El artista ruso Konstantin Altunin huyó de su país después de que la Policía confiscó cuatro cuadros suyos por “su alto contenido pornográfico”. La pintura más polémica muestra al presidente Vladímir Putin y al primer ministro Dmitri Medvedev en ropa interior femenina.
Aunque el gobierno ruso no especificó las leyes que habría infringido el artista, envió de inmediato a oficiales del Ministerio del Interior a remover las obras de una galería de San Petersburgo con el fin de “analizarlas”. No es la primera vez, y probablemente no será la última, que el Kremlin reprime la libertad de expresión.
En 2012 la Justicia condenó a dos años de prisión a las integrantes de la banda de punk Pussy Riot por haber interpretado una canción contra Putin en una catedral. Por ahora, el museo donde estaban expuestos los cuadros de Altunin permanece cerrado y se especula que el joven está buscando asilo político en Francia.