Música
“Canté para mafiosos como lo hicieron muchos otros en esa época”: José Luis Rodríguez, El Puma, cuenta en SEMANA cómo ha sido su regreso a la música
El artista, la voz detrás de la serie ‘Amores que engañan’, cuenta la vez en que se presentó en Medellín a oscuras por solicitud de un ‘misterioso’ empresario.
José Luis Rodríguez, El Puma, habla con emoción. A sus 78 años, el popular artista venezolano siente que vive una nueva vida, una que le permitió regresar a la música después de luchar durante varios años con una fibrosis pulmonar que consumía su vida y que terminó con un doble trasplante de pulmón.
Es que el cantante, que lanzó unos 45 discos a lo largo de una exitosa carrera de más de 60 años, fue diagnosticado con fibrosis pulmonar idiopática en el año 2000 y temió no volver a cantar nunca.
Se trata de una complicada enfermedad que causa cicatrices en los pulmones, lo que dificulta e impide la respiración. No tiene cura y solo algunos pacientes son candidatos para el trasplante. Él fue uno de ellos. Por eso, dice estar “agradecido de Dios que me regaló este milagro”.
En entrevista con SEMANA, el artista habló de su vida, su carrera y sus nuevos proyectos, como su reciente participación en la serie Amores que engañan, en donde su renovada voz da vida a la canción principal de esta producción.
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SEMANA: ¿Qué sintió al volver a ‘rugir’ en los escenarios, cuando muchos temían que El Puma no volviera a cantar?
José Luis Rodríguez (J. R:): El regreso fue muy especial. Fue aquí, en Colombia, hace un par de años, cuando canté, después de la operación, en Cúcuta, en un festival muy importante. Fue mi primera aparición después de la operación. Empecé como de cero, a vocalizar, a encontrarme la voz, que no me sonaba para nada. Estuve como un año con foniatra y especialistas porque a uno le pueden garantizar la vida, pero volver a cantar para mí era lo importante. Era vital poder hablar y poder cantar. Creo que hay dos casos, uno en Alemania, con un paciente que fue operado por el mismo doctor que me operó a mí, que era un cantante de rock, y el mío.
SEMANA: ¿Temió no volver a cantar?
J. R.: No creo que temor, ya con vivir era suficiente para mí. El chance de estar vivo, de seguir en este cuerpo. Poder caminar, poder respirar, una persona puede estar sin comer varios días, sin tomar agua, pero sin respirar ni un minuto. En mi caso, el temor se dio por la falta de un órgano compatible, que es un miedo que viven millones de personas. Y algún día espero que se normalice y se legisle el tema de los órganos, porque el hospital hace dinero y los laboratorios también, pero la familia del paciente que dona no recibe absolutamente nada. Y eso no es justo en la cadena de la supervivencia. Porque una sola persona puede prolongar la vida a otras diez personas más al donar sus órganos.
SEMANA: Hablemos de la serie ‘Amores que engañan’, donde usted interpreta la canción original. ¿Se le hizo difícil volver a cantar para algo tan especial?
J. R.: La verdad es que memoricé todo muy rápido y la canté igual. Es una canción de Sebastián Mellino. Era El Puma de siempre. Esta serie es un proyecto del que me siento honrado que me hayan invitado a participar, tiene un elenco muy importante de Hispanoamérica. Es un proyecto donde se plasma la vida actual de las parejas y que muestra lo difícil que es ceder tu trono a otra persona. Una serie que también muestra que se acabó el dominio del hombre sobre la mujer, en momentos en donde ellas adquieren más notoriedad en todo el planeta. Todo esto, a pesar de que existan culturas donde la mujer no tiene ni voz ni voto, sino que simplemente son un objeto. La serie muestra casos de la vida cotidiana de las parejas, y esas historias van a inspirar a muchas mujeres.
SEMANA: Usted siempre ha tenido una relación especial con Colombia. ¿Qué lugar ocupa nuestro país en su corazón?
