Realeza
El príncipe Felipe ignora la real dimensión de la entrevista indiscreta de Harry y Meghan
Se cree que si el esposo de la reina, quien ha estado delicado de salud, estuviera al frente de la familia, los Sussex no habrían hecho tanto alboroto.
Cuando se supo que Harry y Meghan pusieron en ascuas a la familia real con su anuncio de que querían hacer tolda aparte de la casa real, Felipe preguntó: “¿A qué están jugando?”.
Detrás de la frase no se escondía otra cosa que el desconcierto de un hombre para quien el deber con la Corona ha sido siempre lo primero.
Un año después del estallido del escándalo, bien valdría la pena saber su opinión sobre la entrevista que Harry y Meghan le dieron a Oprah Winfrey, con la cual han vuelto a conmocionar a la realeza.
Evidentemente, su reprobación sería total, pero lo cierto es que en este momento no está muy al tanto del bombazo que significó el programa, que no ha dejado de estar en las noticias desde que se emitió, el 7 y 8 de marzo, en Estados Unidos y el Reino Unido, respectivamente.
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De acuerdo con las declaraciones que le dio la reputada biógrafa real Katie Nicholl al periódico australiano 9Honey, “la familia real ha querido que él sea muy consciente del verdadero alcance de la entrevista”.
Nicholl explicó que aunque el notorio despliegue que ha tenido el programa ha hecho imposible evitar que el príncipe se diera cuenta de lo que estaba pasando, los Windsor se han esforzado para evitarle el disgusto que seguro le causaría ver a Harry y Meghan transgredir la reserva que durante años han respetado los miembros de la familia.
Las declaraciones han puesto patas arriba a la prestigiosa monarquía británica, ya que la pareja hizo acusaciones de racismo por parte de uno de los parientes de la reina Isabel.
También delataron que la presión por esta y otras actitudes sumieron a Meghan en tal grado de depresión, que ella pensó en el suicidio.
Harry, entre otras cosas, afirmó que su padre, Carlos de Gales, y su hermano William, están atrapados en la monarquía.
Felipe, quien seguro se molestaría mucho con esta conducta, acaba de ser dado de alta luego de pasar 28 días hospitalizado, primero por una infección, en el hospital Edward VII de Londres. Días después fue trasladado al hospital St. Bartholomew, donde fue sometido a una cirugía cardiaca.
“Fue un gran alivio ver que lo sacaban del hospital en un auto y no en una ambulancia, pero se notaba muy frágil y creo que la familia real está feliz por tenerlo en casa, pero también profundamente preocupada por su salud”, anotó Nicholl, quien es una de las personas mejor enteradas de lo que pasa al interior de los palacios reales.
Otros cronistas se han dedicado a comentar que la familia real hoy no estaría sumida en el caos que han generado Harry y Meghan, si Felipe no hubiera soltado las riendas.
El arreglo de él y la reina Isabel siempre fue que él mandaba de puertas para adentro de su hogar, mientras que ella se ocupaba de sus labores como jefa de Estado.
Durante siete décadas él manejo las cosas con mano firme, bajo una ética que anteponía el compromiso con la corona a cualquier condición de tipo personal.
Bajo esa filosofía, dicen los expertos en realeza, él no habría consentido la pataleta de los duques de Sussex y ya los habría puesto en cintura.
Pero en 2017, al cumplir los 96 años, Felipe no solo se apartó de la vida pública, sino que se alejó del control de la familia, al retirarse a vivir en una casa en los terrenos de la residencia real de Sandringham.
Desde entonces, muchos creen que los Windsor se quedaron sin liderazgo y de ello es reflejo la rebeldía de su nieto, acusado de no tener algo más de consideración con su salud, pues no suspendió la entrevista con Oprah cuando él estaba hospitalizado y su salud estaba en peligro.