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Así era el anuncio de Pepsi con Madonna que la multinacional prohibió por miedo a la censura
Parece mentira, pero esta no fue la única censura que sufrió la “reina del pop”.
Madonna es una de las artistas femeninas más importantes de la historia de la música y es por una razón muy específica. Más allá de su gran talento al bailar, su melodiosa voz y su gran conocimiento a la hora de componer, producir y mostrar su música; ha sido el romper estereotipos e irse en contra de los cánones nocivos, tóxicos y hasta violentos hacia la mujer lo que le dio la relevancia en la industria, pues ha sido una de las que más a velado por la libertad femenina en todos sus aspectos.
Aunque otras artistas de su época e incluso antes ya venían abriendo camino a sus sucesoras en un negocio sumamente machista y misógino, fue Madonna quien se fue de frente contra ese poder masculino que imperaba en los 80 y los 90. La intérprete de Like a Virgin logró poner precedentes sobre lo que las mujeres pueden y quieren decir, de mostrarse como seres humanos que desean y transgreden y, además, están a la par de los hombres y sus instituciones.
Muestra de ello fue su canción Like a Prayer, que generó toda una controversia en marzo de 1989 cuando se lanzó y todo gracias a su video, en el que la cantante muestra una estética religiosa con símbolos directamente relacionados con la Iglesia Católica, pero con acciones que fueron satanizadas y catalogadas como herejías por parte de dicha institución, como el hecho de representar a un santo con un actor y modelo negro al que la artista besa en la boca de forma apasionada.
Esto desató un sinfín de habladurías y críticas hacia Madonna, a quien le otorgaron el título de “anticristo” y el mismo papa de la época la “excomulgó” por haber “profanado” la imagen de la Iglesia con su música. Esto no solo fue un conflicto eclesiástico sino que también permeó a muchos otros asuntos que tenían que ver con la artista en aquella época, como los contratos publicitarios que se hacían con grandes marcas comerciales.
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Uno de estos era el que tenía la “reina del pop” con la marca de gaseosas Pepsi, que durante décadas reclutó a las cantantes más resonadas del momento para sus comerciales, que a veces iban desde muestras simples de su producto, hasta realizar historias cinematográficas cortas para verde su anhelada bebida. Madonna fue una de estas cantantes que tenía su propio comercial y este fue el objetivo de censura por su polémica canción.
En el clip publicitario no se ve nada relacionado con la iglesia más allá de los escapularios y los dijes de cruces que tiene Madonna en su cuello, como parte de una indumentaria muy básica que apenas se puede apreciar en el video a blanco y negro. Más allá de eso, en el corto solo se ve a la artista bailando y disfrutando de una Pepsi mientras se mueve al son de Like a Prayer.
Sin embargo, dado el boom mediático que desató la canción, el comercial fue sacado del aire y no fue transmitido por ningún canal de televisión, pues cada vez que sonaba una armonía o una estrofa de la canción, alguien con tendencias conservadoras salía a gritar improperios contra la canción y la marca que osara usarla como parte de su publicidad.
Aun así, Madonna no se dejó amedrentar por nadie y continuó lanzando los sencillos de su álbum nombrado igual que la polémica canción, y luego consolidó su carrera con sus siguientes trabajos discográficos, con los que seguía yéndose contra cánones sociales que restringen la libertad femenina, que incluso aún hoy perduran con menor fuerza, asunto que sigue siendo motivo de lucha por todas las mujeres adscritas a la industria.