J. R.: Colombia tiene un sitio muy especial en mi corazón y mi mente. Siempre me han tratado con cariño, con respeto, con admiración y con amor. El público colombiano es muy afable y a la misma vez ‘guapachoso’. Es un país alegre y me encanta como hablan, especialmente los paisas. Todo me gusta: su comida, su cultura, la belleza de sus personas.
SEMANA: Alrededor de su relación con Colombia se han conocido muchas anécdotas. Unas más amables que otras. Y se han creado hasta mitos de muchas veces en las que usted cantó en el país en momentos en que tenían mucha presencia los carteles de droga. ¿Cómo recuerda usted esas presentaciones?
J. R.: Eso no es un secreto: todos fuimos a cantarles a esos señores. Canté para mafiosos como lo hicieron muchos otros en esa época, porque no sabíamos quién nos contrataba. Vicente Fernández, Luis Miguel, Juan Gabriel, Franco de Vitta, todos fuimos. Recuerdo que fui a una presentación a Medellín, a un hotel, donde estaban celebrando algo. Era una fiesta privada. Y dije: Ok, yo he cantando en muchas fiestas privadas. Yo no ensayo casi nunca, pero la gente encargada de la fiesta no tenía luces. Y el mánager que estaba conmigo les decía a los organizadores que yo necesitaba reflectores que me alumbraran. Y le respondían: “No señor, no hay luz”. Mi mánager insistía en los reflectores, la noche antes del show. Y le dijeron: ¡No va a ver luz! “Entonces, él no canta”, insistió mi representante. Y el señor le dijo, con cierta autoridad: “¡Sí, él va a cantar!”. Y mi mánager entendió que era una amenaza: o canta o lo hacemos cantar. La noche del show entonces canté sin ver absolutamente a nadie. Solo escuchaba los aplausos. Fue una presentación bastante incómoda para mí, pero la hice como lo hicieron muchos otros artistas.
SEMANA: Entiendo que se está preparando una serie sobre El Puma... ¿se contará ese tipo de historias en la producción?
J. R.: Toda la verdad de mi vida se contará allí. Y la gente verá que no hay nada oculto. Estoy en conversaciones para saber para cuándo la podemos sacar. Aún no hay fecha.
SEMANA: ¿Cómo ve la hoy la industria de la música, dominada por la música urbana y las reproducciones, un hombre con una carrera de más de 60 años?
J. R.: Llevo más de 60 años en esto y he visto muchos movimientos. Esa época romántica de Manuel Alejandro, de Manzanero, de esos compositores que utilizaban la poesía para imaginar cosas, es cosa del pasado. Ahora hay una forma directa y gráfica de plasmar el sexo y la atracción. Antes se centraba más en el corazón. Hoy todo se centra ahora en el cuerpo y a veces me parece muy gráfico y grotesco. Creo que se está desvirtuando la familia, que es la célula vital de la sociedad. Y eso mueve los hilos de la juventud, sobre todo a través de las redes. Entiendo que la gente joven casi no ve televisión abierta (donde El Puma se dio a conocer) y tiende a ir languideciendo.
SEMANA: Si tuviera oportunidad de compartir tres de sus canciones con alguno de esos jóvenes de hoy, ¿cuáles les cantaría?
J. R.: Creo que me dirían What? Who are you? Es que pasa una cosa: al principio, cuando uno es fuerte, tiene ocho abdominales, está bronceado, en ese momento en que te comes la vida, las muchachas te persiguen. Quieren arrancarte la piel, el pelo. Pero, pasa el tiempo y vas por la calle y te dicen: “¡Wow, El Puma! Si mi mamá te ve, se muere”. Y yo les digo, claro, ven hagamos una foto para tu mamá. Y sigue pasando más tiempo y ahora me dicen: “Puma, por favor, un mensaje para mi abuelita”. Entonces ya se que todas las abuelas y las mamás son mías.... (risas).