Experto salud

Menú de un cazador

Los gatos no son iguales a los perros. De hecho, se parecen más a cualquier león salvaje que a esas mascotas. Por eso, para brindarles una nutrición apropiada, hay que tener en cuenta ciertos aspectos diferenciadores.

Catalina Cuadros
6 de abril de 2018
| Foto: iStock

La alimentación correcta está determinada por el ambiente natural, la fisiología y las necesidades propias de la especie. Para llegar al éxito nutricional debemos conocer muy bien sus requerimientos y así lograr el balance perfecto.

Es claro que los gatos son carnívoros estrictos, así que su fuente principal de alimentación debe ser la proteína de origen animal, a la que deben sumarse otros nutrientes como grasa, fibra, un mínimo porcentaje de carbohidratos y, por supuesto, agua.

Proteína

La dieta de un gato requiere carne de origen animal y un aporte proteico mucho mayor que el resto de los mamíferos. Las proteínas son moléculas formadas por cadenas pequeñas llamadas aminoácidos, las cuales facilitan el crecimiento de los tejidos, la reparación y regulación de los procesos metabólicos y son la fuente primaria para la vida de un gato.

Esto es lo que debes saber sobre los suplementos nutricionales.

Grasas

Cumplen varias funciones. Generan el aporte más grande de energía y mejoran la palatabilidad y textura del alimento. Además, tienen un papel importante en el transporte de las vitaminas liposolubles A, D y E.

Hidratos de carbono

Los gatos no necesitan ingerir carbohidratos, ya que son capaces de obtener la mayor parte de la energía que necesitan a partir de la catabolización de la proteína.

Estas son las cosas que jamás debes hacerle a tu gato.

Vitaminas

Son muy importantes para evitar radicales libres que puedan causar daño celular y, por lo tanto, el envejecimiento de las células. Las vitaminas protegen al organismo frente a ciertos tipos de cáncer.

La vitamina A mejora la visión e interviene en otros procesos como la regulación de las membranas celulares y el crecimiento de huesos y dientes. El gato, sin embargo, no es capaz de convertir el beta-caroteno (presente en los frutos naranjas y amarillos) en vitamina A y necesita obtenerla directamente de tejidos de origen animal. Cantidades demasiado elevadas de esta vitamina son tan peligrosas como su deficiencia.

La vitamina D está directamente relacionada con el metabolismo del calcio. Su deficiencia produce raquitismo. La vitamina E es muy importante para el mantenimiento adecuado de la piel y el pelo en gatos. Y, finalmente, las vitaminas del grupo B aportan mejoras en los procesos de metabolización de los nutrientes esenciales.

Además de las vitaminas es importante que tu mascota consuma minerales y agua a voluntad, así como los requerimientos nutricionales específicos según su etapa fisiológica: bebé, adulto joven, adulto mayor y anciano. Teniendo en cuenta estas recomendaciones, podrás garantizar la salud de tu gato y ayudarle a prevenir enfermedades comunes como la obesidad, la diabetes, las asociadas al tracto gastrointestinal y la disfunción renal, entre otras.

Por Catalina Cuadros, Zootecnista especializada en nutrición animal felina.

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