EDUCACIÓN

GCB, un colegio que no deja de aprender

El Gimnasio Colombo Británico -GCB- tiene claro el potencial de las herramientas digitales en el aprendizaje. El principal desafío de la educación no presencial a la que obligó el confinamiento no fue ajustar las clases a la virtualidad, sino flexibilizar los procesos académicos.

21 de junio de 2020
Colegio Gimnasio Colombo Británico | Foto: Cortesía GCB

Gracias a un trabajo en equipo entre las familias, los docentes y las directivas del GCB, la etapa de confinamiento que comenzó desde mediados de marzo como medida preventiva frente a la propagación del covid-19 se ha vivido con tranquilidad por parte de los estudiantes y ha tenido un impacto mínimo en ellos.

El GCB tiene todas las herramientas necesarias para enfrentar los cambios sin traumatismos. Aquí la educación es entendida como un proceso en constante evolución y por eso permanentemente sus directivas y docentes revisan las metodologías y procesos para garantizar que el aprendizaje se ajuste a las expectativas de las nuevas generaciones de alumnos.

Los chicos que llegan a nuestras aulas son nativos digitales y mucha de la información y la formación que van a recibir en su proceso educativo será a través de pantallas. No podemos negar la realidad digital en la que viven nuestros alumnos. Los educadores debemos convertirla en la herramienta de trabajo y enseñarles a usarla con mesura”, explican los directivos del colegio.

Las herramientas digitales permiten la flexibilización del aprendizaje y motivan la creatividad en la enseñanza. Convencidos de estos beneficios, las directivas y los maestros del GCB desarrollaron un proyecto que les permite a los estudiantes adquirir comprensiones más profundas de los conceptos a través de caminos distintos a los modelos pedagógicos tradicionales. Gracias a esta filosofía educativa, que tiene como uno de sus pilares la ciudadanía digital, el GCB estaba preparado para afrontar la enseñanza a distancia.  

Después de que el Gobierno decretó el aislamiento preventivo obligatorio le tomó solo dos días ajustar sus clases y actividades a la virtualidad. “El reto más importante fue flexibilizar nuestro trabajo para adecuarlo a las nuevas necesidades de las familias, producto de este cambio. Fue necesario ayudar a entender, sobre todo a los padres de los niños más pequeños, que los íbamos a acompañar en el proceso y que flexibilizaríamos nuestras prácticas para adecuarnos a los tiempos que les dejaban sus nuevas agendas laborales. Aquí no solo importa pensar en el programa académico, debemos pensar en la familia que es la que lo hace realidad,” puntualizan los directivos. 

Desde entonces, la prioridad del GCB es brindarle apoyo y tranquilidad a las familias a través de herramientas digitales adecuadas para cada edad, que permitan o faciliten el aprendizaje, lo que hace posible una práctica pedagógica que ponga la armonía del hogar como prioridad. “Somos una familia que aprende y supera las adversidades unida”, concluyen los directivos.

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