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Britney Spears: crecen los rumores sobre sus desesperados pedidos de ayuda por las redes sociales
Cada vez que sus seguidores le piden que dé una señal, como vestirse de un color, para mostrar lo mucho que está sufriendo, ella les corresponde.
Desde que el drama de la cantante volvió a las primeras planas, se habla de que su situación es más grave de lo que parece.
De hecho, ella ha manifestado que le tiene miedo a su padre, Jamie Spears, quien desde 2008 tiene la custodia total no solo de su carrera y fortuna, sino de los mínimos aspectos de su vida, incluido lo que hace en el día a día, sus compras en el supermercado y cuánto tiempo puede ver a sus hijos adolescentes, Sean y Jayden.
Se puede decir que, a sus 39 años, una de las estrellas de la música pop más exitosas de las últimas décadas, no es considerada adulta por la ley.
Ello ha desatado en las redes sociales el movimiento #FreeBritney, muchos de cuyos seguidores albergan temores por su vida, o al menos por su salud mental, sobre todo luego del reciente lanzamiento del documental Framing Britney Spears.
El programa, como lo anotó recientemente la cronista Caroline Graham en la web del Daily Mail, ha cobrado toda la credibilidad, dado que fue producido por The New York Times, el diario más prestigioso del planeta.
En sus 75 minutos, la producción reconstruye cómo fue que la prodigiosa estrella juvenil, proveniente de un pequeño pueblo de Louisiana, se convirtió en ídolo mundial y se estrelló estrepitosamente contra el muro, debido a sus excesos con el alcohol y las drogas, que la pusieron en serios líos con la justicia.
Durante aquellos años, por ejemplo, fue detenida cuando conducía borracha y con uno de sus hijos, de solo cuatro meses, en brazos.
El documental evoca además el día en que la emprendió a golpes de paraguas contra el auto de un fotógrafo que la seguía.
Estos y muchos más episodios de la misma índole, que determinaron que la artista fuera internada varias veces en centros psiquiátricos, llevaron a un juez a darle a su padre la tutela sobre su vida.
Quienes apoyan el movimiento #FreeBritney aseguran que el documental es solo una comprobación más de sus preocupaciones y creen que una serie de publicaciones de la artista en Instagram son en realidad un S.O.S. urgente que ella ha estado enviando durante meses.
Por un lado, dicen, se trata de posts un poco extraños. Por el otro, tienen la particularidad de que responden a intentos de sus fans por saber a través de ella misma cuál es realmente su situación.
El año pasado, por ejemplo, un seguidor le escribió: “Si necesitas ayuda, vístete de amarillo en tu próximo video”. En efecto, al día siguiente llevaba una blusa de ese color en un clip.
Días más tarde, otro fan le pidió que publicara algo sobre palomas y ella lo hizo con una pintura del austríaco Hans Zatzka en que aparecían varias de estas aves, de acuerdo con el informe del Mail.
“Britney, claramente, está pidiendo auxilio a gritos. Es una prisionera y no tiene libertad para hablar. Miren las señales. Es obvio que necesita ayuda. #FreeBritney”, escribió un admiradora.
Otra señal que sus seguidores vieron como de alarma fue la foto de una rosa marchita acompañada con estas frases: “Algunos dicen que sienten un aroma de rosas cuando se están comunicando con los ángeles durante la oración o la meditación”.
Ello desató especulaciones de que la flor representaba a la artista desvaneciéndose, recordaron Caroline Graham y otros periodistas que han escrito al respecto.
“Ella está enviando una fuerte señal. Se está muriendo por dentro, como una rosa deshojada. Es muy triste”, fue uno de los comentarios.
Una fuente que estuvo con la cantante en la producción de su más reciente álbum le explicó al Mail on Sunday que antes del documental ya se había lanzado el movimiento #FreeBritney, pero que ahora parece haberse convertido en una bola de nieve.
Desde entonces, cada cosa que ella lanza en los medios sociales, aun la más simple, es puntillosamente estudiada, en busca de indicios de lo atormentada emocionalmente que se siente luego de trece años de no poder disfrutar enteramente de su libertad ni administrar a su antojo su riqueza, que asciende a 60 millones de dólares, según Forbes.
Por supuesto, no faltan los contradictores de estas teorías, para quienes ella solo se está divirtiendo en Instagram o Twitter como cualquier otra persona.
A lo mejor, mucho de todo esto se esclarezca próximamente, pues sus representantes acaban de anunciar que Spears está trabajando en un documental para Netflix, en el cual contará su versión de la historia.