Gente
El príncipe Felipe: un padre distante, pero un abuelo de leyenda
A pesar de la compleja relación con sus hijos, el duque de Edimburgo mostró una faceta diferente en el trato con sus nietos.
La imagen que deja el príncipe Felipe, fallecido este viernes a los 99 años, especialmente en las generaciones más jóvenes de su familia, dista mucho de la del hombre severo y padre lejano que vieron sus hijos Carlos, Ana, Andrés y Eduardo.
La figura del patriarca, quien en su posición de consorte se dedicó a guiar los asuntos familiares con su visión pragmática de la vida, hizo que su esposa se refiriera a él como su “fuerza y resistencia”. Era su roca, la columna en la que se apoyó más de una vez, durante 74 años de matrimonio.
Felipe siempre tuvo claro su lugar y su papel, desde el que mostró fortaleza, entrega y determinación. Y a pesar de lo reprochables que resulten algunos momentos de su vida, es claro que la lealtad y la franqueza para con la familia fueron parte de las enseñanzas que dejó a su descendencia.
Y es que han sido sus nietos, quienes durante años han dejado en sus declaraciones las pistas más transparentes de cómo era en realidad. “Realmente es fuerte y consistente. Ha estado allí durante todos estos años, y creo que es la roca, ya sabes, para todos nosotros”, dijo hace dos años su nieta, la princesa Eugenia sobre él, en el documental Our Queen at Ninety, con el que se celebraban los noventa años de su abuela.
Tendencias
De manera acertada, se hizo amigo de los jóvenes herederos del linaje, como tal vez no logró serlo de sus descendientes directos. Supo dedicar tiempo a cada uno de los ocho, especialmente en actividades al aire libre que eran sus favoritas. Así, sorprendía de cuando en cuando con paseos para ir a pescar, hacer senderismo o disfrutar de una comida en campo abierto.
Se dice que Lady Luisa, hija mayor de Eduardo de Wessex, heredó de él su fanatismo por los carruajes. Y que por su influencia, los hijos de la princesa Ana, Peter Phillips y Zara Tindall, estudiaron en Gordonstoun School, el mismo internado escocés al que él asistió.
Él mejor que nadie sabía lo que significaba crecer en soledad y sobreponerse a las dificultades. De hecho, la autora Tina Brown en su libro The Diana Chronicles, aseguró que una persona cercana dijo que “el príncipe Felipe, que efectivamente había perdido a su propia madre a la edad de diez años cuando estuvo internada durante tres años en un asilo en Suiza, fue brillantemente eficaz con sus nietos, ofreciéndoles ternura y compañía en actividades al aire libre”.
A pesar de que se retiró de la vida pública en 2017 y desde ese momento rara vez se dejó ver en eventos importantes, hizo algunas excepciones con sus nietas, Eugenia y Beatriz, hijas de su hijo Andrés de York, al acompañarlas en sus respectivas bodas.
Y ni qué decir de su lazo con los hijos del príncipe Carlos y Lady Di. Fue justo después de la muerte de ella, en agosto de 1997, cuando Felipe cobró más importancia en la vida de los dos jóvenes. Así, William (entonces de 15) y Harry (de 12), permanecieron una buena temporada en el Castillo de Balmoral junto a sus abuelos, lugar predilecto de la familia para aislarse y descansar. Se rumora que fue él quien les pidió a los niños que desfilaran detrás del carro fúnebre que llevaba el cuerpo de su madre. “Si no lo hacen, se arrepentirán”, les habría dicho. Con el tiempo se supo que mientras se decidía si William y Harry deberían caminar detrás del féretro, pues el mayor de ellos no quería hacerlo, fue su abuelo quien logró que cambiara de opinión. “Si camino, ¿caminarás conmigo?”, le dijo, asegurándole que de no hacerlo, sería algo de lo que después se arrepentiría.
Cultivar ese vínculo con los nietos hijos de Carlos dio frutos en la evidente influencia que tuvo sobre ellos. Se dice que fue Felipe quien dio a William, hoy duque de Cambridge, la seguridad para no abandonar sus estudios en la Universidad de St. Andrew, después de varias profundas charlas al calor de un té.
Y no fue distinto con Harry, con quien compartía interés por la vida militar. Mientras Felipe sirvió en la Royal Navy durante la Segunda Guerra Mundial, el ahora duque de Sussex prestó servicio en Afganistán. Juntos evidenciaron continuamente su complicidad en eventos públicos, por lo que se cree que poder asistir a la boda de Harry fue lo que impulsó al príncipe Felipe a someterse a una cirugía de cadera en 2018, a pesar de su avanzada edad.
Así, el patriarca que a ojos del público fue seco con sus hijos, queda en el recuerdo de su papel como abuelo bonachón, muy cercano a sus nietos, prodigándoles un entrañable cariño y todo endulzado con un sentido del humor único. Fue el príncipe William quien mejor describió cuando el actor Matt Smith, quien interpretó a Felipe en las dos primeras temporadas de la serie The Crown, le pidió un consejo sobre cómo interpretar a su abuelo. “Solo una palabra: ¡leyenda!”, respondió.