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Así es Daniel Ek, el hombre detrás de Spotify que ahora quiere un equipo de fútbol
El sueco de 38 años, genio del ‘streaming’, es también un enamorado del equipo de fútbol Arsenal.
Se hizo millonario revolucionando el mercado de la música y ahora sueña con tomar las riendas del club de fútbol de sus amores, el Arsenal: Daniel Ek, cofundador y CEO de Spotify, encarna el éxito de un hijo de la Suecia obrera que llevó su start-up hasta el triunfo en Wall Street.
Con la cabeza afeitada y con barba de tres días, zapatillas deportivas y camiseta, este hombre de 38 años, originario de Estocolmo, responde a una imagen típica de treintañero urbano, pero es realmente el máximo dirigente de una empresa que vale actualmente 55.000 millones de dólares.
Para unos se trata de un visionario que le dio a Europa uno de sus grandes logros tecnológicos, reflotando la industria de la música y manteniendo la cabeza alta ante gigantes rivales como Apple.
Otros lo consideran sin embargo un ‘mercader’ de la cultura, que explota a los creadores sin una retribución justa y que mantiene acuerdos con grandes empresas utilizando de paso sus holdings en lugares como Chipre o Luxemburgo.
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No es fácil separar historia de leyenda para hablar de este sueco tímido apodado ‘Spice’ por antiguos colegas de profesión. “Consideraban que siempre tenía tendencia a añadir algo de pimienta a sus historias para hacerlas más interesantes”, explica Sven Carlsson, coautor de “Spotify desde el interior”.
Para Daniel Ek (“roble”, en sueco), así como para Spotify, el punto de partida es Ragsved, un lugar modesto de la periferia sur de Estocolmo, donde creció. Procedente de un entorno obrero, su padre abandonó el hogar familiar cuando él era niño.
Fue en ese lugar donde empezó también su pasión por el Arsenal, siguiendo los partidos del internacional sueco Anders Limpar, que jugó en los ‘gunners’ (como también se le conoce a ese equipo deportivo) al principio de los años 1990.
Con gran talento para la programación, “quiero hacerlo mejor que Bill Gates”, fanfarroneaba con 11 años, el joven Daniel se comenzó ganándose pronto la vida creando páginas web.
Con 23 años consiguió su primer millón de dólares al vender Advertigo, una empresa de publicidad en línea, y encontró como padrino a Martin Lorentzon, un empresario catorce años mayor y con una fortuna ya consolidada.
A principios de 2006, ambos imaginaron cómo sería un servicio de distribución de música legal y principalmente gratuito, frente a las plataformas de descargas piratas que sumían a la industria en crisis. Fue así, pensando en ropa interior en su apartamento de Ragsved, como nació el nombre de la start-up, cuenta Sven Carlsson.
“Eres joven y en mi caso bastante ingenuo, así que te dices a menudo que no debe ser demasiado duro. Cuando fundé Spotify ni siquiera sabía que necesitaba licencias de las casas de discos”, contó Ek unos años más tarde.
Aliados importantes
Pasó dos años de avión en avión para intentar convencer a las ‘majors’ de la música sobre la apertura de sus catálogos: Spotify lanzó finalmente su servicio en 2008.
La compañía fue superando obstáculos y pasó del mercado sueco a otros países de Europa, antes de dar el salto a Estados Unidos en 2011, pese a la hostilidad de Apple y de Steve Jobs.
Quince años después de su fundación, cuenta con más de 300 millones de usuarios activos y casi la mitad de abonos de pago, plantando batalla ante la competencia, desde Amazon a Apple o al chino Tecent, con quien ha establecido una alianza.
En Silicon Valley, Daniel Ek contó con el apoyo del patrón de Facebook, Mark Zuckerberg, uno de los primeros aliados de Spotify, que llegó a estar presente en su boda en 2016.
Con un 9,2 % del capital, pero un tercio de los derechos de voto según el informe anual de Spotify, su fortuna personal está estimada en casi 5.000 millones de dólares, según Forbes. Eso le permite poder pensar en dar el salto de la industria musical hacia la conquista de otro escenario mundial, el fútbol.
Daniel Ek confirmó la semana pasada que preparaba una oferta para comprar el club londinense del Arsenal, después del fiasco del proyecto de Superliga europea, al que el propietario actual, el estadounidense Stan Kroenke, se había asociado.
Kroenke cuenta con el rechazo de la hinchada ‘gunner’, pero asegura que no tiene intención de vender. “Me he preparado para la idea de que pueda ser un camino largo”, admitió Ek, que ha buscado aliarse con viejas glorias del club, como Thierry Henry.
AFP