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El amante bandido se revela: Miguel Bosé asegura que el éxito “suele ser venenoso”
Con la excusa de contar la historia detrás de sus canciones, el artista español presentó un libro que narra detalles hasta ahora desconocidos, como la tormentosa relación que vivía con su padre y los recuerdos de su fallecida sobrina, Bimba Bosé.
Miguel Bosé parece cansado de la fama. Los años, 66 cumplidos en abril pasado, parecen pasarle factura, y la altivez de otros tiempos detrás de una de las voces más mimadas del pop en Hispanoamérica ha dado paso a un hombre que habla y canta poco.
Recientemente, le presentó al mundo su libro Historia secreta de mis mejores canciones, de editorial Planeta, un relato que cuenta cómo nacieron temas inolvidables suyos, como Amante bandido, la más Bosé de todas, y que le dio renombre internacional.
Según dice el artista, “me temo que este libro va a romper muchas ilusiones. Trae también historias arraigadas desde hace tiempo. Lo siento. No es mi intención. Pero creo que, tras tantos años de licencia, llegó el momento de descifrar los secretos escondidos, esos que he venido guardando en cada una de estas 60 canciones. Entrad en el maravilloso mundo de mis laberintos”.
Polifacético —cantante, actor, escritor, compositor, presentador “y muchas otras cosas que nunca contaré”— y enigmático en otros tiempos, hoy a Miguel Bosé se le escucha quejarse del enorme peso que cargan los artistas como él, entre conciertos, giras, presentaciones y, claro, la prensa, con la que ha tenido en los últimos años más desencuentros que amistades.
Bosé se queja incluso de la fama que en el pasado le granjeó varios discos de oro y platino por el éxito en ventas de álbumes tan únicos como Bandido, Papito, Linda, Bajo el signo de Caín, Sereno y Laberinto.“El éxito suele ser venenoso”, se queja de nuevo, “hay que tener cuidado con él”.
Presentó este nuevo texto en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el certamen literario más importante de lengua española. Según cuenta, “era un libro necesario” y esperado por sus fans después de El hijo del capitán Trueno, la autobiografía que vio la luz hace poco —como se llama también una de sus canciones— y en cuyas páginas mostró su talento extraordinario para pulverizar los prejuicios contra los que ha luchado media vida.
Se trata de una obra en la que no solo narró su historia. Comienza con el relato de unos niños perdidos a merced de un padre todopoderoso —descripción que calza con el torero Luis Miguel Dominguín, su papá— acostumbrado a que su voluntad fuera ley; y una madre arrolladora de belleza legendaria, en alusión a la actriz italiana Lucía Bosé, su mamá.
También mostró la cara menos conocida de personajes memorables, como el Picasso vulnerable y crepuscular que formó parte fundamental de su infancia, y otros artistas que lo marcaron en su carrera y fueron luz e inspiración.
La Historia secreta de mis mejores canciones se compone de una serie de crónicas, uno de los géneros favoritos del artista, cuyo hilo conductor son sus canciones más emblemáticas. Contiene fotografías y documentos inéditos, entre ellos una carta que le escribiera a su padre, con quien tuvo una relación turbulenta y de la que aún le cuesta hablar.
Para escribirlo, dice, tuvo que “ir para atrás en el tiempo, buscar apuntes, preguntarle a la gente que trabaja conmigo desde hace años” para hacer memoria de cómo nacieron esas melodías que tantos han cantado.
Después de ese viaje a la memoria, este título repasa varios de los temas cardinales de su carrera artística: la libertad, el deseo y el éxito.
Y no pasa por encima de sus inicios, que bien sabe fueron muy comerciales, en los que supo explotar su potencial como ídolo de adolescentes a mediados de los años ochenta. Pero le sirvieron para cimentar con el paso de los años una carrera que adquirió carácter y brillo propios y lo llevaron a convertirse en una de las grandes estrellas de España y Latinoamérica.
Frente al éxito que le ha llegado a manos llenas, reconoce sin pudor que de alguna manera fue un tipo con suerte: “Venía con más músculo que cualquier otro artista, de una familia que ya era famosa, que tenía éxito. Pero a pesar de eso, cuando te toca personalmente, cambia la horma del zapato. La vida que habías vivido no se asemeja a la que te toca vivir”, reflexiona el artista español.
Y en esa vida que le tocó revela que una de las batallas más duras que tuvo que dar fue con la industria discográfica, que muchas veces no supo cómo lidiar con sus constantes cambios de estilo y su obsesión por no parecerse a los artistas de moda y romper moldes. “Siempre quise ser yo mismo y me costó que lo entendieran”.
Una situación muy similar a la que vivió otro grande del pop, David Bowie, con un sello entre sensual y andrógino que a muchos les llevó tiempo asimilar.
“Yo era un problema y me repetían en las disqueras que debía establecer un estilo y quedarme allí, porque de lo contrario nadie me escucharía y pasaría de moda. Pero siempre supe reinventarme en la medida en que también iba evolucionando mi música”, dice Luis Miguel González Bosé, nombre completo de este artista, que por accidente nació en Panamá, se considera el más español de todos y hoy está radicado en México.
En su caso, agrega, “nací como primer ídolo de una generación en transición, que no tenía ídolos” y en plena dictadura franquista.
Entre recuerdos y canciones
A pesar de eso, aprendió a hacer su propio camino. En su libro reciente cuenta historias detrás de canciones como Te amaré, que, dice sin titubear, es uno de sus “textos más poéticos”. Lo compuso cuando apenas contaba 20 años y era un chico, ya con ciertas dudas sobre su sexualidad, que anhelaba desesperadamente el amor. “No tenía amores y mi corazón latía con esta carta, que envié para ver si tenía una respuesta”, asegura el cantautor.
“No he vuelto a escribir algo tan fuerte y eficaz”, admite Bosé.
Otra de las historias reveladoras del libro está relacionada con su sobrina, Bimba Bosé, quien abrazó también como su tío el camino de la música siendo muy joven, pero a quien un cáncer le arrebató la vida, con solo 41 años, algo que hace quebrar por momentos al español.
Ella, de alguna manera, fue la inspiración detrás de la canción Don diablo, una de las más representativas de su carrera. “Un día ella, con apenas 5 años, me preguntó quién era el diablo. Eso fue en Ciudad de México. Y entonces en ese momento me pregunté cómo responderle sin que eso fuera a asustarla. Fue cuando se me ocurrió esta canción picante, en la que intento retratar al diablo sin causar espanto”.
Y a pesar de que confiesa que actualmente trabaja en un nuevo disco, del que ya tiene 11 canciones, siente que está “en una época de dejar ir. Ha llegado el momento de soltar”, en alusión a una carrera que confiesa que ya le ha entregado todas las satisfacciones posibles. Es que al amante bandido que hizo cantar a miles ya la fama no le sabe igual. Tiene el sabor, quién lo creyera, de la amargura.