Así es como Tatiana Calderón se ha abierto camino en un deporte dominado por hombres

Tatiana Calderón se ha ganado el respeto en un deporte dominado por los hombres. Su carrera en las pistas, que inició a los 9 años, ha sido difícil a pesar de lo que ha logrado en sus últimas temporadas como piloto de pruebas del equipo Alfa Romeo.

Pero a la bogotana le encantan los retos y los asume como una vuelta más para alcanzar su meta personal. “Siempre viene a mi mente la percepción equivocada de que una mujer no puede ser tan competitiva como un hombre, por eso salgo a demostrarlo en la pista, porque allí el que manda es el cronómetro”, dice.

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Con cada una de sus palabras, y también con sus gestos, confirma que, a diferencia de muchas otras disciplinas, en el automovilismo ella puede competir de igual a igual, a pesar de escuchar continuamente que por la exigencia física es imposible que una mujer llegue a la Fórmula 1.

Contrario a desmotivarla, eso ha fortalecido su disciplina y la rigurosa rutina de tres horas de entrenamiento físico y dos de preparación mental, al menos cinco días a la semana.

Cuando llega a formar parte de un nuevo equipo siempre pide ser tratada como una piloto más, “sin contemplaciones”, pues por su carácter se siente más cómoda cuando le exigen.

Esto es para ella un medidor que le ayuda a saber con claridad si está haciendo las cosas bien, y que todos a su alrededor confían en que es capaz de dar más.

Pero no todo es seriedad para ella, “he cambiado equipos”, confiesa con desparpajo, asegurando que su buen humor y sus chistes le han permitido ganarse, sonrisa a sonrisa, a sus coequiperos.

Desde niña fue una declarada amante de los deportes. Practicaba tenis, fútbol y equitación, pero le bastaron cinco minutos en una pista de karts, para enamorarse de la velocidad y la adrenalina. “Algo hizo clic dentro de mí y pensé: ‘Esto es lo que quiero hacer’”.

Contar con el apoyo de su familia ha sido fundamental. Fue Paula, su hermana mayor, quien le presentó el mundo sobre cuatro ruedas y con quien compitió durante diez años en karting.

Hace seis años viven juntas en Madrid y ella es su sombra protectora, en quien ha depositado toda su confianza para administrar su carrera: “Es clave no solo como hermana, también como compañera y sin duda como mi mejor amiga”.

Alberto Calderón Palau, su padre, siempre fue un fanático de los deportes a motor y quiso darle a su hija la oportunidad que él no tuvo. Por eso la llevó a competir, en las noches, en los campeonatos de aficionados que se organizaban dentro la pista que ella y su hermana frecuentaban en el norte de Bogotá.

Pero contar con su bendición y la de su mamá, María Clara Noguera, siempre tuvo una condición: mantener un buen rendimiento académico. Tatiana lo cumplió a rigor destacándose entre sus compañeros del Colegio Helvetia, incluso cuando dejó de asistir para competir en Estados Unidos.

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Cuanto más se acerca a su meta de llegar a la Fórmula 1 sabe que el camino tiende a estrecharse, pero esto no la desanima pues se siente confiada de su trayectoria; visualiza llegar a la cima del automovilismo en tres años, momento en el que espera que un equipo le brinde la posibilidad de ocupar ese asiento para competir y sabe que solo lo conseguirá en la medida que logre sumar nuevos esfuerzos al apoyo que ha recibido de Coldeportes y la Escudería Telmex.

Ha contado además con la suerte de entablar amistad con algunos de sus ídolos, como Juan Pablo Montoya y la veterana piloto británica Susie Wolff, a quienes recurre por consejos sobre los pormenores de lo que le ocurre en la pista cuando compite. Tatiana está disfrutando este importante momento en su carrera, y se siente conmovida por el apoyo que recibe de sus seguidores, especialmente de los colombianos. 

* Este artículo hace parte de la última edición de la revista Jet Set