Televisión
“El reto era decir groserías en su punto justo”: Juan Pablo Urrego habla de su rol como Rigo y su futuro en el ciclismo; ¿cambiará de profesión?
El actor Juan Pablo Urrego pedalea al éxito con un personaje entrañable: el ciclista Rigoberto Urán, a quien interpreta en la telenovela Rigo. El paisa relata cómo fue pasar los últimos meses de su vida en una bicicleta y caracterizar a una figura que vive en el corazón de Colombia.
Rigoberto Urán lo había explicado a su manera: el verdadero reto de convertir su historia en un personaje de televisión consistía en “encontrar un flaco, feo y ‘culichupao’ como yo”.
Y en el camino apareció Juan Pablo Urrego, tan paisa como el ciclista colombiano. De 37 años, actor de quilates y uno de los más versátiles de su generación, que pedaleó con ganas para meterse en la piel de Rigo, ese deportista desparpajado y sin pelos en la lengua, cuya historia tiene pegados, desde hace unas semanas, a miles de televidentes en el país al Canal RCN.
Comenzó a acariciar la idea de estelarizar al hijo de Urrao desde hace un par de años, relata Urrego, que conoce bien qué es eso de interpretar a ídolos del deporte colombiano en la pantalla chica. No hace mucho hizo de Andrés Escobar, otro paisa, sí, que murió en 1994, víctima de la violencia del narcotráfico, que desangraba al país entonces, y tras un autogol que aún le duele a Colombia. Ese personaje es uno de los más entrañables de la serie Goles en contra, de Netflix, inspirada en la época dorada de la selección nacional.
Pero Urrego no siempre ha sido el héroe. También interpretó al sanguinario Popeye en Alias J. J. y en Historia de un crimen: Colmenares, actuó como el polémico estudiante Carlos Cárdenas, vinculado durante varios años a la muerte del joven guajiro.
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Ahora, Juan Pablo corre la carrera de su vida, con una especie de sueño cumplido. “Soy antioqueño, me gustan las historias paisas y me gusta la comedia”, dice, como si advirtiera que la vida le tenía reservado este reto actoral.
Y lo hizo de la mano de un personaje que vive en los afectos más profundos de los colombianos, y no solo los amantes al ciclismo. “A Rigoberto todos lo conocemos, es alegre, es dicharachero, tiene sus groserías, y eso es lo que la gente ama de él. El reto era encontrar ese punto justo, no pasarme o no quedarme corto, sobre todo con las groserías, al ser esto televisión abierta. Tuve que aprender a decirlas en su punto justo; pensar hasta qué punto se podían decir y cuáles no. Pero les puedo decir que trabajé mucho para conservar esa alegría y esa energía de Rigo”, cuenta Urrego, que comparte set con reconocidas figuras como Ana María Estupiñán, Robinson Díaz, Sandra Reyes, Ramiro Meneses y Julián Arango.
Pero, más allá de lo actoral, el verdadero reto consistió en enfrentar la bicicleta. “Yo montaba en bicicleta, pero de montaña. Sin embargo, no tenía ni idea de la bicicleta de ruta; entonces hice el ejercicio de observar bien a Rigo para ver cómo la agarraba, cómo se paraba en los pedales, las caras que hacía cuando ya estaba muy cansado y ya no daba más, o cuando estaba pedaleando normal. Estaba asustado al principio porque sabía que tendría muchas escenas en bicicleta, de bajadas, de curvas, de agilidad mental, de esquivar cosas”, narra el actor.
Y con la bicicleta, claro, llegaba una tremenda exigencia corporal. “Hacer una escena de ciclismo es muy complejo, se hacen muchas repeticiones. Eso es repita, repita y repita, entonces el desgaste físico es otro gran reto en este personaje”.
Para lograrlo, Juan Pablo contó con el apoyo generoso del propio Rigo y de Michelle, su esposa. Y tras ellos, toda la familia de Go Rigo Go!, la marca creada por el deportista. “Ellos me brindaron todo el respaldo para empezar a entrenar toda la parte física. Me dieron bicicleta, uniforme, todo”, dice.
Rigo mismo incluso lo recibió en su casa. “Estuvimos varios días conversando, pero él poco se quiso meter en el personaje, solo me respondió todas las preguntas que le hice. Mi idea era verlo bien de cerca, para entender cómo era en la intimidad, cuando no tenía una cámara al frente o estaba haciendo una entrevista. Y la imagen que me quedó es que delante y detrás de cámaras es el mismo bacán, el tipo querido, espontáneo, alegre”.
Juan Pablo cuenta que tiene la licencia de contactar al pedalista ante cualquier duda. “Y siempre me responde. Recuerdo una escena en la que a Rigo le van a practicar un test de fuerza en un equipo. Pero la manera como estaba la escena me hizo dudar. ‘Yo no sé cómo es, pero así no es’, pensé. Entonces contacté a Rigo y efectivamente había un error en la manera como se estaba contando. Al final, se pudo hacer tal como él nos lo explicó”.
“Casi me salgo de la carretera”
Pero escenificar a Rigo implicaba también repasar los escenarios en los que se hizo grande un ídolo. Uno de ellos fue la Vuelta a España, donde llegó a conquistar una etapa e hizo historia con su equipo, el EF Education-EasyPost, en 2022.
“Estuvimos en un lugar que fue escenario de la Vuelta a España, y vivir esas cosas ha sido muy significativo. Y resulta que, bajando en una bicicleta por ahí a 60 kilómetros por hora, casi me salgo de la carretera; yo iba detrás de una moto que estaba grabando y cogí mucha velocidad en una curva y casi me salgo. Eso quedó grabado, pero aquí estoy”, rememora Urrego.
Para el actor, llevar al ciclista a la televisión es una oportunidad de oro para que la gente conozca la historia completa. No solo el brillo que muchos le conocen hoy. “Mucha gente conoce al Rigo que está en la cima del éxito, pero no saben bien todo lo que pasó en su vida para alcanzarlo. Con esta novela, la idea es que puedan ver cómo le tocó empezar, que no fue nada fácil. Y que, a pesar de las dificultades y de las cosas tan tremendas que afrontó, nunca dejó de conservar esa alegría. Más que una biografía, es una historia inspiradora que nos invita a soñar”, confiesa Juan Pablo.
Tras esta experiencia, el artista no descarta dedicarle más tiempo al deporte de dos ruedas. “Después del rodaje, me quedó el hobby del ciclismo; descubrí que la bicicleta tiene algo que es inexplicable. Es algo que solo lo pueden entender quienes montan en bici. Es curioso, sufres un montón y al otro día te quieres volver a montar para seguir sufriendo. No sé si a la misma intensidad de la novela, pero sí seguiré con el ciclismo después de ella”, confiesa Urrego.