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Archwell: la fundación de Meghan y Harry no recaudó mucha plata
En el Reino Unido creen que con solo 50.000 dólares, la campaña de los duques de Sussex para recaudar donaciones para sus obras benéficas fue un fracaso.
El duque y la duquesa de Sussex dieron un paso al lado para iniciar una nueva vida en California. Para ello anunciaron con bombos y platillos que harían ellos mismos las obras de beneficencia, pero bajo la firma Archwell, ya no como miembros de la familia real británica sino como ciudadanos independientes. Todo el mundo pensó que las arcas de la Fundación se llenarían porque dos nombres tan atractivos como Meghan y Harry lograrían atraer capitales tanto de los más ricos como de los no tan acaudalados.
Pero resulta que en 2020, el primer año de funcionamiento Archwell, que significa ‘nuevo comienzo’ solo recaudó 50.000 dólares, una cifra considerada muy baja para los estándares de los ricos y famosos. Solo para dar una idea, esa suma es menor a lo que valen los pagos legales de sus antiguas fundaciones cuando eran miembros activos de la familia real y compartían servicio social con los duques de Cambridge.
Algunos dirán que están en su comienzo y que las cosas no despegan de un día para otro. Además está el tema de la pandemia que ha sido malo para todas las fundaciones de caridad en el mundo. Pero para otros esta es una prueba más de que los grandes nombres, las grandes personalidades, no necesariamente son magnetos de dinero solo por ser famosos. Todo depende de que tan querido sea el personaje famoso en cuestión.
En el caso de los duques de Sussex la opinion está dividida. Algunos los aman por tener la valentía de dejar el palacio de Buckinghan y sacar los trapos al sol en los jardines de la presentadora Oprah Winfrey, a quien le contaron todo tipo de intimidades en una entrevista. Pero para otros, la pareja es un ejemplo de altanería e infantilismo nunca visto en un miembro de la familia real.
Así las cosas, una fundación que gira en torno a una estrella puede colapsar y volverse un agujero negro que acaba con todo lo que le pasa alrededor. Tal como le pasó a The Lance Armstrong Foundation, que recogía dinero para causas relacionadas con cáncer pero que cayó al olvido y perdió a benefactores clave cuando el ciclista fue despojado de todos sus títulos por dopping.
A veces las fundaciones de caridad asociadas a personas públicas van viento en popa, pero otras nunca arrancan porque la celebridad en cuestión no tiene tanto tiempo para dedicarse al tema. Ese podría ser lo que sucedió con la Fundación de Kanye West que cerró en 2011 con aportes de 500.000 dólares de los cuales solo otorgaban a causas benéficas una pequeña fracción. En un año, por ejemplo, solo entregaron la módica suma de 563 dolares a los necesitados.
Ese podría ser el problema de Harry y Meghan, quienes en este año no solo han tenido que adaptarse a vivir en un nuevo país, sino recibir una nueva hija, Lilibeth, asi como buscar modos de sustento diferentes al bolsillo del príncipe Carlos y la corona.
Nadie pone en duda que Harry y Meghan son capaces de atraer la atención del mundo, de hecho lo hacen con cada aparición, con cada foto, con cada tuit. El problema radica en que además de cambiar pañales, los duques tienen muchos asuntos que atender entre los que sobresalen el contrato con Spotify, los libros que deben escribir con una prestigiosa editorial y algunos proyecto de televisión. Las fundaciones requieren de un compromiso 24/7, algo que ellos probablemente aún no estan en capacidad de ofrecer.
Asimismo, los costos de llevar una obra de caridad y hacer eventos para recaudar dinero es un trabajo de mucho esfuerzo, pues requiere de una locación, un espectáculo, invitaciones, flores y una gran labor de diseño de interiores para que todo luzca fenomenal. Además, esto involucra costos de viajes, comida, vino a todo dar y todo eso requiere de una administración eficiente para que el presupuesto no se desborde. Eso no solo cuesta plata sino que toma tiempo.
Lo más probable es que los duques logren recoger más dinero en los proximos años, pero para llegar a ese punto, en el que reacaude más de 500.000 dólares al año o más, necesitarán de la ayuda de sus amigos Elton y Oprah, que tienen sus propias fundaciones.