La carrera séptima fue el punto de partida. Gays, transexuales, transformistas, lesbianas, intersexuales y heterosexuales se reunieron el primero de julio y celebraron la diversidad bajo un cielo azul claro y un sol intenso, digno de un domingo en Bogotá. Miles de jóvenes y adultos alzaron su voz y sus banderas multicolores. En tiempos de odio, amar es militancia, soy la oveja arcoíris de la familia, marchamos por las víctimas LGBTI del conflicto armado en Colombia, eres libre con amor, el prejuicio mata, sexo excremental y amar no es un crimen fueron algunas frases que se leyeron en pancartas escritas a mano, mientras algunos asistentes cantaron al fondo: amigo mirón, únase al montón. Su hija es lesbiana y su hijo maricón. Así se vivió la marcha por el orgullo LGBT en la capital del país. El evento empezó a congregar a los marchantes desde las 11:30 de la mañana y alrededor de las 2:00 p.m. inició oficialmente la edición número 12 de esta manifestación. Los asistentes recorrieron las calles bogotanas, desde el Parque Nacional y luego por la carrera décima, la trece y la novena hasta llegar al centro de la ciudad. Luego, la euforia y conmoción. Los gritos. Los gritos. Los gritos. Una estampida de gente emocionada arribó hacia las 5:30 p.m. a la Plaza de Bolívar, el punto final de la marcha. Pese a que no hay un número exacto, se estima que más de 100.000 personas hicieron parte de ese momento alucinante con la consigna la diferencia nos une.