Indígenas
¿Cuánto le pagó Elizabeth Loaiza a los indígenas wayuu después del altercado que tuvo y en qué invirtieron la plata?
SEMANA viajó al Cabo de la Vela y habló con el hombre que se fue a golpes con los amigos de Elizabeth Loaiza y entregó por primera vez su versión de los hechos.
Mirando hacia el horizonte, donde se mezcla el azul del mar con el azul del cielo, está Linny Palacio, nativo wayyu de 52 años. Es el encargado de custodiar y proteger el Ojo del Agua en Cabo de la Vela, una misión que desde hace siglos sus ancestros han liderado. En este terreno está ubicado el único yacimiento de agua dulce, antes muy caudaloso, ahora apenas recuperándose de la contaminación que experimenta el mundo.
En video el punto exacto dónde sucedió el pleito:
Este hombre que le habla lenta y serenamente mueve la cabeza a manera de negación cada vez que lee y escucha los comentarios que surgieron en las redes sociales, tras la denuncia de la modelo caleña Elizabet Loaiza en la que dice que se sintió secuestrada y extorsionada por los indígenas durante su visita a La Guajira en enero de 2021.
“Fuimos víctimas de su grosería, fuimos víctimas de su burla, diciéndonos que ¿qué sagrado tenía este territorio?”, dice Palacio, indicando que el resto del país se dedicó a cuestionarlos sin darle la oportunidad a él de explicar lo sucedido, o, por lo menos, conocer su versión. “Muchos en el país desconocen que las leyes de los indígenas son diferentes a la del resto de ciudadanos y por eso juzgan”.
Linny y su hermano de 55 años fueron los indígenas que protagonizaron la discusión con los amigos de Loaiza, pleito que terminó en golpes, cobro de indemnización, denuncias públicas de supuesto secuestro y extorsión.
“Los ánimos se fueron caldeando. Entramos en discusión. Ellos nos agredieron a golpes, nosotros respondimos a esos golpes. Nos fuimos a los puños, y ahí es donde resulta mi hermano con una fisura en la cabeza, fue mínima, pero hubo sangre”, narra el indígena.
¿Cómo inició el pleito?
La tarde en la que el equipo de excursión en el que iba la modelo y sus allegados llegaron al cerro donde se ve el faro cerca al Ojo del Agua en sus cuatrimotos, los hermanos Palacio estaban en sus quehaceres, según describen. Sobre las 4:30 de la tarde, cuando empieza la puesta del sol los turistas al parecer deciden subir el pequeño peldaño de arena y roca desértica con sus vehículos.
Los nativos dicen que, “de manera respetuosa y amable se les dijo a los turistas que tenían que subir a pie. Eso a ellos no les gustó y pasaron las barreras de cemento que se tienen”, cuenta Palacio con un trozo de escombro en sus manos, con el que pretender demostrar los daños causados por los miembros de la excursión.
Pero ese fue solo el inicio del incidente porque minutos después, pese a la advertencia, y de manera desafiante, como lo califica Palacio, “los excursionistas subieron al cerro contiguo con sus cuatrimotos, esforzando sus motores”. “Mire aún se ven, meses después, las huellas que dejaron esos aparatos de alto cilindraje en la arena que edifica la montañita, causando afectaciones a nuestro sitio sagrado”, describe el wayuu mientras señala las marcas que aún se divisan.
“No estamos en una escena de Mad Max la película de Mel Gibson”, dijo Palacio citando a Wilder Guerra. Dice que cuando fueron a hacerle el reclamo a los turistas ellos reaccionaron de mala manera, “fuimos objeto de bullyng, de burlas, de saboteo e hicieron caso omiso, fuimos víctimas de su grosería, y burla, se reían y decían: ‘¿qué sagrado tenía este territorio?’”, confiesa que ahí fue donde se fueron a golpes, luego de que su hermano recibiera el primer puñetazo por parte de los amigos de Elizabeth Loaiza.
Palacio menciona cómo fue la pelea: “cuando mi hermano se vio la sangre en la mano, ni que turista ni que nada, yo también agarré una con un puño y le di a una en la cabeza, creo que le hoce un chichón”.
