PERFIL
Benedict Cumberbatch: el fenómeno británico
Con varios éxitos en el cine y en la televisión, Benedict Cumberbatch se ha convertido en el actor del momento. En Estados Unidos y Reino Unido le rinden culto.
El británico Benedict Cumberbatch, de 37 años, no se parece a ningún otro actor. Gracias a sus elevados pómulos y a sus pequeños ojos, algunos periodistas lo comparan con un roedor. Otros, debido a su pálida y esbelta figura, lo tildan de aristócrata. Unos hasta dicen que se parece a un caballo. Pero ninguno lo describe, por lo menos en cuanto a su físico, como una estrella de cine. Hoy, sin embargo, la inusual cara del actor figura en las principales vallas publicitarias de Hollywood y sus fanáticas gritan desconsoladas cuando lo ven. Algunas hasta se desmayan.
Hace tres años casi nadie sabía quién era Cumberbatch. La notoriedad le llegó tarde, precisamente el 25 de julio de 2010. Ese día 7 millones de personas lo vieron encarnar por primera vez en la serie de la BBC a Sherlock Holmes, el metódico detective que creó sir Arthur Conan Doyle. Su actuación fue tan buena que a los 20 minutos del inicio del capítulo el nombre de Cumberbatch había aparecido miles de veces en las redes sociales y cuando terminó el actor ya se había convertido en una estrella mundial. De inmediato Hollywood golpeó en su puerta y desde entonces el británico ha participado en varias películas taquilleras, como 12 años de esclavitud, Star Trek: en la oscuridad y Caballo de guerra. Ahora, después de su ciclo en el cine, ha vuelto al papel que lo consagró para una tercera temporada, la cual se estrenó en Colombia el lunes pasado.
Aunque su nombre surgió hace poco, el británico tiene una hoja de vida impresionante: cuenta con más de 30 películas, 17 roles televisivos y 14 obras de teatro. Al igual que Sherlock, su personaje más famoso, Cumberbatch detesta el aburrimiento y se desespera si no tiene un proyecto entre manos. “De niño no me podía quedar quieto. Siempre llegaba del colegio empapado en sudor. Toda la vida he tenido mucha energía”, le contó al periódico The Times.
Por esa razón sus padres, ambos reconocidos actores, lo inscribieron desde pequeño en clases de teatro. Querían que el joven Cumberbatch canalizara su energía, pero no querían que él les siguiera sus pasos, pues consideraban sus carreras demasiado inestables. Para evitar que eso sucediera lo mandaron a Harrow, uno de los colegios de hombres más prestigiosos de Reino Unido, con la esperanza de que se convirtiera en abogado o en médico. Pero sus intentos resultaron inútiles. Cumberbatch retomó la actuación, a pesar de que solo le daban roles de mujeres por su voz.
Después de graduarse del colegio, enseñó inglés durante un año en Tíbet. Al volver, estudió Actuación en Mánchester. Un fin de semana sus padres lo vieron en una obra de teatro. Su papá quedó tan sorprendido con su rendimiento que cuando la producción se acabó, le tomó la mano y, entre lágrimas, le dijo que él nunca había actuado así de bien en toda su vida. Cumberbatch tenía menos de 25 años.
“Por muchos años tuve partes grandes en producciones pequeñas y partes pequeñas en producciones grandes”, afirma el actor. En la mayoría de esos roles, Cumberbatch interpretó a genios, un hábito que conserva hasta hoy. En 2004 encarnó a Stephen Hawking, en 2010 a Van Gogh y recientemente al fundador de WikiLeaks, Julian Assange. Y, por supuesto, al carismático Sherlock Holmes.
Al parecer, en 2014 el británico seguirá esa línea. En cine le dará vida al matemático Alan Turing y a finales del año interpretará a Hamlet en un teatro en Londres. También hay rumores de que en un futuro no tan lejano Cumberbatch se pondrá el esmoquin negro de James Bond, algo que lo consolidaría de una vez por todas como el actor más importante del momento.