CARICATURISTA
El padre de Tintín
Con el estreno de la película animada del reportero eternamente joven y su perro Milú, ha revivido la controversia en torno a la verdadera personalidad de Hergé, el genio que creó sus aventuras.
Tres meses antes de morir, Georges Remi, el creador de Tintín, escribió una nota en la que dejaba claro que la única persona que podía llevar su célebre personaje a la pantalla grande era Steven Spielberg, el genio de Indiana Jones. Ambos alcanzaron a hablar del tema por teléfono, pues Remi había quedado fascinado con la película En busca del arca perdida y Spielberg, con el cómic Las siete bolas de cristal. Fijaron una cita en Bruselas para discutir el proyecto, pero antes de que pudieran encontrarse Remi falleció.
Tendrían que pasar 28 años para que el director estadounidense le diera vida en el cine al intrépido reportero. Las aventuras de Tintín: el secreto del Unicornio se estrenará en Colombia el primero de enero. Las historietas del periodista de pantalones nickers y mechón rubio dispuesto a enfrentar a traficantes de drogas, secuestradores y mafiosos siguen siendo tan populares que además de haber sido traducidas a más de 60 idiomas, son tema de discusión en un curso de literatura de la Universidad de Yale. Su padre, mejor conocido como Hergé, es igual de famoso: tiene museo propio en Bruselas y la Sociedad Belga de Astronomía bautizó un planeta con su seudónimo.
No es para menos. "Hergé no solo fue un gran diseñador (pionero de la 'línea clara', un estilo de dibujo plano y sin sombras), sino también un gran narrador -dijo a SEMANA Benoît Peeters, autor de tres libros sobre el artista belga-. Aunque el cómic ha evolucionado, Tintín sigue siendo un clásico en el mejor sentido de la palabra. Es una obra que se puede leer a cualquier edad y que no pasa de moda". Prueba de ello es que se han vendido más de 250 millones de ejemplares y cada tres minutos alguien compra sus historietas.
Y pese a que nadie sabe a ciencia cierta cuántos años tiene su protagonista, ni su nacionalidad -más allá de que es vagamente europeo-, ni tampoco quiénes son sus padres ni su novia, la lista de compañeros de aventura de sus 24 libros es muy concreta y conocida: su fox terrier Milú, su inseparable capitán Haddock, los detectives Hernández y Fernández, la cantante de ópera Bianca Castafiore y el profesor Tornasol.
Tintín y sus amigos nacieron hace casi 83 años, el 10 de enero de 1929, en las páginas de Le Petit Vingtième, un suplemento del diario católico Le XXe Siècle. Desde pequeño, Hergé dio muestras de su talento con el lápiz en sus cuadernos de colegio, sin haber tomado un curso de dibujo. Durante el bachillerato se unió a los boy scouts, grupo cuya filosofía luego se vería reflejada en los ideales de bondad y justicia de Tintín. A partir de la publicación de su primera tira cómica, Tintín en el país de los soviets, el caricaturista se dedicó a perfeccionar los rasgos de su personaje hasta convertirlo en el héroe nacional de Bélgica y en uno de los mayores íconos culturales de Europa. Curiosamente, le propuso a Walt Disney hacer una versión animada de su creación, pero este se negó porque no era muy conocida en Estados Unidos.
El éxito repentino le trajo muchos problemas a Hergé. Sufrió graves crisis nerviosas que lo obligaron a retirarse del oficio por un tiempo y, aunque su trabajo estaba dirigido en buena parte al público infantil, para nadie era un secreto que no le gustaban los niños. A lo largo de su vida también enfrentó acusaciones de antisemitismo por haber colaborado con el periódico nazi Le Soir durante la Segunda Guerra Mundial, mientras que otros lo llamaban racista por la forma despectiva como había pintado el Congo, antigua colonia belga, en su segundo libro. Pero otros están de acuerdo con él en que ese era el pensamiento de la época. Para completar las críticas, hay quienes no le perdonan la ausencia de personajes femeninos en sus historietas y no dudan en tildarlo de misógino. La razón podría hallarse en su vida amorosa, pues se cree que la fastidiosa Bianca Castafiore estaba inspirada en su primera esposa, Germaine Kieckens.
Durante sus últimos años, Hergé vivió agobiado por la fama del periodista trotamundos. "Acabo de descubrir que Tintín ya no soy yo; que si sigue viviendo no será por mí", escribió atormentado en una carta dirigida a su segunda mujer. El caricaturista no quería que después de muerto siguiera la saga y por eso sus estudios terminaron convertidos en fundación. Al fallecer, el 3 de marzo de 1983, víctima de un cáncer, dejó a mitad de camino su último libro, Tintín y el arte-alfa, un homenaje a la pintura abstracta. "Una de las cosas más apasionantes de su vida es que empezó de la nada y poco a poco se reinventó como autor y como individuo a través de sus personajes. Pasó de ser un pequeño empleado de un diario ultraconservador a un experto en arte contemporáneo", señala Peeters.
Pero lejos de desaparecer, la obra de Hergé sigue vigente. Su hijo ficticio ha salido victorioso de las amenazantes tecnologías y de los intereses de las generaciones más jóvenes. Hoy la tintinomanía ha reemplazado las librerías por las salas de cine. "El joven reportero es un mito y como tal le queda un gran futuro por delante -aseguró a esta revista el tintinólogo Jean-Marie Apostolidès-. En cierta medida todo dependerá de la reinterpretación que Spielberg y Peter Jackson (el productor de la película) hagan de él".