MÚSICA
Así fueron los últimos días de Bob Marley
Howard Bloom, quien fue agente del músico jamaiquino, cuenta en su nuevo libro que él pasó su convalecencia por un cáncer aislado de la prensa y de sus seguidores en una clínica de Suiza.
Durante ocho meses, entre 1980 y 1981, Bob Marley, el máximo representante del reggae jamaiquino en el mundo, luchó contra un cáncer que comenzó en su piel y terminó por invadir sus pulmones y su cerebro. Lo hizo en una clínica de Suiza, alejado de la fama que por esa época estaba en su punto más alto, de sus millones de fanáticos y, sobre todo, de la prensa que lo perseguía como a una estrella del cine.
Los reportes sobre esa época son escasos. La gente, de hecho, sabía que Marley estaba enfermo, pero pocos conocían los detalles y la gravedad del asunto. No fue sino hasta que murió en Miami, el 11 de mayo de 1981, que algunos detalles emergieron. Sin embargo, muy pocos saben cómo pasó el músico estos últimos meses de su vida.
Uno de esos pocos fue Howard Bloom, su agente durante la última parte de su carrera. Un hombre que también trabajó con artistas de la talla de Michael Jackson, Billy Idol o la banda estadounidense Kiss.
Bob Marley tenía 36 años cuando murió el 11 de mayo de 1981, derrotado por un melanoma que llegó a otros órganos. Foto: Archivo Semana
Hasta ahora, Bloom había guardado un respetuoso silencio sobre los últimos días de Marley, pero un fragmento de su próximo libro, que reunirá sus anécdotas al lado de algunos de los artistas más grandes del siglo XX, acaba con ese sigilo. Lo publicó este viernes el diario estadounidense New York Post y demuestra, entre otras cosas, que Marley no quería que la prensa se enterara de su padecimiento.
“A mí me dijeron que Bob Marley estaba muriendo de cáncer en una clínica de Suiza y que nadie podía enterarse porque los paparazzis lo estaban persiguiendo”, cuenta.
Al parecer, a Marley lo afectaba demasiado el hecho de que los otros medios supieran o no acerca de su enfermedad. Era como una obsesión: todas las mañanas, en la clínica de Suiza donde estaba convaleciente, bajaba de su habitación y consultaba los diarios de todo el mundo y buscaba al detalle las noticias que publicaban sobre él.
“Si nadie había escrito sobre su enfermedad, se pasaba el día afuera, jugando al fútbol. En cambio, cuando había una mención a su cáncer, se quedaba en su habitación, triste y sentado en la oscuridad”, explica Bloom.
En esos días, la tarea del agente era distraer a los medios y mantener lo más feliz posible al cantante. Por ese motivo, solía enviar a los medios historias sobre el artista, en las que ocultaba dónde estaba y su mal estado de salud. “Fueron ocho meses de subterfugios y ríos de tinta”, dijo.
Todo terminó una noche cuando una mujer lo llamó de parte del artista (Marley tuvo 11 hijos, una esposa y muchas amantes) y que le dijo que él ya no lo necesitaba más. “Fue una de las peores experiencias de mi vida -recuerda Bloom-. Significaba que Bob había renunciado a vivir. Esa luz, ese piloto interior, se apagó”.
Tenía razón: dos semanas después, cuando iba en un avión de vuelta a Jamaica, la salud de Marley colapsó y sus funciones vitales comenzaron a empeorar. El avión tuvo que aterrizar de emergencia en Miami y al músico lo llevaron al Hospital Universitario de Miami, en esa época llamado Cedars of Lebanon. Allá fue donde murió.
Bloom, quien siempre supo cómo había sufrido su enfermedad el músico no pudo evitar sentir algo de alivio, en medio de la tristeza. Marley, desde ese momento, se convertía en una leyenda.