FRANCIA
Un escándalo galo
La renuncia del candidato de Emmanuel Macron a la alcaldía de París, luego de la revelación de un video sexual, creó una crisis política y debilitó la estrategia del mandatario para reconquistar la opinión pública.
Los affaires privados de los políticos franceses nunca los habían hecho tambalear. Durante décadas, el presidente François Mitterrand escondió a su amante Anne Pingeot, con la que tuvo una hija. Nicolas Sarkozy fue abandonado a comienzos de su gobierno por su mujer y comenzó a salir con la artista Carla Bruni. Y el socialista François Hollande, en pleno mandato, se vio sorprendido en sus escapadas nocturnas en moto para visitar a Julie Gayet, actriz por la que dejó a su novia Valérie Trierweiler. Las crisis que todos estos gobernantes debieron enfrentar nunca estuvieron relacionadas con sus comportamientos en las alcobas del Palacio del Elíseo. Sus aventuras solo alimentaron las portadas de las revistas de farándula.
Para Benjamin Griveaux, exportavoz del gobierno de Emmanuel Macron, las cosas fueron diferentes. Bastó un poco más de 24 horas, desde el momento en el que apareció un video que muestra al candidato a la alcaldía de París masturbándose, para que sus aspiraciones políticas se vinieran abajo. El político habría enviado esa grabación a Alexandra de Taddeo, estudiante de 29 años con la que habría tenido una corta relación extraconyugal.
El video salió primero en el sitio web, hoy desactivado, pornopolitique.com, antes de alimentar masivamente las redes sociales. El sitio se presentaba como una denuncia de los representantes del pueblo que “mienten a sus electores imponiendo un puritanismo a la sociedad, a pesar de que lo menosprecian ellos mismos”. En la página también se podían ver mensajes eróticos que Griveaux compartió con esa mujer.
El responsable de este duro golpe es Piotr Pavlenski, artista ruso de 35 años refugiado en Francia, adepto de performances espectaculares y novio de Alexandra de Taddeo, quien dijo querer protestar contra la hipocresía de los políticos. En 2013, ya se había dado a conocer mundialmente por haber clavado la piel de sus testículos en la Plaza Roja como metáfora de la apatía y el fatalismo en la política. En 2016, acusado de agresión sexual contra una actriz, huyó a Francia alegando una persecución política del Kremlin. En Iluminación, su última performance parisina, el artista incendió la entrada de un banco cerca del barrio de la Bastilla.
Aunque hubiera podido tratarse de un banal escándalo farandulero, la decisión de Griveaux de retirar su candidatura a las elecciones de marzo provocó un sismo en la política gala, en la que tradicionalmente el comportamiento íntimo no tiene consecuencias en la vida democrática. “Los principios que parecían regir el ejercicio de la vida pública en Francia volaron en pedazos. Adiós a la estricta separación entre vida pública y privada. El rechazo de confundir combate político y orden moral fue pulverizado”, se podía leer en un editorial del periódico Le Monde que resumía las consecuencias del affaire.
Griveaux le habría enviado la grabación a Alexandra de Taddeo, una estudiante de 29 años con quien habría tenido una corta relación extraconyugal. Su actual pareja, Piotr Pavlenski, un artista ruso refugiado en Francia, difundió el video. En poco tiempo se hizo viral en las redes.
Las únicas ocasiones en las que un político ha visto su carrera afectada se presentaron cuando el comportamiento sobrepasó la frontera de la legalidad, como ocurrió con Dominique Strauss-Kahn, quien renunció a sus aspiraciones presidenciales luego de ser acusado de agredir sexualmente a una empleada doméstica en el hotel Sofitel de Nueva York, en 2011. “En el caso de Griveaux, la naturaleza del video es bastante humillante. Además de hacer explotar su célula familiar, la presión durante las semanas de la campaña hubiera sido demasiado fuerte. Él habría debido sufrir semanas de calvario. Las redes sociales amplifican el fenómeno, por supuesto, pero los políticos deberían saber que hoy cualquier imagen puede ser utilizada, manipulada”, explicó a SEMANA Philippe Moreau Chevrolet, especialista de la comunicación política, presidente de la agencia MCBG Conseil.
Ese sismo político también provocó un revés importante para el macronismo en la capital francesa. Los parisinos, que votaron masivamente por el centrista en 2017, se han alejado de él a medida que se ha derechizado. Foco histórico de la protesta social, la ciudad ha visto en los últimos años desfilar sobre sus adoquines los “chalecos amarillos”, los opositores a la reforma de las pensiones y miles de centenares de desilusionados del exministro de Economía de François Hollande.
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Por eso, Griveaux tenía como misión ganar el corazón de ese pueblo rebelde y arrebatarle el poder a los socialistas, que gobiernan la ciudad desde 2001. A pesar de que apenas se encontraba en tercera posición en las encuestas, detrás de la actual alcaldesa Anne Hidalgo y de la conservadora Rachida Dati, el paladín macronista conservaba la esperanza de pasar a la segunda vuelta. Ante su desplome, la ministra de la Salud Agnès Buzyn fue designada para reemplazarlo, pero construir proposiciones creíbles y una campaña sólida en tan solo un mes será una misión ardua.
Más allá de la capital, estos comicios son esenciales para los macronistas, pues se trata del primer sufragio local en el que participa La República en Marcha (LRM), el partido gubernamental. Si el movimiento político no logra vencer en ciudades importantes, la reelección de Macron en 2022 podría verse comprometida. Un fracaso significaría que los franceses no han sido convencidos por los tres años que han pasado desde que el centrista llegó al Palacio del Elíseo.
Griveaux está casado con la abogada Julia Minkowski, con quien tiene dos hijos.
Esta crisis se presenta también en un contexto en el que la clase política francesa teme campañas de desestabilización de todas partes, del interior del país, pero también del extranjero, sobre todo desde Rusia, país acusado de haber intentado intervenir en las presidenciales de 2017. Paradójicamente, aunque Pavlenski es un opositor del Kremlin, su técnica se asemeja al “Kompromat” (expediente comprometedor), método utilizado históricamente por los servicios de inteligencia rusos para ensuciar la reputación de los enemigos políticos. A pesar de haber sido demandado por Benjamin Griveaux por haber divulgado las imágenes íntimas, el artista petersburgués ya anunció que continuará revelando videos de la clase dirigente del país.
En esa atmósfera deletérea, otros intentos de desestabilización y escándalos podrían presentarse antes de la primera vuelta de las elecciones municipales, el 15 de marzo, pero también en la campaña presidencial de 2022 que la oposición y el gobierno preparan desde ahora. Golpes bajos desde las redes sociales, ataques informáticos, montajes digitales, rumores virales, revelación de la vida privada. La clase dirigente francesa quizá lo comprendió demasiado tarde: el mundo político entró en una nueva era.