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Así fue la muerte de Griselda Blanco en la vida real; tuvo trágico final al caer en uno de sus ‘propios inventos’
La narcotraficante perdió la vida en 2012 por circunstancias ligadas a su pasado.
La historia de Colombia ha estado rodeada de momentos únicos, distintos y sorprendentes. Estos le pusieron su toque distintivo a un país rico en cultura, producción, diversidad y personajes inimaginables. A lo largo de los años, se han conocido toda clase de escenarios en los que el narcotráfico y la delincuencia tomaron impulso a nivel internacional.
En este contexto, pese a la extensa lista de protagonistas de esta problemática, una de las figuras más temidas y peligrosas en estos temas ilegales fue Griselda Blanco, una cartagenera que se ubicó como la cabeza de este crudo negocio en los años 70, cuando empezó su camino delictivo. Su nombre fue tomando fuerza con el pasar de los días, convirtiéndose en una mujer poderosa y cruel.
Era tal su fascinación por el cruel mundo de la mafia que, por la película El padrino, se refería a sí misma como la ‘Madrina’ y bautizó a uno de sus hijos como Michael Corleone. Su mentalidad estaba enfocada en crecer en este mundo, dejando de lado las emociones y concentrándose en sus objetivos delincuenciales.
Con ese carácter, y a punta de lo que muchos llaman “malicia indígena”, Blanco levantó un imperio que alcanzó a mover miles de millones de dólares, a emplear a más de 1.500 traficantes, a planear el secuestro de John Kennedy Jr., a iniciar a Pablo Escobar en el negocio de la droga en Estados Unidos, a ser responsable de cerca de 250 asesinatos y a poner en jaque a la DEA.
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Fue tal su desarrollo en el narcotráfico, que quienes la rodeaban le tenían miedo por las decisiones y caminos que solía tomar a favor suyo. Sus amantes corrían peligro y terminaban en un final bastante trágico, pues les quitaba la vida sin remordimiento alguno.
Su historia dejó a más de uno sin palabras, pues nadie se imaginaba los alcances de la colombiana en un terreno liderado por hombres, quitándole esa máscara de ingenuidad que podía transmitir con su apariencia. Su apodo y su nombre tomaron fuerza, al punto de que las autoridades buscaron la forma de frenarla y así acabar con este imperio delictivo.
Griselda Blanco, interpretada por Sofía Vergara en la producción de Netflix, fue encarcelada en Estados Unidos y allí pasó varios años, hasta que fue deportada y regresó a su tierra natal, buscando alejarse de este entorno.
Sin embargo, quienes la conocían se asombraron de algo muy diferente: de que todavía estuviera viva. Salió de circulación cuando fue condenada en 1985 a 20 años de cárcel en Estados Unidos y, siendo matrona y peliblanca, había sido deportada a Colombia en 2004, desapareciendo inmediatamente sin que nadie supiera de su paradero.
Pese a que la narcotraficante intentó seguir su camino con un perfil bajo, su destino fue bastante trágico y murió víctima de su propio invento: cayó en manos de una táctica criminal que ejecutaba en contra de aquellos a los que quería eliminar.
¿Cómo murió Griselda Blanco?
De acuerdo con lo que se reveló, Griselda Blanco fue asesinada en una calle de Medellín en 2012, exactamente cuando se dirigía a una carnicería en el centro del barrio Belén. La mujer se desplazaba con su nuera, quien estaba embarazada y se encargaba de acompañarla a esta clase de diligencias cotidianas.
Pese a que todo parecía fluir con normalidad, el destino le pasó cuenta de cobro a la cartagenera: sicarios acabaron con su vida en septiembre de aquel año. Alguien ordenó su asesinato y fue tomada por sorpresa mientras esperaba que le entregaran su compra en aquel sitio.
Un hombre se bajó de una moto y le disparó dos veces, dándole un tiro en el hombro y otro en la cabeza, cerca del ojo, el cual acabó con ella, según recopiló Infobae.
Medios señalaron que la cruel mujer murió de la forma en la que le quitaba la vida a sus víctimas y enemigos.