Carlos desmiente a Harry y demuestra que le siguió dando plata después de su retiro de la realeza

Desde que se rebeló de la familia real, la imagen del hijo menor de Carlos y Diana de Gales se ha visto empañada por problemas de credibilidad.

Ríos de tinta han corrido refutando varias de las polémicas afirmaciones del duque de Sussex en contra de la casa real y el más reciente episodio tiene que ver con asuntos de dinero.

Una declaración que hizo titulares cuando Harry y su esposa, Meghan Markle le dieron la publicitada entrevista a Oprah Winfrey, fue que Carlos dejó de darle apoyo económico desde comienzos de 2020, luego de su retiro como miembro activo de la casa real. Aseguró además que eso lo había obligado a vivir de la herencia que su madre, Lady Di, le dejó, entre 20 y 30 millones de dólares.

Fuentes allegadas a Carlos, siempre han dicho lo mucho que eso ha lo molestado porque no corresponde a la realidad.

Ahora, la rendición de cuentas de la familia real le da la razón y señala que Carlos sostuvo a Harry económicamente hasta mediados del año pasado, es decir, algunos meses después de lo que dijo el duque de Sussex. Según el informe, el heredero al trono destinó 4.4 millones de libras (6.1 millones de dólares al cambio de hoy) para cubrir los gastos tanto de Harry como de su hermano mayor, William, duque de Cambridge.

Otros allegados a Carlos le dijeron a Vanity Fair que, en principio, él siguió apoyando a Harry con dinero, pero llegó un momento en que, dadas sus afirmaciones contra él y la familia real, concluyó que suficiente es suficiente. “El banco papi no puede seguir girando indefinidamente”, aseguró el informante.

Harry le narró a Oprah que se vieron tan cortos de plata a raíz de ello, que eso los obligó a buscar nuevas fuentes de ingresos. De ahí, continuó, los millonarios contratos con Netflix y Spotify. “Eso nunca fue parte del plan”, aclaró Harry, antes de agregar que su mayor preocupación era no poder sufragar los costos de seguridad de su familia.

Sin embargo, los cercanos a Carlos, que al parecer hablan con su autorización, recuerdan que uno de los grandes fundamentos de la ruptura de los duques de Sussex con la casa real es que ellos querían ser independientes económicamente.

Textualmente, Harry le dijo a Winfrey que su padre dejó de financiarlo hasta el primer cuarto de 2020, lo que se entendería como los tres primeros meses del año. Sin embargo, la contabilidad de Carlos muestra, con nombre propio, que recibió transferencias hasta el verano.

Al parecer, conscientes de que no estaban quedando muy bien parados ante una prueba tan contundente, le encargaron al periodista Omid Scobie, autor de su biografía autorizada y considerado su portavoz no oficial, que explicara que las fechas expresadas tanto por Carlos como por su hijo, coinciden, ya que en Gran Bretaña el primer cuarto del año fiscal va de abril a junio, es decir hasta el verano. Pero esa explicación para muchos resulta traída de los cabellos.

De todos modos, vale la pena recordar que, aun sin los giros de Carlos, los Sussex siguen manteniendo su estilo de vida. En California, a donde se radicaron tras vivir un tiempo en Canadá, compraron una mansión de más de 14 millones de dólares. De hecho, ha causado admiración el modo en que han estirado el dinero que Diana le dejó al príncipe.

Así mismo, fundaron una productora de cine y pódcast y establecieron su organización benéfica, la cual nombraron Archwell, en honor de su primogénito, Archie.

El príncipe Carlos no depende de la asignación que le da el Estado a su madre, la reina Isabel. Como heredero al trono y por una tradición de siglos, él sustenta su tren de vida en el ducado de Cornualles, un vasto territorio con ganado, cultivos y propiedades que son puestas en arriendo. Así mismo, el príncipe ha sacado adelante una próspera industria de productos alimenticios saludables, Duchy Originals, lo cual es acorde con su defensa de lo natural.

El tema de la plata no es lo único que tiene a Carlos molesto con Harry. Sus amigos afirman que él no maneja nada bien sus críticas a su trabajo como padre, porque es una persona extremadamente susceptible y el gesto menos esperado puede herir su sensibilidad.