura para llegar a las poblaciones a las que no hemos podido llegar”, dijo.
Ante este escenario, y dada la relevancia que tiene el gas en el proceso de transición a energías más limpias, los expertos mostraron su preocupación por las cifras que maneja el Gobierno y sustentaron que las reservas del combustible fósil con menor impacto medioambiental solo alcanzarán hasta 2030. “Internacionalmente, las únicas reservas que cuentan son las probadas”, dijo Francisco Lloreda rotundamente. “Cosa distinta –continuó– son los recursos contingentes, que es cuando tienes una información que te permite saber qué petróleo y qué gas hay, pero no lo has logrado cuantificar, ni has logrado ver su calidad, ni técnicamente ni económicamente es factible extraer en este momento”. Y agregó: “Pareciera que el Gobierno termina juntando recursos de reservas: probadas, probables, posibles y recursos contingentes para decirle al país que tenemos, por ejemplo, gas hasta el año 2037″. De esta manera, concluyó que los recursos contingentes hoy no son comercialmente viables y los prospectivos ni siquiera han sido descubiertos. “Conclusión: explorar más o importar”, afirmó.
El llamado al Gobierno nacional fue generar mayor confianza en el sistema, no tomar decisiones radicales sin tener una claridad en las cifras y debatir los distintos puntos de vista que tienen los actores del sector.