amor por los gatos

Este gato anciano y sordo le ayuda a su dueña a superar la ansiedad

La joven que decidió adoptar a un gato sin orejas sin saber que este felino haría más por ella que cualquier otra persona.

9 de noviembre de 2016
@adventuresofotitis

Sin oportunidades de encontrar un hogar que lo volviera a aceptar de nuevo, este gato pasaba sus días deprimido por los constantes rechazos de personas que asistían al refugio, lo veían y preferían adoptar otra mascota. Sin embargo, un día la estudiante Molly Lichtenwalner lo vio, supo que eran el uno para el otro.

Te puede interesar: El gato que se convirtió en el empleado estrella de este museo

Foto: Molly Lichtenwalner @adventuresofotitis

‘Otitis’, como le puso Molly, es un gato blanco de nueve años y medio que perdió sus orejas debido a unos quistes que lamentablemente le hicieron perder la audición. Los anteriores dueños lo habían dejado en ese refugio porque no sabían cómo manejar un animal con esas circunstancias.

“Sufro ansiedad severa a causa de un accidente de coche que tuve… decidí que era hora de adoptar un animal que me ayudara con ello, porque abrazar a un amigo peludo ayuda mucho,” dijo Molly a LoveMeow.  Además había crecido en una granja con muchos animales y de niña le gustaba pasar tiempo con ellos.

Te recomendamos leer: De dónde viene el mito “Las 7 vidas de un gato”

‘Otitis’ sabe cómo ayudarla cuando está muy estresada o sufriendo un ataque de pánico. “A veces es el único que consigue calmarme… Adoptarlo es lo mejor que he hecho, y definitivamente me ha rescatado él a mí, no yo a él”, le contó a Bored Panda.

Foto: Molly Lichtenwalner @adventuresofotitis

 La apariencia de ‘Otitis’ nunca fue ningún problema para Molly, pues a pesar de que no tiene sus dos orejas y de su cara de gruñón,  ella lo considera un gato muy cariñoso y juguetón. Considera que lo mejor que ha podido hacer hasta ahora, ha sido rescatar a este gato, ya que nunca había sentido tanto apoyo emocional de algún ser como lo recibe de este felino.

Lee también: Los amantes de los gatos son más cultos que los de los perros, ¿por qué?