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Película Pinochet El Conde.
Jaime Vadell interpreta al dictador en "El Conde", en esta imagen proporcionada por Netflix. (Pablo Larraín/Netflix vía AP). | Foto: AP

Cine

50 años del golpe de Estado en Chile: Netflix estrenará película en que Pinochet es un vampiro

El programa se titula El Conde y lo dirige el laureado Pablo Larraín, director de éxitos como Spencer. Reseña.

Redacción Semana
8 de septiembre de 2023

El dictador chileno Augusto Pinochet no está muerto en “El Conde” del director chileno Pablo Larraín.

En cambio, es un vampiro de 250 años que vive en un semiexilio y desea la muerte en esta audaz alegoría sobre la tendencia de la historia a repetirse. Filmada en blanco y negro, la película es sublime y sobrenatural.

Es apropiado que el filme, que se estrenará en cines el viernes y en Netflix el 15 de septiembre, debute cerca del 50 aniversario del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 que llevó a Pinochet al poder durante casi 17 años.

Película Pinochet El Conde.
Alfredo Castro en el rol del mayordomo de Pinochet. | Foto: AP

Pinochet en clave de sátira

Las malas ideas, advierte Larraín, tienen la tendencia a perdurar, mutar e infectar a las sociedades una y otra vez, incluso muchos años después de que supuestamente hayan sido disipadas y destruidas.

Algo así como vampiros que viven en un exilio infernal y austero mientras herederos codiciosos tratan de reclamar lo que es suyo y mantener el flujo de dinero.

Larraín, el cineasta de 47 años detrás de “Spencer”, “Jackie” y “No”, siempre se ha considerado un autor político y ya ha señalado a Pinochet en películas anteriores.

En “El Conde”, que coescribió, utiliza “el lenguaje de la sátira y la farsa política” para mostrar al mundo la verdadera naturaleza de un dictador que “nunca enfrentó la verdadera justicia”, dijo el cineasta en un comunicado.

Película Pinochet El Conde.
Paula Luchsinger es una misteriosa monja que hace el recuento de los bienes de Pinochet y busca exorcizarlo. | Foto: AP

Exorcizar al dictador

Murió en 2006 sin pasar por los tribunales chilenos. El hecho de que no haya sido llevado ante la justicia se concibe en la película como una situación que coloca al país en una especie de limbo eterno, condenado a seguir sufriendo a manos del General y sus discípulos.

Jaime Vadell, de 87 años, interpreta a Pinochet. Vuela por Chile como un superhombre malvado y envejecido, sin saber si quiere cazar o morirse de hambre y dejar que se le acabe el tiempo. Está cansado del mundo, pero también orgulloso. Se irrita especialmente cuando se sugiere que es un ladrón (asesino, en cambio, le parece bien).

Alfredo Castro es su devoto mayordomo y también tiene hambre de sangre. Gloria Münchmeyer es serena y siniestra como su esposa Lucía y están atrapados con su descendencia de mediana edad, perezosa y arrogante, mientras una joven y bonita contadora/monja (Paula Luchsinger) intenta hacer un balance de los bienes del general pero también exorcizarlo.

El personaje de Luchsinger, que enmascara su astucia con seriedad y grandes ojos abiertos, está diseñado y filmado con guiños a Renée Jeanne Falconetti en La passion de Jeanne d’Arc (La pasión de Juana de Arco).

Película Pinochet El Conde.
Gloria Münchmeyer es Lucía Hiriart, la esposa de Pinochet. | Foto: AP

Pesadilla fantástica y alegórica

El Conde obviamente no es una lección de historia, pero en ella la información llega rápido.

Podría rivalizar con His Girl Friday (Luna nueva) en palabras por minuto, lo que puede ser difícil de procesar en subtítulos para las personas que no hablan español, pero aquí es donde Netflix resulta útil: el diálogo es tan nítido que no querrás perderte ni una palabra.

También hay un narrador de habla inglesa (cuya identidad se revela eventualmente), lo que le da una sensación de libro de cuentos caprichosamente macabra.

En esta pesadilla fantástica y alegórica, el sentido y la lógica deberían ser lo último en mente, especialmente cuando ese está absorto en la espléndida fotografía del cinefotógrafo Ed Lachman, quien ha trabajado en filmes como Carol y The Virgin Suicides (Las vírgenes suicidas).

Aparentemente, filmó con una cámara hecha especialmente para la película (una Arri Alexa Monochrome para cualquiera que esté interesado).

Quizá El Conde extiende su premisa efectista un poco más allá de su límite, pero es sin duda una experiencia cinematográfica embriagadora, abrumadora y cruda, que va muy bien de la mano con el gran thriller legal del año pasado “Argentina 1985″.

El Conde dura 110 minutos y tiene una calificación R (que requiere que los menores de 17 años la vean acompañados de un padre o tutor) de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA, según sus siglas en inglés) por “desnudos, sangre, violación, diálogos, contenido sexual y violencia fuerte”. Duración: 110 minutos. Tres estrellas de cuatro.

Con información de AP.