“El rey Juan Carlos sufre de demencia senil”, asegura el biógrafo que anticipó su abdicación

En Un rey en la adversidad, su nueva obra sobre Felipe VI, el periodista José Antonio Zarzalejos afirma que Juan Carlos de Borbón presenta serios problemas de salud mental, debido a lo cual está muy desubicado, pues sufre lapsus de locura senil. Incluso, asegura que es muy posible que no estuviera en pleno uso de su lucidez cuando abdicó, en 2014.

Hace poco, cuando la revista XLSemanal, del diario ABC, le preguntó si se ratificaba en lo dicho, no lo dudó ni un instante y agregó: “Estoy hablando de un hombre que tiene una percepción de la realidad distorsionada y eso me lo han contado más de tres personas. Es un hombre con lapsus de memoria, pero sobretodo con un principio de deterioro cognitivo progresivo, por lo cual no percibe como reprochable todo lo que ha hecho”.

Tan explosivas declaraciones encajan justo en este momento en que la casa real ha salido a desmentir las afirmaciones de Pilar Eyre, una de las periodistas y biógrafas más reputadas de la realeza española, en el sentido de que el rey emérito estaba muy grave en un hospital en Abu Dhabi, donde se exilió el año pasado, en medio de un escándalo por sus supuestos hechos de corrupción.

Así como Eyre se afirma en lo dicho, pues se basó en informaciones que le dieron unas 50 personas de alta credibilidad, Zarzalejos insiste en que habló con dos personas de la familia real.

Sobre su discutida salida de España, en medio del polvorín por sus manejos de dinero, Zarzalejos descubre que Juan Carlos puso tres condiciones: elegir el lugar en que se exiliaría, poder moverse entre varios países y que no se supiera a dónde se había marchado hasta que él lo considerara pertinente.

La verdad sobre la salud del rey emérito no tardará en descubrirse, pero mientras tanto no les vendrá mal a los apasionados por la realeza solazarse con los jugosos detalles que ofrece Zarzalejos en su reciente libro, cuya credibilidad no pone en duda ABC, que es un reconocido diario monárquico. De hecho, el periodista fue uno de los primeros en correr la voz de que Juan Carlos abdicaría en 2014, lo cual resultó ser cierto.

Sobre Corinna Larsen, la célebre amante de Juan Carlos y quien tuvo mucho que ver en su salida del trono, afirma que fue su bufete de abogados el que decidió cómo y cuándo destapar el escándalo de sus manejos turbios a través de la Fundación Lucum, debido a los cuales hoy es investigado por posible lavado de activos.

“Corinna es una mujer absolutamente despechada, que tuvo unas expectativas probablemente fuera de la realidad (que Juan Carlos dejara a la reina Sofía y se casara con ella) y que ahora pretende hacer todo el daño posible, no solo al rey sino también a la Corona”, dice Zarzalejos de la alemana, a quien también señala de haberle mandado la información sobre las andanzas del rey a su nuera, la reina Letizia, antes que a cualquier otra persona.

El escritor cuenta además que tras su renuncia y la subida al trono de su hijo, Felipe VI, Juan Carlos quiso seguir reinando en la sombra: “En la abdicación se dejaron varios cabos sueltos (…) Antes de abdicar, el rey se concedió a sí mismo, por real decreto, el tratamiento de majestad y los honores que le corresponderían a él y a su mujer. Siguió viviendo en La Zarzuela y se habilitó una secretaría personal dentro de la estructura de la Casa del Rey y un despacho con dependencias anexas en el Palacio Real. Además, mantuvo una muy activa agenda pública hasta junio de 2019. Felipe VI lo aceptó porque no era consciente de todo lo que había hecho su padre”, le detalló al periódico madrileño.

En cuanto al protagonista de la biografía, el rey Felipe, el autor asegura que está completamente solo, aunque tiene el apoyo de la reina y sus hijas, las infantas Leonor y Sofía. “Su padre se ha convertido en su adversario, su madre es una referencia puramente sentimental y carece de relación con sus dos hermanas (las infantas Elena y Cristina).

A propósito de Cristina, el libro destapa que Felipe ha tratado se solventar sus diferencias con su esposo, Iñaki Urdangarin, quien paga una condena en la cárcel por corrupción, un hecho sin precedentes en la historia de la familia real y que fue otro detonante de la caída de Juan Carlos.

“El rey ha recibido de su cuñado más de una nota en la que asume algún tipo de responsabilidad”, le relató Zarzalejos a la revista del ABC.

Sobre Letizia, el cronista no desmiente a quienes sostienen que alejó a Felipe de su familia: “(La reina) quiere que sus hijas crezcan en un ambiente familiar, rodeadas de cariño, comprensión y confianza. ¿Por qué? Por que conoce bien a la familia de su marido y a la suya propia y no quiere reproducir en las niñas los mismos traumas que Felipe y ella han tenido que pasar”.

Así mismo, confirma el viejo chisme de que Letizia no se lleva con Juan Carlos. “Carecen absolutamente de química (…) Incluso hay entre ellos cierta hostilidad”, relató. Y sobre la relación de la consorte con sus cuñadas Elena y Cristina también cuenta que es prácticamente nula, como siempre se ha murmurado, en tanto que admite que hay tensiones entre Letizia y su suegra Sofía.

De esta última, el texto sostiene que es muy cómplice con Felipe, quien vive resentido porque su padre nunca la trató como merecía.

“Las críticas que he escuchado hacia la reina Sofía son dos: “una, que se rindió ante las conductas de su esposo (sus constantes infidelidades), que no hizo lo suficiente para evitarlas y que se resignó, creyendo que ese era su papel. Y dos, que no se ha identificado con la idiosincrasia de la sociedad española”, le explicó a ABC.

Al reinado de Juan Carlos lo califica como “irrepetible en lo bueno”, por su papel en el paso a la democracia, pero que lo arruinó en sus últimos quince años con su mala reputación personal.

De Felipe, a quien pinta en tonos algo grises, anota que no es carismático como su padre, pero que tiene los méritos para ser rey, se toma su papel muy en serio y ha sacrificado la relación con sus padres para cumplir a cabalidad con sus deberes de Estado. “Por eso asume la vida con cierta fatalidad, aunque, como me dicen algunas personas que lo conocen muy bien, le falta la alegría de vivir”, concluyó su biógrafo.