Pretendían retener la cuatrimoto avaluada, según la modelo, en 200 millones de pesos, los indígenas señalan que la intención era inmovilizarla y así obligar a la contraparte a que se sentara reconocer sus errores y sus faltas. Pero eso al parecer no sucedió. La reacción fue contraria, “se decían unos con otros pues hermanos písesela, písesela, arranque, arranque de acá y la cuatrimoto se fue como si nada”, recuerda el indígena con tono frustrado al decir que estaban en desventaja.
Lo primero que aclara Palacio es que en ese momento no estuvo presente Elizabeth Loaiza, dice que estaban aproximadamente 3 hombres igual cantidad de mujeres contra él y su hermano.
¿Secuestro y extorsión?
Una vez los excursionistas siguieron su camino, los nativos contactaron al guía de los turistas y ubicaron el hotel en el que se estaban hospedados. Hasta allá llegaron los indígenas y llevaron a las autoridades de su comunidad, la corregidora Manaris López y Policía de la zona.
“Para los wayyu es una ofensa muy grande que se burlen de nuestro territorio sagrado, en esta zona de La Guajira vienen a descansar las almas de nuestros ancestros. Además de las afectaciones materiales hubo algo más grave y es que en medio del pleito hubo derramamiento de sacre de un nativo y eso acá se paga en efectivo o con sangre. Como eran turistas no queríamos que se llevaran una mala imagen por eso se trató de solucionar el problema con plata”, dijo a SEMANA la corregidora convencida de que al pedir 15 millones pesos no se estaba cometiendo ninguna arbitrariedad.
Dejó claro que, si bien es cierto que el Cabo de la Vela, pertenece al territorio colombiano, tiene unas condiciones especiales al ser resguardo indígena, “es como cuando llegan a su casa a hacer daños o insultarlos usted no se va a sentir bien y el dueño de la vivienda decide que reglas tiene para enmendar las afectaciones”, dijo.
En la mesa se sentó a negociar una mujer que lideraba a los turistas y el organizador de la excursión, y líderes de la comunidad indígena. Allí los compañeros de Loaiza ofrecieron dos millones de pesos, pero no llegaron a un acuerdo. Pasó un día sin concluir nada y los turistas seguían con su intención de seguir hacia Punta Gallinas. Entonces los indígenas acudieron a la vía de hecho y atravesaron un camión en la puerta del hotel, hasta que no llegaran a un acuerdo. Nadie salía, era la condición.
¿Finalmente cuánto pagó Loaiza y sus amigos?
Tras varias horas de negociación llegaron al acuerdo de pagar seis millones de pesos, una tarifa que para los indígenas fue baja, al tabular las faltas que se habían cometido, pero considerada alta por otros sectores que no están de acuerdo con las normas indígenas.
¿Quién recibió el dinero y en que lo gastaron?
Los seis millones de pesos fueron recibidos por los hermanos Palacio y con ese dinero cercaron los cerros para evitar futuros inconvenientes similares. Los mismos indígenas de 52 y 55 años que protagonizaron la pelea están trabajando en la obra, Linny se ve durante el día con elementos de construcción en una carreta recorriendo el desierto para adelantar el trabajo.
Aseguran que ya están mandando a hacer unas señalizaciones para que así los turistas se guíen y estén tranquilos al saber que el terreno paradisiaco que visitan tiene las puertas abiertas, pero con reglas y bajo el respeto.
Pese a que Elizabeth Loaiza y sus amigos pagaron el dinero, ella fue declarada persona “non grata” en el Cabo de la Vela. Los indígenas dicen que eso significa que si llega a ir a ese territorio simplemente no la van a atender, porque se sienten ofendidos por la manera en la que los calificó de delincuentes sin conocer sus “modos y costumbres”.
Los nativos del Cabo de la Vela piden al gobierno de La Guajira que el turismo de esta región sea de experiencias, donde las personas entiendan el valor de la naturaleza y la conservación del agua, en la que se respete las reglas del resguardo indígena, como sucede en el parque Tayrona, pero donde la economía se mueva solo por empresas wayuu.