ESCÁNDALO
Así fue la increíble fuga del magnate Carlos Ghosn de Japón
Aviones privados, trenes bala y baúles con agujeros para respirar hacen parte del hollywoodesco plan de escape del magnate Carlos Ghosn para evadir un juicio en Japón. Muchos lo comparan con un truco de Houdini.
Cuando las autoridades japonesas detuvieron a Carlos Ghosn a finales de 2018 por malversación de fondos, su historia de héroe a uno de los criminales más perseguidos de Japón dejó al mundo boquiabierto. Los medios registraron cómo el acaudalado expresidente del conglomerado Renault-Nissan-Mitsubishi pasó de una vida de excesos y riqueza a dormir en un exigua celda, donde apenas tenía una cama.
Tres meses después, en marzo de 2019, el millonario acaparó de nuevo los titulares al conseguir que el Tribunal de Distrito de Tokio le otorgara libertad bajo fianza. Para lograrlo, tuvo que pagar 7,8 millones de euros y someterse a fuertes medidas de seguridad. Entre ellas, despojarse de sus tres pasaportes (el brasileño, el francés y el libanés), usar un dispositivo electrónico y someterse a vigilancia las 24 horas del día. En la puerta de su residencia instalaron una cámara para registrar las entradas y salidas, y tenía prohibido comunicarse con su esposa, Carol, y otras partes implicadas en el caso. El magnate solo debía tener acceso a un computador en el despacho de sus abogados.
Foto: El baúl en el que habría escapado Carlos Ghosn fue descubierto en un avión privado en el aeropuerto de Atatürk en Estambul, Turquía. Tenía agujeros en la parte inferior para permitirle respirar al legendario ejecutivo.
En resumidas cuentas, Ghosn estaba acorralado. Los japoneses querían evitar que escapara del país o destruyera la evidencia en su contra. Lo acusan de haber ocultado, entre 2011 y 2015, 37,7 millones de euros. El doble de sus ingresos declarados. Con estas precauciones, parecía imposible que lo hiciera. Pero la historia dio un giro el 29 de diciembre, cuando Ghosn encontró la forma de evadir los cercos y fugarse. Aún hay cabos sueltos sobre cómo lo logró y quién lo ayudó, pero el 30 de diciembre apareció junto a su esposa en Beirut, donde tiene otra de sus estrafalarias residencias.
El baúl de la huída de Carlos Ghosn
Las teorías más sólidas apuntan a que el legendario ejecutivo huyó escondido en un baúl de los usados para transportar equipo musical. Investigaciones de The Wall Street Journal aseguran que el plan de escape le costó millones de dólares y contó con la ayuda de un equipo de expertos internacionales. Según el diario, 15 personas viajaron 20 veces a Japón para estudiar milimétricamente los movimientos de más de diez puertos y terminales aéreas a fin de evaluar por cual de ellos había más posibilidades de sacar a Ghosn del país.
“La libertad, no importa cómo suceda, siempre será dulce” Carlos Ghosn.
A cargo del plan habría estado Michael Taylor, un exmiembro de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos, con amplia experiencia y conocimiento en Oriente Medio. Sobre todo, en la seguridad del Líbano, donde años antes había supervisado operaciones de rescate y secuestros de alto riesgo. Varios medios nipones indican que Taylor estuvo varios años en la cárcel por sobornos que involucran 54 millones de dólares en contratos con el Departamento de Defensa norteamericano. Esto sugiere que el exmilitar tiene las habilidades y la falta de escrúpulos necesarios para un plan como este.
Foto: La sorprendente fuga acaparó el interés mundial. En un comienzo se pensó que había escapado en la caja de un contrabajo. Japón ordenó la captura de Carol Ghosn, esposa del magnate, pues sospechan que estaría involucrada. El expresidente de Nissan lo niega.
