Realeza
Carlos de Gales no dejará que su nieto Archie sea príncipe
Harry y Meghan están furiosos por lo que consideran un desaire hacia su hijo.
Cada día se conocen más detalles que no dejan duda de lo profunda que es la brecha entre Harry y Meghan, duques de Sussex, y la familia real británica. Ahora, se ha sabido que las declaraciones disonantes de los duques, también tienen origen en los planes que el príncipe Carlos, el padre de Harry, tiene en mente para cuando suceda a la reina Isabel en el trono.
De acuerdo con una norma implantada por el rey George V, en 1917, tienen derecho al título de príncipe los hijos y nietos del monarca que esté en el trono, así como el hijo mayor del príncipe de Gales, que en este caso es el príncipe George, hijo del príncipe William.
Así las cosas, cuando Carlos, príncipe de Gales, suba al trono, Archie, el hijo mayor de Harry, merecería esa distinción, con lo cual vendrían privilegios como una asignación del presupuesto de la corona y seguridad por parte del Estado.
Sin embargo, desde hace años se viene hablando de la intención que tiene el futuro rey Carlos de reducir al mínimo el tamaño de la familia real, convencido de que los súbditos no están dispuestos a pagar por el sostenimiento de una monarquía superpoblada de integrantes.
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De tal modo, la familia real estaría oficialmente compuesta solo por el soberano, los herederos directos al trono y los parientes inmediatos de estos. De acuerdo con un reciente reporte del Daily Mail, Carlos está dispuesto a cambiar la normativa de 1917 y así se los hizo saber a los Sussex.
“Harry y Meghan fueron notificados de que Archie nunca será príncipe, incluso cuando Carlos sea coronado rey”, le dijo al diario una fuente relacionada con la pareja. Otras personas con información privilegiada le aseguraron a la publicación que esto dejó a los Sussex de una sola pieza, ya que ellos habían hecho otras previsiones.
Como se recuerda, cuando Archie nació, se le dio mucho relieve en los medios a su decisión de que el niño no llevara ningún título de nobleza. Técnicamente tiene derecho a usar el título de conde de Dumbarton, que es subsidiario del ducado de Sussex de su padre. De tal suerte, su nombre es Archie Harrison Mountbatten-Windsor.
Eso sí, Harry y Meghan estaban confiados en que, apenas Carlos se convirtiera en rey, Archie se convertiría en príncipe. Incluso, le ordenaron a su portavoz que les recordara eso a los periodistas. El tabloide también asegura que los Sussex se enteraron de los planes de Carlos de no darle el título de príncipe a Archie días antes de su incendiaria entrevista con Oprah Winfrey, en marzo pasado.
Al parecer, Harry tuvo un candente debate con su padre al respecto y se cree además que ese fue uno de los detonantes para que sus declaraciones en aquel programa fueran tan demoledoras. El público seguidor de la realeza aún no olvida como ellos aseguraron que un miembro de la familia real los cuestionó acerca del color de piel de Archie cuando él estaba aun por nacer, en un claro acto de racismo.
Para muchos ahora cobra sentido otra afirmación que en ese momento sonó absurda y fue interpretada como una falta de conocimiento de las normas que rigen a la familia real. “Ellos (la familia real) dijeron que no querían que él o ella fuera príncipe”, anotó Meghan, al recordar los días previos al parto. Ello se interpretó como otra queja de racismo por parte de la duquesa, pero los observadores ahora opinan que hablaba afectada por el anuncio que les había hecho su suegro.
Lilibet, la hija que los Sussex acaba de recibir, tampoco merecería el título de princesa. La crónica de realeza ha registrado que Carlos tiene un rifirrafe con su hermano Andrés por este mismo asunto. Este último, no solo ha reclamado una mayor relevancia para sus hijas, las princesas Beatrice y Eugenie, en la agenda real, sino protección para ellas por parte de los organismos de seguridad del Estado.
Además, en la familia real ya se han presentado varios casos de miembros que no son príncipes aunque tendrían derecho a ello.
Tal es el caso de los hijos de la princesa Ana, la única hija de la reina. Cuando ella se casó con el capitán Mark Phillips, él no quiso que la reina le diera un título nobiliario, ni que sus hijos, Peter y Zara, fueran nombrado príncipes o con títulos menores.
Eduardo, conde de Wessex, el hijo menor de la reina, sabe que sus hijos tienen derecho a ser príncipes, pero ha preferido que no. Así, a su hija solo se le conoce como Lady Louise Windsor, en tanto que su hijo usa el título de vizconde Severn, subsidiario de su condado. Se cree que es un acto de prudencia de su parte, pues sabe que el público se ha vuelto sensible al tamaño de la monarquía.
En el orden de precedencia de la realeza y la nobleza, el título de príncipe es inmediatamente posterior al de rey. Le siguen los de duque, conde, vizconde, marqués y barón.