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El príncipe William reveló un detalle que pocos conocían sobre su madre, Lady Di
Diana Spencer contrajo matrimonio con el entonces príncipe de Gales y de su amor nacieron William y Harry.
Diana Frances Spencer, mejor conocida en la historia como Lady Di, fue hija de un conde y nació el primero de julio de 1961 en la casa Park House, que era de propiedad de la reina Isabel II, pues se ubicaba en Sandringham, la extensa hacienda donde la monarca pasaba habitualmente la época de Navidad.
Mucho se comentó sobre la vida de Lady Di: su fallida relación con el príncipe Carlos, sus problemas con los trastornos alimenticios, su rol como mamá, como princesa, como mujer y el gran cambio de su vida cuando finalmente se liberó de las reglas que le exigía la monarquía, todo esto hasta el 31 de agosto de 1997, día en el que perdió la vida.
En 1975, se convirtió en lady Diana Spencer, cuando su padre heredó el título de conde Spencer. Sin embargo, después de casada, estando embarazada del príncipe William, intentó suicidarse arrojándose por unas escaleras. Horrorizada, la reina la descubrió herida y tendida en el piso. Todo a causa de la depresión que la llevó, además, a la bulimia.
Pese a ello, Diana -que, a propósito, era alta, pues medía 1.78 cms de altura-, al ser una figura pública, se convirtió rápidamente en un referente, sobre todo porque su estilo dulce cambió al separarse del príncipe Carlos para volverse más elegante, rebelde y sensual, logrando así un enorme impacto en la sociedad de la época que veía en ella no solo a su princesa, sino a una mujer que marcaba la parada en cuanto al tema.
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También tenía un gran gusto por la música y admiraba a varios cantantes, por lo que su hijo mayor, el príncipe William reveló un detalle del que muy poco se había hablado sobre su madre. En el pódcast Time To Walk de Apple Fitness, el heredero a la corona británica recordó a la princesa e hizo una comparación con sus hijos.
Fue cuando William era tan solo un niño que Lady Di solía escuchar mucho una canción y que a él se le quedó grabada en la mente, por lo que siempre que la escucha recuerda a su madre. “Una de las canciones que recuerdo mucho y que se me ha quedado grabada todo este tiempo, y todavía, hasta el día de hoy, disfruto bastante en secreto, es ‘The Best’ de Tina Turner porque sentada en el asiento trasero, cantando, se sentía como un verdadero momento familiar”, expresó.
El hijo de Diana y Carlos no dudó en decir que cada vez que piensa en su madre y en los momentos que vivieron juntos, “me recuerda a esos viajes en auto”.
Un detalle en particular del que habló el ahora príncipe de Gales se trató del gusto que sus hijos tienen por la música, como lo hacía su abuela paterna. “Lo que me ha sorprendido es cuánto mis hijos ya han heredado el amor por la música de mi familia”.
De esta manera, William dejó claro que el amor por su madre está muy vivo y que nunca la ha dejado en el olvido.
Cabe recordar que Lady Di marcó la historia de la familia real británica al convertirse en una de las mujeres más queridas por sus acciones, su interés por las personas vulnerables y su forma de ser cariñosa y amable. Algo que empezó a generar molestia no solo en Carlos, sino en la reina Isabel II, de quien se dijo no tenía una muy buena relación con la princesa.
Actualmente se ha comparado la situación que está viviendo Meghan Markle, esposa de Harry, con lo que le pasó a Diana de Gales, puesto que ella también sufrió el rechazo de la realeza, tuvo problemas con la monarca y también vivió el acoso de los medios británicos.
Kate Middleton revive lujosa joya de Lady Di en su viaje a Boston
Desde 2014 no se les veía al príncipe William ni a Kate Middleton en Estados Unidos, siendo este el primer viaje de ellos a Norteamérica luego de la muerte de la reina Isabel II el pasado septiembre y de obtener el título de príncipe y princesa de Gales, como el que tenían Carlos, ahora rey, y Diana Spencer hasta este año 2022.
William y Kate deslumbraron durante su visita de estado a Boston, en la que lograron hacer un recorrido por varios lugares icónicos y estratégicos de la capital del estado de Massachusetts, para terminar en el objetivo del viaje: asistir a la gala de los premios Earthshot, creados por el mismo príncipe para impulsar la generación de proyectos que impacten de manera positiva al medioambiente.
Los ahora príncipe y princesa de Gales llegaron a la hora establecida a la alfombra verde de la gala, donde Kate brilló con un vestido verde de la firma británica Solace London, que tiene una particularidad muy especial. Dicho atuendo fue rentado y la mujer que lo desee también lo puede alquilar a través de la plataforma Hurr por tan solo 74 libras esterlinas por noche, un guiño enorme de la princesa a la moda cíclica y al cuidado del planeta, en el marco de una de las industrias más contaminantes del mundo.
El vestido es ceñido a la cintura, con mangas largas para generar más altura y elegancia, una abertura en la parte de atrás de las piernas para no desbaratar el bloque que genera y un escote al estilo Bardot, que deja al descubierto los hombros de la princesa de Gales, una licencia muy estadounidense que Kate se permitió, pues su cabello en ondas tipo agua lo soportaba.
Este look lo complementó con unos tacones brillantes en plateado, un maquillaje tenue y natural con un smokey eye, al que Kate ya tiene acostumbrados a sus seguidores, y una joya que fue la protagonista de la noche, pues dicho accesorio no se veía en un evento de esta magnitud desde hace más de dos décadas.
Se trata de una gargantilla art déco de esmeraldas y diamantes que en principio perteneció a la reina María, quien obtuvo dicha joya en 1911 cuando viajó junto al rey Jorge V a India, otorgada por la maharaní de Patiala y un Comité de las Damas de dicho país.
Esta pieza se la heredó la reina María a su nieta favorita, la fallecida Isabel II de Inglaterra, quien a su vez, en 1981, se lo dio la también desaparecida Diana Spencer como regalo de bodas cuando contrajo nupcias con el entonces príncipe Carlos de Gales.
Diana llevó muy orgullosa la gargantilla en varias ocasiones, pero fue en la gira de Australia que hizo con Carlos en 1985 cuando se atrevió a usarla en su frente como diadema, desatando la locura de todos los seguidores de la “princesa del pueblo”, creando toda una tendencia que se extendió por el resto de la década de los ochenta.
Dicha gargantilla pocas veces se había vuelto a ver en público, hasta que Kate la rescató y con todo el honor del caso le devolvió la vida, honrando la memoria de todas las reinas y princesas que la han portado y poniéndola en un contexto tan necesario y actual como el de la lucha contra el cambio climático.
Además, dicen las malas lenguas de la prensa sensacionalista británica que dicha joya tenía otro objetivo oculto, hacer que Kate Middleton fuera noticia nacional en Estados Unidos, eclipsando así el tráiler del documental que piensan lanzar Harry y Meghan el próximo año, contando su versión de la historia en medio de los horrores que supuestamente vivieron cuando aún eran miembros oficiales de la familia real inglesa.