Entrevista
El rap como refugio y salvavidas emocional: la historia no contada de Kei Linch, la joven detrás de ‘Reloco papi, reloco’
La rapera, que fue viral por un video de TikTok, habló con SEMANA sobre su trayectoria musical y el significado del rap para su vida. “El desahogo fue lo primordial para empezar a hacer música”, dice.
Así como el beat marca el ritmo de la pista para que el artista empiece a rimar, el rap marcó la vida de Karla, luego a Anarkía y ahora a Kei Linch. “Esto es de bregar y bregar. Que el rap me salvó la vida, así a título en mi epitafio, no olvidar”, se escucha en una de las canciones de la joven colombiana que pasó De la esquina al cielo, como se titula uno de sus sencillos.
Desde su nombre y su ciudad de origen, la rima y el flow se hacen notar. Karla Cajamarca nació en Madrid, Cundinamarca, de donde migró para hacer posible su sueño en la capital: rapear. Desde los 14 años comenzó a improvisar y ahora está en Bogotá creando música nueva con un estilo muy particular.
“Estoy viviendo en Bosa, trabajándole un montón a la música. Sobrellevando todo esto y sobreviviendo de alguna manera con todo lo que me está brindando la música en este momento”, le contó a SEMANA Kei Linch, como ahora prefiere ser llamada.
Su nombre de pila no es de su gusto personal. Anarkía, su primer nombre artístico, nació cuando recibió su primera invitación a una tarima, resultado de sus lecturas diarias de un libro de esta temática. Luego de su paso por el programa Factor X, donde llegó a la gala final y ocupó el segundo lugar, se dio cuenta de que necesitaba representar algo más y buscarse a sí misma.
Lo más leído
“Entonces lo que hice fue elegir un nombre mucho más mío y encontré el Kei Linch, que es un juego de palabras. Mi abuelita me decía Kalinchis, entonces lo que hice fue como recortar letras del Kalinchis y quedó el Kei Linch. Pues lo puse como gringo, pero se escribe latino. Y digamos que eso es lo bonito, no perder lo latino”.
A los 12 años el rap llegó de imprevisto a su vida, como suele atacar a muchos fans de este género urbano en cualquier escenario, y se presentó con uno de sus grandes referentes: Canserbero, el fallecido artista venezolano, recordado no solo en su país sino en toda Latinoamérica.
Más allá de un beat y un par de palabras al ritmo de un compás, Kei Linch encontró en el rap la respuesta a qué hacer con su vida y su realidad.
“No elegí el rap… siento que él me eligió a mí, de cierta manera, porque yo creo que es el género que predomina en los barrios populares también (...) El hecho de sentir la necesidad de contar una historia, desde el desahogo, yo creo que podría ser esa palabra. El desahogo fue lo primordial para realmente empezar a hacer música. La necesidad de empezar a contar todas las cosas, pues yo siempre fui una persona muy solitaria, que no tenía la posibilidad de hablar con alguien más. Entonces, encontré la música y me di cuenta de que en el rap había mucha información en una sola canción. Fue como darme cuenta de esa libertad que se tiene también a la hora de sentarse a escribir sobre una instrumental de rap”, explica.
En el rap, las pisadas masculinas tienen mayor registro en los escenarios: Coke La Rock, Eminem, Snoop Dog y Jay-Z, son algunos de los MC (maestros de ceremonia, como se les dice a los raperos) más famosos en este campo.
Sin embargo, las tarimas de este género urbano han recibido con aplausos a aquellas mujeres que ‘tiran lírica’, cambiando las reglas y lanzando una bomba directa a la sociedad, que insiste en encasillarlas y acosarlas. De esto último, Kei Linch también tiene mucho para contar, pues lamentablemente ha sido también víctima de lo que el feminismo lucha por erradicar.
“La verdad sí ha sido difícil porque la cultura del rap es muy machista. Entre diez hombres hay una mujer. Es un privilegio para la mujer estar ahí, entonces es muy triste. Sí ha sido difícil porque también es una cultura que se pinta como muy agresiva; en su estilo, en su ritmo, en sus sonidos, todo es muy agresivo, y es algo que según la sociedad no debería encajar con lo que es una mujer, porque una mujer debe ser suave, sutil y demás. Creo que el cambio viene también de parte de nosotras. Es como decir: ¡Ni mierda!, yo también puedo hacerlo como cualquier otra persona. Puedo hacerlo bien”.
Su propósito
A sus 21 años, Kei Linch confirma, como lo dice en una de sus canciones, que “no ha sido fácil por lo que se ha pasao’”. La construcción de su carrera musical ha sido un camino lleno de inspiración, uno que otro golpe y mucho aprendizaje. El rap se convirtió en su refugio, pues las letras le dieron un hogar.
“El para qué de mi música es el mismo mío y es que yo con la música me siento a salvo, como escuchada y acompañada, es un refugio y yo siento que mi música quiere ser eso para las demás personas, que realmente sí sé lo que es estar sola y sin una voz, y no me gustó para nada estar de esa manera. Es también como un regalo a todas esas personas que están creyendo en mí, decirles que no están solas, están conmigo y ojalá que pueda seguir representando algo de sus vidas por un largo tiempo”.
Kei Linch mira atrás sobre lo que ha construido en su carrera musical, cómo ha marcado su vida personal y confirma lo que canta en su canción De la esquina al cielo: “El rap me ha llevado lejos aunque sea en buseta y la única paga que me ha dado ha sido en moralejas. Es que es de ahí, como diría la abuela, de algo tendría que servir tanta fregadera”.
El boom en TikTok con ‘Reloco, papi, reloco’
Con más de 10,3 millones de reproducciones en TikTok de su video Reloco, papi, reloco (frase que más quedó grabado en los usuarios), muchas personas conocieron a Kei Linch. En el video, que ella nunca esperó que fuera viral, la joven hace una parodia a la canción Saoko, de la cantante Rosalía, a quien admira profesionalmente.
“Me puse a escuchar Saoko y dije como: ve, esto a mí me suena de otra manera (risas). A mí me suena como a reloco. Entonces me agarré ahí y empecé a escribir la letra”, dice la artista con una sonrisa.
La rapera cuenta que intentó imitar la voz de Rosalía, pero fue un proceso complicado, pues en ese momento tenía gripa. “Yo quería simplemente subir la parodia con mi voz así súper fingida, pero en el momento en que empecé a hacerlo, yo me escuché muy ñera (risas). Entonces, me pregunté por qué se me escuchaba así, pero entonces dije: no es un impedimento, vamos a hacerlo por ese lado”.
Luego de que el video se hiciera viral, las redes sociales hicieron su trabajo y hubo comentarios por doquier. Algunos fueron positivos y otros clasistas, pues muchos hacían énfasis en lo vergonzoso que, supuestamente, resultaba el tono de su voz al “cantar como ñera”.
“Yo sí me siento orgullosa si me dicen ñera, porque para mí el ñero es la persona trabajadora, la que se levanta a las 6:00 a. m., 4:00 a. m. y tiene que atravesar todo el barrio, todo el pueblo para ir a camellar. Para mí tiene otro significado esa palabra. La usan de una manera despectiva y está muy mal, pero creo que día a día estoy luchando con que esas vainas empiecen a erradicarse”, contó.