Sin Filtro
Arelys Henao se quiebra al recordar a su familia: “Daría tantas cosas por ver aquí a mi padre”
La cantante de música popular es una de las artistas más reconocidas en Colombia, pero muchos desconocen su historia.
No cabe duda de que Arelys Henao es una de las artistas más querida por los colombianos e incluso reconocida a nivel internacional. Aunque puede que muchas personas no escuchen su música, la conocen y la respetan cuando llega a cualquier rincón de Colombia.
La vida de la artista ha sido plasmada en una novela que resultó teniendo dos temporadas y muchos colombianos creyeron que los relatos que allí se veían eran parte de la ficción. Sin embargo, la realidad es que Arelys pasó por momentos duros en su infancia y todo eso que le ocurrió es lo que le ha permitido tener éxito y en nunca olvidarse de dónde proviene.
En la extensa conversación en el pódcast Sin Filtro de SEMANA, Arelys se destapó y contó en detalle cada momento que tuvo que vivir cuando joven, en una época que los grupos criminales reinaban en Antioquia y donde no tenía nada material.
“Cuando pierdes a los seres queridos es muy duro y daría lo que fuera por tener a la familia junta. Qué rico ver a mi padre conmigo en la casa en la que estoy actualmente, ver a mis hermanos y a mi madre”.
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Contó la historia sobre un dinero que pidió prestado para cumplirle un sueño a su papá que durante años luchó para sacar adelante a toda la familia. “Mi padre murió con el sueño de comprar una finca, un amigo me prestó la plata y empezamos a buscarla, pero mi padre murió de cáncer terminal”.
Agregó: “Yo daría la casa que tengo, la finca que tenemos y daría tantas cosas por ver a mi padre. Por sentirlo con paz cuando, sin televisor ni luz, veíamos las estrellas, no había dinero, no había fama, no había preocupaciones. Eso me ha llevado a reflexionar”.
La artista reveló que tiene siete hermanos muertos y que hace dos años su hermano mayor murió y le ha dado muy duro porque justo cuando ha tenido éxito y reconocimiento, no ha podido disfrutar con ellos. “El verdadero tesoro de los seres humanos es la familia, es el hogar, los hijos, la vida, la salud. Yo que vengo de no tener nada puedo decirlo”.
Cada vez que habla de su familia viene el llanto a su rostro porque fueron momentos muy complicados por la violencia que se vivía en la región y por la falta de oportunidades que tuvo.
“Cuando mi padre veía que no había mercado, nos llevaba al monte y le veía su angustia y buscábamos la comida. Nunca lo vi renegando porque tampoco tuvo nada en la vida”.
La pupila de Darío Gómez, que supo abrirse paso en un género dominado por hombres, habla de sus inicios cuando le auguraban un mal futuro en la música por no ser esbelta ni tener glamour. También de los momentos más dolorosos de su vida, que se narraron en la novela, y por qué hay ausencias que resultan difíciles de olvidar.
“De los 5 a los 10 años pasaron muchas cosas en mi vida. A los 10 años tuve que dormir en una estera, hoy le doy gracias a Dios cuando me acuesto en mi cama porque él cambió mi vida”, dijo.
No obstante, un episodio que la dejó marcada fue uno que ocurrió a sus 12 años porque ya empezaba a cantar y la invitaron a un corregimiento de Antioquia para una actividad donde varios niños participarían de actividades artísticas.
“Me mandaron a un corregimiento que se llama El Junco. Allí iba yo a cantar, pero cuando llegamos vimos un grupo armado grande donde había unas 300 personas. Yo era una niña y no entendía lo que estaba pasando. Nos quitaron la volqueta donde habíamos llegado, al padre que había ido con nosotros le quitaron al carro y ellos estaban como organizando el combate para la noche. Ese día iban a atacar a Sabanalarga y los carros los usarían para movilizar a su gente”, contó.