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Día de los Inocentes: la trágica historia que dio vida a las populares bromas del 28 de diciembre
La historia tiene sus raíces en un trágico suceso que relatan las escrituras bíblicas.
Como cada 28 de diciembre, millones de personas alrededor del mundo se unen para celebrar el Día de los Santos Inocentes, una fecha en la que abundan las bromas y los engaños a amigos, familiares y colegas. Este día, reconocido por la diversión y el humor, tiene un trasfondo mucho más profundo y trágico, desconocido por muchos: su origen está vinculado a un hecho bíblico que remonta a una tragedia de la antigüedad.
La tradición más característica del Día de los Inocentes es realizar bromas de todo tipo, que van desde mensajes falsos hasta situaciones cómicas que buscan sorprender, confundir o hacer reír a la persona destinataria. En ocasiones, los medios de comunicación y las empresas también se suman a la festividad con noticias inventadas o anuncios humorísticos. Aunque la mayoría de la gente lo asocia con las bromas, algunas familias prefieren reunirse para compartir comidas tradicionales, e incluso preparar postres especiales para conmemorar el día, aunque estas costumbres son menos conocidas que las bromas.
Día de los Inocentes: origen y por qué se celebra el 28 de diciembre
A pesar de que el 28 de diciembre es reconocido por las bromas y la diversión, es fundamental conocer su verdadero origen, que remonta a la tradición cristiana. Este día conmemora la matanza de los niños menores de dos años, ordenada por el rey Herodes, tal como se relata en el Evangelio de San Mateo (Mateo 2:16-18).
En las escrituras se lee: “Herodes, entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos” (Mateo 2:16). Además, se cita a la profecía de Jeremías: “Voz fue oída en Ramá, grande lamentación, llanto y gemido; Raquel que llora a sus hijos, y no quiso ser consolada, porque perecieron” (Mateo 2:18).
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Herodes, temeroso de que el recién nacido Mesías le arrebataría el trono, ordenó la matanza sin piedad. Sin embargo, dado que no sabía con certeza quién era el niño, mandó ejecutar a todos los varones menores de dos años en Belén y sus alrededores. A pesar de este brutal intento, la familia de Jesús logró escapar a Egipto antes de que las tropas pudieran alcanzarlos, cumpliendo así la profecía que señalaba que el Mesías debía huir para sobrevivir a ese atentado.
De acuerdo con esta trágica historia, la Iglesia Católica instituyó este día para conmemorar a los niños víctimas de la crueldad de Herodes, denominándolos “Santos Inocentes”.
Aunque la fecha tiene un origen trágico y religioso, con el paso del tiempo la festividad ha evolucionado hacia un tono más festivo y ligero. A lo largo de los siglos, la fecha pasó a asociarse con celebraciones populares que promovían la risa y el engaño, y en particular, con la “Fiesta de los Locos”, una festividad pagana celebrada durante la Edad Media en Francia. Fue en este contexto que la tradición de hacer “inocentadas” o bromas el 28 de diciembre comenzó a tomar forma.
Hoy en día, el Día de los Inocentes es una celebración caracterizada por la diversión y el humor, cuyo propósito es sorprender y engañar a los demás de manera ingeniosa y sin mala intención, manteniendo viva una tradición que, a lo largo de los siglos, ha cambiado su enfoque, pero siempre buscando generar sonrisas.
