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“Borra a la comunidad negra”, la dura columna del Washington Post contra J Balvin
La columna de Dash Harris Machado critica fuertemente al cantante y a la industria de la música por anular a otros artistas que, según ella, pueden merecer más el premio de artista afrolatino del año.
“J Balvin fue nombrado el artista afrolatino del año. Si te confunde esa oración, es porque no le has estado prestando atención a la antinegritud”, comienza la crítica hacia el colombiano, relacionada con el premio que recibió de parte del African Entertainment Awards, una institución creada para “celebrar y elevar el entretenimiento africano”.
La columna de Harris Machado aclaró que J Balvin aceptó el premio, no sin antes decir que no era afrolatino, pero sin dejar de agradecerle a la organización por reconocer “su lugar en la contribución de la música y el movimiento afrobeat”. Esto provocó una masiva reacción negativa, razón que habría llevado al cantante a borrar su publicación en las redes sociales.
En el artículo, la columnista afirma que el colombiano, uno de los artistas de reguetón más famosos del mundo, ha construido su éxito sobre esa exclusión y supresión, y asegura que es parte de una industria que invisibiliza a los artistas negros.
También desde el Washington Post hicieron una lista de los escándalos y críticas más recientes que ha tenido J Balvin, por ejemplo, con la canción ‘Perra’, en que el músico se disculpó por un video musical que lo mostraba paseando mujeres negras con correas. En septiembre de este año, Balvin dijo en una entrevista que había decidido participar en el reguetón cuando vio actuar a otra persona blanca y latina, como él, ya que, según él, el género, sus creadores y artistas eran predominantemente negros.
Harris Machado también habla de la exclusión que existe en estas esferas del género, contando que la mayoría de artistas del reguetón son blancos, como Maluma, Rosalía, Bad Bunny y el mismo J Balvin. Esto a pesar de que las raíces del reguetón son afrocaribeñas y afropanameñas. “Los artistas blancos se envuelven en la cultura ´negra cool´ para excluir a las personas negras reales. Esto no es nuevo”, dice la columna.
La crítica hacia el galardón dado a Balvin aumenta al momento en que Harris hace una reflexión acerca del papel del reguetón en la sociedad y la invisibilización de lo que denomina como ‘arte negro’. “El reguetón se ha comercializado bajo el término muy amplio de música “latina”, pero del mismo modo que el arte negro en general, la música y la creación afrodescendiente no pueden separarse del conocimiento ancestral y las experiencias materiales. Los latinos blancos no viven estas experiencias: ellos crean la marginación que las genera”, dice.
“Géneros como el reguetón, la champeta, la samba, la zamacueca, el son y la rumba fueron ridiculizados, marginados y criminalizados por las clases dominantes blancas en toda América Latina. Pero luego vinieron los artistas blancos, ejecutivos discográficos y productores quienes blanquearon, reempacaron y vendieron para obtener riquezas”, dice Harris, quien continúa con su crítica al artista colombiano.
“Balvin elige ignorar activamente la historia y las ramificaciones contemporáneas de su propio enriquecimiento. Cuando no recibe premios inmerecidos los boicotea, tal y como lo hizo hace unos meses cuando atacó a los Grammys Latinos. ´Los Grammys no nos valoran, pero nos necesitan´, publicó. Es irónico, considerando que él utiliza y se beneficia de la cultura negra mientras la devalúa, la borra y se coloca en su lugar”, dice Harris.
La columna publicada en el Washington Post cuenta que la música negra en América Latina está profundamente vinculada a la espiritualidad, la divinidad, el trabajo, las experiencias vividas y la comunidad negra en los países. “La vida de los afrodescendientes está en la infraestructura misma de nuestras creaciones musicales. Estas son las vidas que llevan las clases bajas, donde se crea la cultura”, asegura.
La crítica a la industria de la música y a J Balvin termina diciendo que “el sistema de poder blanco que creó las desigualdades materiales, la violencia y la explotación laboral que padecieron los afrodescendientes que desarrollaron la música para poder expresar su dolor y su lucha, ahora utiliza esa cultura negra para impulsar a blancos latinoamericanos, luego de eliminar todo su significado original”.