Según la reconstrucción de los hechos, el gran escape comenzó cuando Ghosn salió de su casa en Tokio alrededor de las 2:30 de la tarde del 29 de diciembre. Tomó un taxi hacia un hotel y allí se encontró con dos estadounidenses, incluido Taylor y su socio, George Zayek. El operativo continuó con un viaje de 300 millas a bordo del famoso tren bala de Japón, con ruta Tokio-Osaka. Los videos de vigilancia muestran que, una vez allí, Ghosn ingresó alrededor de las 7:30 p. m. a un hotel cercano al aeropuerto de Kansai, pero no volvió a salir.
Esto sugiere que allí el magnate se introdujo en el enorme baúl. Cuatro horas más tarde, Ghosn, Taylor y Zayek estaban en el avión privado rumbo a Estambul, pero solo Taylor y Zayek aparecieron en los registros del vuelo.
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Los datos obtenidos por The Wall Street Journal indican un contrato de 350.000 dólares con un operador de jet privado turco: MNG Jet Havacilik. Lo reservaron para dos viajes con 13 pasajeros el 29 de diciembre. El primero, de Dubái a Osaka y el segundo, de Osaka a Estambul. Se cree que los cerebros del operativo decidieron volar desde Osaka porque el sitio regularmente estaba vacío y presentaba fallas de seguridad. Cuando planeaban el escape, el grupo había descubierto que las máquinas de rayos X del lugar solo podían escanear bolsas pequeñas, lo que significaba que los artículos grandes quedaban fuera de su alcance.
Las hipótesis apuntan a que cuando el avión pasó sobre Rusia, Ghosn, de 65 años y 1,67 metros de estatura, salió del baúl, pero la tripulación del vuelo no lo vio porque siempre estuvo en un asiento trasero. Cuando el ejecutivo llegó a Turquía, subió a un automóvil que lo condujo 100 metros hasta un avión más pequeño, que, a diferencia del anterior, no había presentado un plan de vuelo. Varias fuentes le dijeron al periódico que eligieron Estambul como punto de parada para no levantar sospechas en Japón sobre un vuelo directo a Beirut.
¿Cómo logró entrar sin pasaporte?
En un principio fue un misterio cómo Ghosn logró ingresar al Líbano sin documentos. Sin embargo, luego salió a la luz que, aunque el magnate entregó sus tres pasaportes al Gobierno japonés, había convencido a un tribunal para que le permitiera usar un pasaporte francés duplicado. Este documento, y otra tarjeta de identidad libanesa, le habrían permitido entrar a su destino final.
Este acto hollywoodense puso en aprietos a más de uno. La ministra de Justicia japonesa, Masako Mori, se vio obligada a fortalecer los procedimientos de salida del país. El ministro de Justicia de Turquía, Abdulhamit Gül, confirmó que detuvieron a siete personas en relación con los hechos, incluidos los cuatro pilotos. La compañía turca de aviones privados MNG alegó que usaron sus jets ilegalmente, aunque uno de sus empleados admitió haber falsificado el manifiesto de vuelo para mantener a Ghosn fuera de la lista de pasajeros.
Pero la novela parece lejos de terminar. El miércoles 8 de enero, Ghosn hizo su primera aparición ante las cámaras de cientos de periodistas. “Por primera vez desde que comenzó esta pesadilla, puedo defenderme y hablar libremente”, afirmó, y agregó que el sistema de justicia penal de Japón “viola los principios más básicos de la humanidad”. Dijo que limpiaría su nombre y amenazó con destapar un nuevo escándalo en la industria automotriz. Sin embargo, cuando le preguntaron si era cierto que utilizó un baúl para escapar, el magnate rio entre dientes y concluyó: “La libertad, no importa cómo suceda, siempre será dulce”.
Para la historia quedará cómo el magnate sorprendió al mundo con esta fuga al mejor estilo de Harry Houdini. Hoy los programas de televisión nipones recrean su evasión y colocan a los presentadores dentro de baúles similares. Incluso, ya están desarrollando en el país un videojuego llamado Ghosn is Gone, en el que un ejecutivo llamado Loscar Gon debe escapar de la fuerza policial.