HOLLYWOOD

Natalie Wood: ¿La mató el marido?

La muerte trágica de la actriz en 1981 parecía cerrada y sellada, pero varios testimonios revivieron las sospechas sobre su marido, Robert Wagner. Esta es la historia.

10 de febrero de 2018
Fotos: AFP y Getty Images

Natalie Wood y Robert Wagner protagonizaron una de las grandes historias de amor de Hollywood. Se conocieron cuando ella era una niña-estrella y él un galán buen mozo de futuro brillante, siete años mayor que ella. Se casaron en 1957, en el matrimonio del año del mundo de la farándula, pero tiempo después Wood se enredó con Warren Beatty y lastimó la relación. Se divorciaron cinco años después. Ella, mujer de muchos amigos y en búsqueda constante del amor, se casó después con el productor Richard Gregson y tuvo una hija. Wagner, un playboy que enloquecía a todas las actrices, se casó con Marion Marshall. Pero, cuando ambos se divorciaron en 1971, se reencontraron y enamoraron de nuevo, más intensamente. Se volvieron a casar en 1972 y tuvieron una hija. La relación, que cuando brillaba era única pero sufría muchos altibajos emocionales, duró hasta la trágica velada del 28 de noviembre de 1981.

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Sobre lo que pasó aquella noche nunca habrá certeza. Se sabe que el cuerpo de Natalie apareció flotando en la isla Santa Catalina, en la costa de California, y que las autoridades calificaron su muerte como un accidente. Se sabe que Wood había invitado al actor Christopher Walken, con quien esos días filmaba la película Brainstorm, y a dos personas más a pasar unos días juntos en la isla, pero que solo Walken aceptó.

El plan era navegar por las costas de California en el Splendour, el yate que Wood disfrutaba mucho, a pesar de que le tenía terror al agua, por varias experiencias traumáticas en su carrera y por la profecía de una adivina que le vaticinó que un día moriría ahogada.

Así pues, la pareja y su invitado llegaron a la isla el 27 y pasaron esa noche en un hotel. El 28 en la mañana regresaron al Splendour y en la tarde regresaron a tierra firme a desordenarse. Tuvieron una velada larga y agitada en Doug’s Harbour Reef, el único restaurante de la ensenada. Wood, Walken y Wagner bebieron mucho y, según empleados del establecimiento, ella era la más borracha. La estrella coqueteaba y reía con Walken y parecía ignorar que los acompañaban su marido y Dennis Davern, el capitán del Splendour, muy cercano a la pareja. Agitados, entre el trago, las pepas y la tensión, regresaron al yate a las 10 de la noche.

Algunos han especulado que Walken tenía un affaire con la actriz. Wagner no era ajeno a los rumores y estaba molesto con su esposa por el trato que le daba al invitado, que claramente la fascinaba, y por actitudes que para él estaban lastimando a sus hijas. Se dijo que Wagner, medio borracho, habría increpado a Wood a gritos, que incluso le gritó “¡Bájate de mi maldito bote!”... y gente que estaba en otros barcos cercanos asegura haber escuchado un fuerte altercado.

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Lo cierto es que a la 1:30 de la mañana, Wagner y Davern pidieron ayuda a los guardacostas, pues Natalie había desaparecido con un bote salvavidas. Seis horas después el cuerpo de Wood apareció boca abajo, todavía en su pijama, bata y medias, casi a dos kilómetros del barco. El salvavidas inflable también apareció en las costas rocosas. El mundo del espectáculo quedó en shock con la muerte de una de sus más bellas protagonistas y el planeta quedó en vilo por la investigación.

Según relata Vanity Fair, el forense Thomas Noguchi hizo la autopsia y determinó que Wood había muerto ahogada. En su reconstrucción, aseguró que la actriz cayó al agua tratando de abordar el bote salvavidas. Las marcas de uñas en este indicaron que Wood trató de agarrarse para salir, pero su bata de dormir se hizo muy pesada y no pudo. Mientras el bote salvavidas se alejaba, ella fue perdiendo fuerza, cayó presa de la hipotermia y murió.

Añadió que en su cuerpo había moretones en los brazos y en las piernas, y una abrasión en la mejilla izquierda que una caída al agua podía explicar. El examen toxicológico comprobó que tenía un nivel de alcohol considerable y que había otras sustancias en su sistema, pero Noguchi no entró en detalle. Varios de sus colaboradores le hicieron caer en cuenta de que la opinión no quería saber cuán intoxicada estaba Wood, sino cómo había terminado en el agua alguien que le tenía pánico a nadar. Para solventar estas dudas, Noguchi encargó una “autopsia psicológica”, pero nunca la reveló para no llenar de morbo el caso.

La versión oficial se ajustó al dolor de Wagner, a quien le permitieron dar pocos detalles y retirarse de la escena incluso sin reconocer el cadáver, favor que le pidió a Davern. Wagner aseguró que no hubo peleas, y que una vez regresaron al bote siguió tomando algo con Walken. Vio a su esposa por última vez a las 10:45 y solo pasada la medianoche se dio cuenta de que no estaba acostada. La buscó y notó que el bote salvavidas no aparecía en su lugar. Pensó que su esposa podía haber tomado rumbo hacia el pueblo, donde les esperaban los cuartos de hotel en los que habían dormido la noche anterior. En su testimonio, si bien la discusión entre él, su mujer y Walken pudo haber sonado agresiva, tuvo el tono de una charla política entre gente bebida. Sobre los vidrios rotos en el espacio social del yate, Wagner los atribuyó a la marea agitada.

Para muchos, incluido Davern, Wagner entregó un testimonio débil, y posteriormente se negó dos veces a dar versiones detalladas. Ahora, 37 años después de los hechos y 6 años después de que la investigación retomó su curso al sumar varios testimonios que confirman una pelea fuerte en el yate, el detective de homicidios John Corina declaró a Wagner “persona de interés”, un eufemismo de la justicia gringa para decir sospechoso. Queda ver si en este último intento de la ley por dar con la verdad de esa noche Wagner puede escapar de nuevo.

Davern, a quien muchos acusan de aprovecharse de la tragedia (trató de vender su historia y publicar un libro varias veces, hasta que lo logró en 2009), manifestó varias veces que su relato inicial de los hechos había sido “arreglado” y, en declaraciones off the record, incluso dijo saber cómo terminó la actriz en el agua. Con el paso de los años, conforme se fue alejando de Wagner, empezó a hablar, algo que no había hecho antes pues, según dijo a la cadena CBS, no quería lastimar a las hijas de Wagner.

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Davern cuenta que volvieron de la tarde de trago, se sentaron a hablar todos y el coqueteo entre Wood y Walken siguió hasta que Wagner agarró una botella de vino, la rompió en una mesa y le gritó a Walken: “Qué tratas de hacer acaso, ¿acostarte con mi esposa?”. Wood iracunda salió de la sala y se encerró en su camarote. Davern cuenta que poco después Wagner fue a buscarla. Desde ahí, Davern los escuchó pelear como nunca. Objetos volaron dentro y fuera del camarote. Antes de un silencio extraño, Davern escuchó que alguien desataba el bote salvavidas. Wagner regresó angustiado, sudoroso, y abrió otra botella de vino. Davern revisó el yate de arriba abajo y quedó perplejo al no dar con ella. El capitán sugirió encender las luces del Splendour y buscarla, pero Wagner le dijo que no lo hiciera, pues “no querían alarmar a nadie”.

El agente Corina, por su parte, aseguró que no ha acusado a Wagner, pero que “nos gustaría escuchar su versión de los hechos. Fue el último que la vio con vida y estuvo con ella”.